Carta a Marcelino

H. Claude Marie

1840-01-25

El Hermano Claude-Marie tenía 26 años de edad cuando partió para las misiones de la Polinesia, en compañía de lo H.Amon y de los Padres Tripe y Pezant. En esa carta, escrita del puerto de Brest antes del inicio del viaje, expresa mucha gratitud al P.Champagnat por haberlo destinado para las misiones: ?me siento feliz por haber sido escogido?. Pensaba que el embarque era inminente. No fue así. Esperaron vientos favorables hasta el día 19 de febrero. Embarcados, finalmente, en la corbeta Aube, iniciaron el largo viaje. El H.Claude-Marie trabajará hasta el fin de sus días en las misiones de Oceanía. Murió con casi 80 años, en 1893, en Nelson, en la Nueva Zelanda. De él tenemos otra carta más dirigida al Fundador, además de varias otras dirigidas al H.Francisco. Su colega de viaje, el H.Amon, no llegó a la meta: desistió de las misiones y de la vida religiosa en una de las escalas de aquel viaje marítimo. El P.Champagnat, en la Circular a los Hermanos, en febrero de 1840, anunciaba la próxima partida de misioneros y pedía oraciones en favor de los Hermanos Amon y Claude-Marie..(PS 318). (Cfr. H.Ivo Strobino, nota introductoria al texto, ?Cartas Passivas?)

J.M.J.

Brest, a 25 de enero de 1840.

Muy Reverendo Padre:

Permita que uno de sus hijos en Cristo le dirija dos palabras antes de salir de Francia con rumbo a la Polinesia. No quisiera seguir adelante sin expresarle mi gratitud por haberme designado entre los primeros que parten hacia Nueva Zelanda. Sinceramente, muchas gracias.

Salí de St. Chamond el día 6, como Ud. me lo había ordenado. Antes de partir tuve el gusto de ver al Sr. Dugas, pero sentí mucho no haber podido despedirme del buen señor cura de St. Pierre, pues estaba celebrando misa. Durante tres días permanecí en Lyon arreglando cosas. El 10 salí a París, en compañía del querido H. Ammon; llegamos el 13. Fuimos al Seminario de Misiones Extranjeras; ahí encontramos a los Padres Pezant y Tripe, que se nos habían adelantado de unos días. Después de quedarnos tres días en París para efectuar diversas encomiendas, tomamos el tren y llegamos a Brest el 19. Aún estamos en esta ciudad. Afortunadamente el tiempo no ha sido del todo favorable y nos ha permitido revisar nuestro equipaje, hacer algunas provisiones para el viaje y para la misión.

El capitán de la Corbeta El Alba es muy bueno. Ha permitido a nuestros padres misioneros celebrar misa cuando lo deseen. Esto es un gran consuelo para nosotros. Podrán también usar la sotana a bordo. Dispondremos de dos habitaciones, una para los Padres y otra para nosotros; aunque ciertamente no son muy espaciosas. Además, estará con nosotros un zelandés. Con su ayuda aprenderemos algo del idioma hablado en esas islas, que parece no ser muy difícil.

H. CLAUDIO MARIA.

Edición: CEPAM

fonte: CAHIER 48 L.35

VOLVER

Carta a Marcelino...

SIGUIENTE

Carta a Marcelino...