Carta de Marcelino – 315

Marcellin Champagnat

1840-01-21

El Sr. Párroco reacciona, sin pérdida de tiempo, a la última carta (N.° 310) manifestando su voluntad de seguir adelante, a pesar de todo. El Padre Champagnat le indica con precisión las normas que deberá cumplir para empezar a construir una escuela. Cabe suponer que dicha construcción necesitó dos años, puesto que el Hno. François responde así a una de las cartas, el 27 de abril de 1842: «Nos parece muy bien que se asegure usted una escuela de los Hermanos para su parroquia»; responde, luego, a diversas preguntas que le han sido hechas. Lo mismo ocurrirá el 27 de mayo siguiente, pero después cesan las relaciones y no nos consta que los Hermanos hayan ido nunca a St-Privat.

Sr. Párroco:

Dado que usted insiste en querer fundar una escuela con Hermanos nuestros en el municipio de St-Privat, lo primero que debe hacer es construir un local lo bastante amplio, ya sea para vivienda de los Hermanos, para las clases de los niños o para alojar internos. Por consiguiente, en la planta baja se necesita una cocina, una despensa, un comedor y dos salas grandes comunicadas por un tabique, acristalado en toda su longitud, de un pie y medio a dos pies de altura, con la elevación conveniente para que los Hermanos puedan verse. En medio de dicho tabique debe haber una puerta acristalada. En la primera de las dos salas deben caber 60 escribientes y en la segunda de 70 a 80 niños de lectura. Si el número habitual de internos tiene que ser de 20 a 30, sería necesario construir una tercera sala, contigua a las dos primeras, pero comunica-da con las otras según se ha indicado antes, para poder hacerles una clase separada. En este caso, seria bueno que el Hno. Director, que de ordinario hace la primera clase, pudiera encontrarse entre las otras dos. Tanto el comedor como la despensa deben estar en proporción con el número máximo de internos. El primer piso constará de dos o tres habitaciones y de un dormitorio capaz para unas cuarenta camas, con un metro de distancia entre ellas. Sería bueno abrir en la habitación de los Hermanos una ventana de comunicación por la que puedan ver y vigilar a los niños en el dormitorio. Los servicios deben estar situados de tal modo que los Hermanos los puedan ver desde las clases.
No le detallo las medidas de las diversas estancias, lo dejo a su prudencia y a la de los bienhechores. Para la construcción de una casa de educación es esencial no caer en estrecheces de espacio, sino ir más allá de lo estrictamente necesario.
Soy, etc.,

Champagnat

Edición: Crónicas Maristas V - Cartas del P. Champagnat - 1985 - Edelvives

fonte: Según la minuta, AFM, RCLA 1, pp. 169-170, n.° 213.

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