Carta a Marcelino

H. Anaclet, Superior general de los hermanos de la Escuelas Cristianas

1838-06-20

Esta carta del Superior General de los Hermanos de las Escuelas Cristianas, Lasallistas, puede ser inserta en el contexto de los documentos que el P.Champagnat necesitó anexar al dossier presentado en Paris, para pedir la autorización legal del Instituto. En el año de 1838 el P.Champagnat estuvo por dos veces en Paris, intentando esa aprobación. Cada vez requerían nuevos documentos. Por ejemplo: lograr declaraciones positivas de los Alcaldes Departamentales y de los Obispos, en las regiones donde actuaban los Hermanos. Después, alguien objetó que la nueva Congregación podría perjudicar a los Hermanos de las Escuelas Cristianas, que ya actuaban hacía muchos años en Francia; la aprobación de los Hermanos Maristas de las Escuelas podría implicar una concurrencia.. Esta carta de El H.Anaclet es testimonio del aprecio al P.Champagnat y a la obra de los Hermanos Maristas, llamados a atender las necesidades de la educación cristiana de la juventud. El pensamiento del H.Anaclet, en síntesis, fue ése: ¡Una vez que no somos suficientes para todas las demandas, que sean bienvenidos los Hermanos Maristas!. (Cfr. H.Ivo Strobino, nota introductoria al texto, ?Cartas Passivas?)

Paris, a 20 de junio de 1838

Sr. Superior:

[1] Me he enterado, con la mayor satisfacción que, comprendiendo las necesidades de la instrucción primaria y deseoso de contribuir a extenderla, ha establecido, para las diócesis de Lyon y de Belley una Congregación de Hermanos enseñantes, con el nombre de Hermanos Maristas, que Ud. destina principalmente para los municipios cuya población no es bastante considerable para que un Establecimiento de nuestro Instituto pueda ser formado en él. Me doy cuenta de toda la importancia de una corporación de este género y de todo el bien que puede hacer. No dudo que el Gobierno sintiendo la necesidad de hacer hasta donde sea posible la educación del pueblo moral y religiosa y comprendiendo hasta qué punto una corporación religiosa es la más indicada para lograr este fin favorecerá vuestro proyecto con todo su poder. La protección con que se digna rodear nuestros Establecimientos me hace esperar una ventaja similar para los suyos, que están llamados a realizar el mismo bien, en las pequeñas localidades. Desde hace mucho tiempo congregaciones parecidas a la suya existen en diferentes provincias de Francia, pero no había todavía ninguna en el Lyonado y por lo mismo es ahí tan necesaria como en otras partes. Y además hay que admitir realmente que nosotros no podemos establecernos en todas partes, primero porque según nuestros reglamentos nuestros Hermanos debiendo ser al menos tres, muchos municipios no podrían confiarnos sus escuelas. Congregaciones llamadas a llenar el vacío inmenso que dejamos en el campo de la instrucción pueden ser de gran utilidad.

[2] Hago los votos más sinceros por el éxito de su obra tan útil en los municipios pequeños. Suyo, respetuosamente, Sr. Superior,

H. ANACLETO, Superior general de los Hermanos de las Escuelas Cristianas.

Edición: CEPAM

fonte: AFM 129.51

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