Carta de Marcelino – 055

Marcellin Champagnat

1835-03-29

No sabemos para qué pide el R. P. Colin al Padre Champagnat las condiciones de entrada en su congregación. No tenemos ninguna carta donde conste esta petición; sin duda se hizo de viva voz. ¿Las pedía el Sr. Colin para sí mismo? Nada nos permite suponerlo; razonablemente se puede pensar que ya las conocía, al menos a grandes rasgos. ¿Se las habría pedido alguien en concreto?, pero entonces, ¿por qué no se dirigió directamente al Padre Champagnat? Sólo podemos hacer suposiciones. El hecho demuestra, por lo menos, el interés del R. P. Colin por los Hermanitos de María.
Por lo que se refiere al servicio de las sacristías, el tema viene, sin duda, de Mons. Devie por medio del Sr. Colin. ¿Había pedido Monseñor expresamente Hermanos Maristas o pensaba en los Hermanos José? (Cf. Introducción al n.° 317.) No se sabe por falta de documentos. La petición debió ser hecha de viva voz. Sólo conocemos la decisión comunicada por el R. P. Colin en su carta al Padre Champagnat de 23 de abril de 1835 (OM 1, Doc. 336, p. 758).

29 de marzo de 1835.

Sr. Superior:

Los jóvenes que desean entrar en la congregación han de ofrecer esperanzas positivas de que adquirirán, durante el noviciado, las virtudes que requiere el estado religioso, así como los talentos necesarios para el género de ocupación al que cada uno vaya a ser destinado.
El noviciado dura dos años; una parte del mismo se hace en una escuela de la congregación, para ejercitarse en la instrucción o bien en la cocina y poder dar así pruebas de verdadera vocación . Al entrar, se exige a todos al menos la cuarta parte de la pensión y veinticinco francos para los libros, papel, etc. que proporciona el Instituto. No se hace la toma de hábito hasta que el noviciado está pagado y entregado el ajuar. Si alguien se retira, de lo que entregó sólo se retiene la parte proporcional al tiempo pasado en el noviciado. Al que ingresa no se le deja tener ni reloj ni dinero. Se entrega su ajuar al Hermano sastre que, el sábado, entrega a cada uno lo que necesita, recogiendo el lunes los efectos que se utilizaron el domingo. Todo se guarda bajo llave.
El ajuar y el traje de entrada en religión son valorados en 400 fr. Así, los que no traen nada abonan 600. Al que no puede dar nada, pero de cuya vocación se está seguro, se le hace prometer que, si abandona el instituto por sí mismo o se le despide por mala conducta, ganará para resarcir a la congregación. Todos han de presentar también su fe de bautismo y el certificado de nacimiento.
Preguntas que debe contestar el candidato antes de ser admitido al noviciado.
1.a cuál es su país, su apellido y nombres, los de su padre y madre, su estado, su edad y la localidad de origen.
2.a Si procede de legítimo matrimonio.
3.a cuál es el estado o situación de los padres, si viven holgada-mente o en necesidad, de manera que necesiten de su hijo para vivir.
4.a A qué edad hizo el joven la primera comunión, si fue despedido después de haber sido admitido .
5.a ¡Ha vivido siempre con sus padres?, ¡a qué edad los dejó?, ¡por qué los dejó?, ¡ha estado sirviendo? , cuánto tiempo permaneció bajo el mismo patrón?, ¡en qué trabajo lo empleaba?
6.a ¡Hay en la familia alguna mancha infamante por causa de su profesión o por algún crimen?
7.a ¡Cuántos Hermanos y hermanas tiene?, ¡están conveniente-mente colocados?
8.a ¡Ha ganado personalmente el dinero que entrega para pagar el noviciado o es algún pariente o extraño el que paga por él?; si ha tenido alguna profesión o ha estado colocado , ¡por qué no ha ganado nada?, ¡qué ha hecho con sus ahorros? Se ha de tener muy en cuenta si el que paga ha ahorrado algo, o si el que no tiene nada ha asistido a su padre o madre necesitados:
9.a ¡Cuál es la fortuna de los padres?
10.a ¡Cuál ha sido su situación en el mundo después de haber deja-do a sus padres?
11.a ¡Tiene buena constitución?, ¡buen temperamento?, ¡es robusto?
12.a ¡Tiene buen carácter?
13.a ¡Está sano de cuerpo?, ¡no tiene enfermedad de ganglios? , ¡malformación torácica?, ¡nariz fétida?
14.a ¡Ha habido en su familia alguien aquejado de tuberculosis pulmonar?
15.a ¡Tiene buena vista? ¡Tiene buena reputación?
16.a ¿Está instruido? ¿Tiene medios para librarse del servicio militar?
17.a Desde la primera comunión, ¿ha seguido frecuentando los sacramentos?
18.a ¿Quién le ha aconsejado hacerse religioso?, ¿hace mucho tiempo que lo piensa?, ¿ha consultado con Dios, con su confesor?; en fin, ¿cuál es la razón que le hace dejar el mundo?
19.a ¿No tiene la idea de que en religión tendrá que trabajar menos que en el mundo?, ¿que estará más cómodo?, ¿que sólo tendrá que rezar, asistir a misa, etc.?
20.a ¿Ha vivido ya en alguna otra comunidad? En este caso no se le podrá admitir sin razones muy graves.
21.a Si el joven postulante no es mayor de edad, debe tener el con-sentimiento de sus padres
22.a ¿Ha pedido limosna? ¿La piden aún sus padres?
23.a Si el postulante pide consejo sobre el instituto que debe abra-zar, hay que proponerle otro que merezca más su confianza que el nuestro. Si sigue mostrando predilección por la Sociedad de Marta, sobre todo por causa de nuestra Patrona, hay que aceptarlo, indicándole que hace bien al poner su confianza en la Madre de Dios.
24.a Si el novicio no paga, hay que proponerle que redacte un papel o, al menos, que firme en el registro la promesa de pagar, si deja la congregación; hacer firmar a los padres, si es posible.
Sigo pensando que el asunto de la sacristía para nuestros Hermanos nos traerá muchos problemas. Haga lo posible para librarnos de él . Haremos cuanto podamos para darle, por la fiesta de Todos los Santos, alguien para su noviciado, si tiene suficiente número de novicios .
Parece que el Hermano Antelme evoluciona cada vez mejor, bendito sea Dios. Sigo esperando sus órdenes para enviarle al Hermano Joseph Eugène .

Edición: Crónicas Maristas V - Cartas del P. Champagnat - 1985 - Edelvives

fonte: Según envío autógrafo, AFM, 113.6.

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