
Maristas en comunión
La Provincia Santa María de los Andes, haciendo eco de la llamada del XXI Capítulo General “Salir deprisa a una nueva tierra”, reunió en la ciudad de Santa Cruz de la Sierra, Bolivia, a hermanos, laicos y laicas en una Asamblea Provincial con el objetivo de hacer vida el segundo horizonte de esta llamada: “Una nueva relación entre hermanos y laicos/as basada en la comunión, buscando juntos una mayor vitalidad del carisma en el mundo de hoy”.
La casa de retiro Beato Juan XXIII de “La Ciudad de la Alegría” del proyecto “Hombres Nuevos” fue el lugar que acogió a los 100 asistentes, la mitad laicos y laicas y la otra mitad hermanos, a esta reunión que se realizó los días 13, 14 y 15 de julio.
La Asamblea desarrollada bajo el lema “MARISTAS EN COMUNIÓN, NUEVO ROSTRO DEL CARISMA” tuvo como grandes objetivos:
* Vivir una experiencia de comunión y de integración Provincial entre hermanos, laicas y laicos que ayude a construir relatos para la vitalidad del carisma.
* Profundizar sobre la vocación “marista” desde las vocaciones específicas de hermanos, laicos y laicas.
* Discernir llamadas de conversión desde lo que se ha removido en el corazón a partir de las experiencias de comunión vividas en este segundo horizonte.
* Celebrar el camino recorrido en estos años de la Provincia.
* Caminar, como Provincia, hacia la II Asamblea de la Misión Marista, en Nairobi: “Maristas nuevos en misión”.
La Asamblea contó con la presencia del hermano Javier Espinosa, Director del Secretariado de Laicos, del hermano César Rojas, Director del Secretariado Hermanos Hoy, y del Superior General, hermano Emili Turú.
Diferentes instantes se vivieron durante el desarrollo de esta Asamblea Provincial, la bienvenida y las dinámicas de animación sirvieron para generar la integración de los participantes venidos desde Chile, Perú y Bolivia viviendo momentos de gran fraternidad y acogida, sintiéndose en cada momento participantes de un tiempo muy importante de la historia marista, el nacimiento de una nueva época para el carisma marista.
En la apertura de esta Asamblea cobraron gran importancia las palabras del hermano Antonio Peralta, Provincial. Su mensaje caló hondo en los asistentes, éstas son algunas de sus palabras:
“¿Por qué vivir nuestra Asamblea desde esta mirada experiencial?
* Porque tenemos una íntima convicción que queremos narrar a fin de comprenderla, cultivarla y ayudarle a que madure.
* Porque estamos en tiempos de búsqueda.
* Porque queremos acentuar la conexión de todos los hermanos, laicas y laicos con los sueños que nos inspiran para vitalizar el carisma marista.
* Porque creemos que éste es un tiempo de escuchar más que de hablar.
Por tanto el tiempo sagrado de nuestra Asamblea es tiempo para soñar juntos, y para compartir lo que hace arder nuestros corazones. No es tiempo de planificaciones y de perfiles. Es tiempo de siembra.”
Y luego, señala el hermano Antonio:
«El Reino de Dios se parece a un roble sacudido por el huracán. Soplan los vientos con fuerza, inclinan la copa, desgajan ramas y arrancan las hojas. Pero los mismos vientos que atacan al roble se llevan sus semillas aladas a grandes distancias. Donde cae una semilla, nace un roble nuevo. El huracán que parece destruir al roble hoy, siembra sin saberlo el nuevo bosque que cubrirá mañana toda la montaña».
En los días vividos en Santa Cruz pudimos escucharnos, reconocernos y aprender de lo que está ocurriendo en nuestra Provincia. El ejercicio de las tres tiendas de experiencias de vida compartida de hermanos y laicos, nos permitió mirar de cerca lo que está ocurriendo en comunidades compartidas en nuestra Provincia. Pudimos escuchar atentamente el relato de laicos y laicas que trabajan a la par con hermanos y de hermanos que han reinventado su vida dejando de lado los cargos directivos por un trabajo junto a los laicos y a los niños de sus colegios; por último el contacto con los jóvenes, herederos del carisma y el futuro de nuestro Instituto, mostrando sus experiencias en comunidades, en actividades solidarias, en movimientos. En alguno de los textos del material de preparación para la II Asamblea Internacional de la Misión Marista se puede leer:
“La vocación marista es un don que se ofrece a personas comprometidas en estados de vida diferentes, que quieren vivir el evangelio según el carisma marista”.
Los grupos de vida desarrollaron temas asociados a la lectura del texto “Tengo un sueño” del hermano José María Ferre y de algunas preguntas tales como ¿por qué puerta entré al mundo marista? El compartir al interior de los grupos profundizó el conocimiento acerca de las nuevas relaciones que se van dando entre hermanos y laicos/as, lo que fue ofrecido en un relato de cada uno de los participantes en la Eucaristía final, que recoge las diferentes experiencias personales de los distintos países.“Como el grano de mostaza de la parábola, un gran potencial para la construcción de la vida y misión marista en nuestra Provincia.”(Hno Antonio Peralta)
Las experiencias de vida compartida en otros lugares del mundo fueron presentadas por el hermano Javier Espinosa, vida marista en clave comunitaria, hermosas apuestas, aproximaciones interesantes a ese futuro marista de comunión de las nuevas relaciones de hermanos y laicos, a esta nueva identificación a la vocación de hermano y al camino laical. Por su parte el hermano César Rojas nos acercó a diferentes realidades de la vida de hermanos en el mundo, comentando signos de vitalidad y también las dificultades en este camino.
En la mañana del tercer día de esta Asamblea recibimos el mensaje del hermano Emili Turú, quien nos interpela: “ Por qué estamos aquí? ¿Qué estamos llamados a hacer en la Iglesia?… La finalidad de su circular “Nos dio el nombre de María” era subrayar lo que tenemos que hacer en la Iglesia. Estamos llamados a ser una fuerza de renovación de la Iglesia no una multinacional de servicios educativos. Champagnat forma parte de esa idea de una Iglesia renovada, una Iglesia distinta una Iglesia nueva y enseguida se pone en marcha yendo a los márgenes… eso es lo que estamos destinados a ser, no una multinacional de servicios educativos, sino una fuerza de renovación de la Iglesia y renovar a la Iglesia se hace desde dentro (…) significa que ponemos comunidades vivas en el seno de la Iglesia. Esa es la manera de renovar la Iglesia, dándole vida, siendo esa Iglesia distinta que soñamos poniéndola en práctica, y por eso hablamos de comunidad es ser Iglesia desde nuestra peculiaridad a través de la comunidad desde nuestro ser bajo la inspiración de María”. El hermano Emili se refirió a los tres iconos citados en su circular y que juntos forman el carisma marista: el icono de la anunciación que se refiere a la interioridad, la espiritualidad esa dimensión mística de nuestras vidas, el icono de pentecostés que es la comunidad, el icono de la visitación que es María que sale en servicio, es la dimensión misionera y a estos tres iconos los llama las tres “i” a la comunidad, es decir al icono de Pentecostés, lo relaciona con la palabra “interacción” porque eso es la comunidad, interactuar con otras comunidades, con la Iglesia con el mundo, la manera normal de vivir la fe es vivir en comunidad. La dimensión de la Visitación la relaciona con “inclusión” llamada a una Iglesia del delantal, servidora de atención maternal, inclusión no sólo de lo geográfico sino de los que están en la periferia de nuestro corazón, el hermano Superior nos pregunta “¿cómo acercarnos a los más vulnerables, movernos hacia las fronteras que nos reclaman?”. Por último se refiere al icono de la Anunciación, la espiritualidad, asociada a “interioridad”, en este tema el hermano Emili nos habla del silencio, del tiempo para orar, para el evangelio, tiene mucho de personal, exige disciplina, el contagio del corazón… señala que nuestros jóvenes acostumbrados a hacer cuatro cosas a la vez tienen hambre de otra dimensión, nuestra tarea es educar en la interioridad.
Para terminar su intervención el Hermano Superior le dice a la Asamblea “Ustedes están siendo el rostro del Instituto en los lugares en que están”.
La sencillez, la cercanía y la fraternidad de Emili Turú sorprendieron a los asistentes a esta reunión, uno más entre todos.
En medio del contexto de esta Asamblea Provincial se celebraron los 50 años de vida religiosa del hermano Cruz Alberdi, en la Eucaristía final se agradeció a Dios por su vida y servicio durante todos estos años, por su fidelidad al carisma y por haber sido visionario en los temas del laicado.
La Eucaristía de clausura concluye con el envío por parte del hermano Emili a seguir viviendo en nuestras realidades concretas la gracia experimentada en estos días, y hacer camino hacia la II Asamblea Internacional de la Misión Marista de 2014, con el lema “Maristas nuevos en misión”.
Tras la cena, alumnos y alumnas de los dos colegios maristas de Santa Cruz, así como un grupito de exalumnos/as, nos deleitaron a todos los presentes con la música, el baile y la declamación, improvisando el escenario en la calle, debido al prolongado apagón de luz en la zona.
Terminada la Asamblea hermanos, laicos y laicas agradecemos a Dios por este tiempo y por el don que nos ha regalado, lo acogemos con cariño y nos ponemos en marcha, soñando futuro y comprometiéndonos con él.