Carta de Marcelino – 249

Marcellin Champagnat

1839-04-08

Por extraño que parezca, sólo disponemos de una copia de esta carta, en la colección de los escritos autentificados por la autoridad de la Iglesia, como documento incluido en el dossier del proceso para la causa de beatificación. A pesar de intensa búsqueda no hemos podido encontrar el original. Como las precedentes cartas a los Hermanos (Nº 244, 247 y 248), ésta trata temas de dirección espiritual. Pero aquí se trata de un caso doloroso, que el Padre intenta salvar, testimoniando su afecto al Hermano con la promesa de oraciones y con la confianza que le manifiesta confiándole algunas noticias. A pesar de ello, todo nos lleva a pensar que dejará el estado religioso algunos meses después.

J. M. J.

N.-D. de lHermitage, St-Chamond (Loire), 8 de abril de 1839.

Muy querido Hermano:

Su carta, mi muy querido amigo, me mueve a una gran compasión. Desde que la recibí, no subo nunca al Santo Altar sin encomendarlo a Aquel en quien no se espera en vano, que puede hacernos remontar los mayores obstáculos. No desconfíe nunca de su salvación, está en buenas manos: María; ¿no es María su refugio y su buena madre? Cuanto mayores son sus necesidades, más interesada está Ella en correr en su ayuda. Sin nombrarlo, empezamos una novena por usted. Hoy, día 8 de abril, fiesta de la Anunciación, también voy a celebrar la Misa por usted. Continúe abriéndose a su confesor que es, estoy seguro, un santo sacerdote .
Seguimos recibiendo muchos novicios de todas las regiones. Después de la de Saint-Pol, hemos abierto otras dos escuelas; debería decir mejor que nos han arrancado Hermanos para dos municipios (Izieux y Roches-de-Condrieu) . Salgo para visitar el local que nos ofrece el municipio de Chambon. Hemos tenido varios enfermos que ya están o curados o convalecientes. El Hno. Pémen murió de viruelas hace unos ocho días . Comuníquelo al carísimo Hno. Jean-Baptiste para que cumpla lo que manda la Regla.
Ofrecemos también plegarias para encomendar la misión de Oceanía; por los miembros de la Sociedad que se encuentran allí y por los que nos disponemos a enviar. Estamos en vísperas de enviar Hermanos a Bordeaux .
Tanto en las escuelas como en la casa madre todo sigue normal.
Los Inspectores escolares de los departamentos donde están los Hermanos no son hostiles. María, nuestra Buena Madre, se preocupa mucho por nosotros. Sabe muy bien que somos muy poquita cosa para sostener una lucha. Hemos obtenido cinco diplomas en Grenoble: Hnos. Denis, Antoine-Régis, Gabriel, Prosper y Sylvestre; no hemos enviado a nadie a ningún otro sitio. El Hno. Jean-Chrysostóme sigue muy enfermo. No creemos que se cure. Rece por él. La muerte me produce mucha pena; ¿y a quién no? La manera de suavizar este último momento es pensar en él con frecuencia: Memorare novissima.
A Dios, carísimo Hermano Marie-Laurent, lo dejo en los brazos de María, nuestra buena y tierna Madre.
Muchos saludos para el carísimo Hermano Director y para el Hermano Africain.
Tengo el honor de ser todo suyo en los Sagrados Corazones de Jesús y María,

Champagnat.

P. S. Diga también al Hermano M. Pt. que no podremos enviar Hermanos hasta 1841, por lo menos. Antes nos sería imposible; tenemos demasiados compromisos firmes.

Edición: Crónicas Maristas V - Cartas del P. Champagnat - 1985 - Edelvives

fonte: Según el registro de los escritos del Fundador para servir en su Causa, AFM, RCEF III, pp. 103-104.

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