Carta de Marcelino – 056
Marcellin Champagnat
1835 (Cuaresma)
En la mente del Padre Champagnat hay un doble motivo para esta petición: en primer lugar, tal como él dice, la necesidad de verse doblemente ayudado en la dirección espiritual de una juventud numerosa, para lo que el Padre Servant no es suficiente; y luego, la idea de atraer una vocación más para la Sociedad de María, algo que le preocupa mucho en su condición de superior regional.
El texto original no lleva indicación alguna sobre fecha ni destinatario. Pero apenas hay duda de que este último sea el obispo de Lyon, de quien depende el Sr. Décultieux. En cuanto a la fecha, no puede ser anterior al inicio de curso de 1834, ya que, antes de esa fecha, el Instituto aún no tenía 29 escuelas. Por otra parte, el Sr. Décultieux sale de Pélussin al final de 1835 (cf. Répertoires y 0M 4, p. 262-263). Y por fin, el mismo texto precisa que va a empezar la Cuaresma.
Monseñor:
Su paternal bondad para con nosotros me lleva a los pies de Su Excelencia para exponerle mi situación y que me ayude, si lo juzga oportuno. Todos nuestros Hermanos se unen a mí, en los dulces nombres de Jesús y de María, par exponerle este breve razonamiento.
Nuestra casa crece a ojos vistas; recibimos cada día nuevas vocaciones y nuevas peticiones. No me atrevo a rechazar a los que se presentan, los considero como traídos por María misma. Actualmente somos cerca de doscientos. Veintinueve escuelas. Frecuentan nuestras escuelas cuatro mil niños. Para visitarlas, me veo obligado a viajar continuamente. Mi salud se va debilitando cada día; el Sr. Servant, que me ayuda y merece toda gratitud, trabaja de la mañana a la noche, retirado en su cuarto, en sermones, predicaciones y misiones; en este momento se prepara para predicar la Cuaresma en St. Chamond; el Sr. Párroco de St. Pierre, que lo ha solicitado con insistencia, aprecia mucho su forma de predicar.
Es cierto que tengo hermanos que me ayudan en los diversos empleos: un buen maestro de novicios, un Hermano preparado para la clase de los Hermanos, otro para la de los novicios, un administrador . Nos falta alguien que cuide, que anime y dirija todo en mi ausencia, que atienda a los que van y vienen, que ame, que capte la importancia y las ventajas de un cargo así; un director piadoso, con luces, experimentado, prudente, firme y constante. El Sr. Décultieux , Vicario de Pélussin, que reúne todas estas cualidades, me ha demostrado varias veces su afecto por nuestra obra al enviarnos candidatos y al apresurarse a abrir una escuela en Pélussin; él mismo me ha manifestado que se dedicaría muy gustoso a una obra así, si los superiores lo decidieran. Me ha encargado que se lo escriba.
Edición: Crónicas Maristas V - Cartas del P. Champagnat - 1985 - Edelvives
fonte: Según la minuta autógrafa, AFM, LC 1, 178-177, publicada en 0M 1, Doc. 334. pp. 752-753.