Carta de Marcelino – 228
Marcellin Champagnat
1838-11-24
En cuanto llegó de París (cf. Nº 227), el Sr. Jovin-Deshayes debió transmitir al Padre Champagnat lo que había oído referente al asunto de la autorización. Es posible que el Padre ya supiera bastante por el Hno. Jean-Baptiste, que se había detenido en París al ir a St-Pol-sur-Ternoise (cf. n.° 221). Por esos dos medios, se entera de que se acusa a los Hermanitos de María de ser partidarios de los que se oponen a la Universidad y por lo tanto al Gobierno. Ya el 17 de noviembre, Mons. Gaston de Pins había escrito al Sr. Baude una vigorosa defensa del Instituto. Tres días después, el 20, este último se había apresurado a comunicar esta carta del Arzobispo, según el deseo de éste, al Sr. Salvandy. Las acusaciones a que se alude provienen del asunto del colegio de Saint-Chamond. El Alcalde, Sr. Ardaillon, quería transformar este colegio del Estado, regentado por sacerdotes, en seminario menor, confiándoselo a los Padres Maristas y sustrayéndolo así a la autoridad de la Universidad. De los Padres a los Hermanos, de Ardaillon a Champagnat, la distancia es fácilmente superada por los que, en aquella época, ven por doquier el retorno a la monopolización de la enseñanza por la Iglesia. En cuanto al Ministro, informado sobre este asunto, ve una buena razón para retrasar más aún el momento de presentar a la firma del Rey el proyecto de autorización. El Padre Champagnat parece quebrantado por este asunto y se resigna, sin duda, al fracaso que ve cada día más probable.
Sr. Diputado:
Lo que me acaba de explicar el Sr. Jovin-Deshayes y uno de nuestros hermanos de paso por París, me aflige pero no me desanima. Sin embargo, ¡qué partido tomar para borrar la molesta impresión que puede causar la afirmación falsa hecha contra mi casa? Todo el mundo me da consejos; ver a los prefectos en cuyos departamentos tenemos casas, emplear a ciertos personajes influyentes, pero yo, Sr. Diputado, he tomado una decisión: el gran crédito de que usted goza, la especialísima bondad con la que siempre me ha acogido, lo mismo que al Hermano1 que le envié, y el interés que usted demuestra por mi Sociedad me garantizan el éxito de forma suficiente, si se puede esperar alguno.
En cuanto a los informes que se han hecho con la intención de injuriarme, caen por sí solos ante el enunciado verdadero y sencillo que contiene la estadística de mi Instituto, que tuve el honor de enviar al Ministro por medio del Prefecto de la Loire, quien la acompañó de su informe; éste era su contenido:
?Nacido en el cantón de St-Genest-Malifaux (Loire), etc.»
En nuestra Sociedad no hay Hermanos mayores. No nos encargamos de colegios ni de internados , no enseñamos latín, nuestra regla lo prohibe expresamente. La causa que nos hace desear tanto la autorización no es otra que el servicio militar. Es muy penoso ver a un joven, a quien se ha formado, marchar para otro género de vida. Pongo toda mi confianza en usted, no me dirigiré a nadie más .
Sírvase aceptar el homenaje de la más viva gratitud y del sincero afecto con el que tengo el honor de ser, señor, etc.
Champagnat
Edición: Crónicas Maristas V - Cartas del P. Champagnat - 1985 - Edelvives
fonte: Según la minuta, AFM, RCLA 1. p. 116, n.° 133, publicado en AA, pp. 260.261.