Carta de Marcelino – 220
Marcellin Champagnat
1838-10
En su prisa por enviar apóstoles a las parroquias, el Padre Champagnat no siempre esperaba a que estuviera todo perfectamente resuelto para abrir una nueva escuela. Consecuencia de ello es la acumulación de retrasos en algunas de ellas. Para solucionar estos casos, el Padre decide emplear la amenaza de no dejar volver a los Hermanos tras las vacaciones a las escuelas que no hayan cumplido con sus obligaciones. Sólo disponemos de un documento que demuestre el uso de esta medida y es la carta que sigue, pero se sabe, por otras fuentes, que había escuelas donde la situación no era mucho mejor. La respuesta del Sr. Párroco no se hizo esperar; escribe el 25 de octubre de 1838: «Señor: En el momento en que esperaba la llegada de los Hermanos para empezar las clases, le confieso que estoy muy sorprendido y muy afligido al ver la severidad con que usted me trata. Ya dije a los queridos Hermanos que vinieron a visitarme últimamente que, en este momento, me era imposible hacer nuevos desembolsos para las aulas, ya que me queda mucho por pagar de lo que se ha hecho hasta ahora. Sin embargo, si usted me diera tiempo, haré cuanto pueda a medida y en la proporción en que mis fuerzas me lo permitan. No quisiera hundirme más en las deudas; me sería muy penoso dejar tantas preocupaciones si viniese a morir. O bien, como le digo al Hno. Jean-Pierre, podría arreglarme con tres Hermanos, ya que en un principio tampoco había prometido más a la parroquia; pero de esta manera el bien sería mucho menor. Por eso le ruego, una vez más, que si tiene la bondad de esperar, tan pronto como esté un poco más liberado iré por delante de sus deseos. En ese caso, le ruego actúe de modo que pueda hacer abrir la escuela por Todos los Santos. En esta espera, tengo el honor, etc.». (AFM, 129.58 a.) Dos días más tarde, el 27, añade en una nueva carta: «Señor: La reflexión me ha sugerido una idea que tal vez le pueda agradar y volverle, por ahora, menos severo para conmigo. Para probarle mi buena voluntad de hacer todo lo que su reglamento exige y si así lo desea, me comprometeré por escrito para que no me limite usted demasiado y me dé tiempo para reunir lo necesario. Si no le disgusta, le ruego que me envíe cuatro Hermanos, como el año pasado, porque tengo muy claro que el bien de mi parroquia exige los cuatro. Su bondad para con nosotros en el pasado me persuade de que aceptará mi propuesta...». (AFM, 129.58 b.). Según el Hno. Avit, en los Annales de Firminy, «los cuatro Hermanos volvieron y continuaron su obra».
Señor:
Como varias de nuestras escuelas se encuentran con retrasos en el pago del mobiliario o del salario anual, nos vemos en la necesidad de retrasar el regreso de los Hermanos que deben ocuparlas, hasta el entero cumplimiento de las condiciones de nuestro Prospecto.
Siento mucho que la escuela de Firminy se encuentre en ese grupo, pero sabe usted muy bien que del mobiliario apenas si se ha entregado la mitad y que el salario de este año no está completo. Y eso a pesar de que nuestras condiciones son tan moderadas y mínimas que no las podría reducir más por muy grande que sea mi deseo de contribuir con usted a la instrucción de los niños de su parroquia. En consecuencia, esperaré nuevas explicaciones de su parte y, al menos, una seguridad positiva para los atrasos, si usted no puede abonarlo del todo, antes de la salida de los Hermanos. Si mis ocupaciones me lo permitieran, trataría de tener una entrevista con usted para hablar de todo ello; pero el trabajo de los destinos me hace imposible ausentarme ni un momento.
Sírvase aceptar la seguridad del respetuoso afecto con el que tengo el honor de ser,…
Champagnat
Edición: Crónicas Maristas V - Cartas del P. Champagnat - 1985 - Edelvives
fonte: Según la minuta, AFM, RCLA 1, p. 108, n. ° 123.