22 de septiembre de 2009 CASA GENERAL

Martes, 22 septiembre

El mundo marista quiere promover el Reino de Dios, en armonía con la Iglesia y con el mundo, viviendo el carisma que recibió a través de Champagnat. Han transcurrido ya ocho años desde que ajustaron sus voces y sus instrumentos en el 20 Capítulo general. Compusieron una partitura titulada ?Optamos por la vida?. Y todo el Instituto, durante ocho años, se puso a interpretar y vivir esta melodía en todo el mundo. Transcurrido el tiempo previsto, el hermano Seán les envió una hermosa circular: ?¡Venid, hagamos de nuevo Capítulo!? De las cinco partes del mundo acudieron los hermanos delegados con las voces de sus comunidades y las vibraciones producidas por los instrumentos de sus obras. Voces e instrumentos vinieron a Roma con una entonación diversa matizada por sensibilidad, cultura y lengua. Reunidos en Roma decidieron nombrar a un director de orquesta que aunara voces e instrumentos para que surgiera de nuevo una hermosa sinfonía marista que sonara en todo el mundo. En estos momentos han decidido que la melodía suene y se destaque como la ?visión? que el Capítulo tiene de cómo ha de ser la presencia del Instituto en la Iglesia y en el mundo. Para dar consistencia a esta melodía han definido seis tareas, que son como los trazos de seis pentagramas donde se han de colocar las claves y acordes que apoyen a la melodía principal.

La Comisión central ha ayudado a indicar a cada uno el puesto desde donde ha de hacer sonar sus voces y acoplar sus instrumentos, pero todavía no arranca la orquesta para ofrecer el concierto. Se perciben los primeros tramos de melodía y se escuchan los primeros acordes, pero hay que darles tiempo para que terminen la composición.

Dónde están los instrumentos ahora

El día de hoy, 22 de septiembre, ha sido una jornada orientada a organizar los trabajos de la asamblea. Al llegar a la sala, la Comisión central había distribuido a los capitulares en ocho mesas compuestas por distintas personas que en días anteriores. En cada mesa se ha escogido un secretario para cada una de las siete ?tareas? inaplazables, que ha de afrontar el Capítulo, señaladas en nuestra crónica de ayer. La agrupación de los secretarios, que han de animar cada tarea, constituyen un grupo de trabajo. La finalidad de este grupo es preparar la dinámica que han de presentar a la asamblea para dialogar y consensuar la tarea que han escogido. De esta decisión han resultado 7 grupos, un por tarea. Uno de estos 7 grupos se dedica al tema de la ?visión? del Capítulo sobre el Instituto para los próximos 8 años y se compone de unos 24 miembros dado que cuenta con la representación de 3 ó 4 miembros de cada mesa. Con esta organización han tenido una primera reunión los que se dedican a estudiar cada ?tarea?. Con esta estructura de trabajo se ha comenzado a mover esta compleja orquesta llamada Capítulo.

El pulso de la asamblea

En la asamblea capitular se capta el cambio de ritmo con respecto a la etapa anterior. ?El Capítulo ha comenzado una nueva etapa. El trabajo en grupos se percibe como un nuevo aliento en búsqueda de lo fundamental en medio de la bruma?. Se comenta en los pasillos. De otra boca escuchamos lo siguiente: ?La novedad es grande. La tentación de volver a los métodos conocidos está ahí. La natural confusión de los primeros intentos no ayuda. Con todo, predomina la confianza en el método de trabajo y las posibilidades de participación que ofrece?. Y otro añade: ?El método de consenso y trabajo simultáneo por grupos, nos permite escuchar a muchos al mismo tiempo que sentirnos escuchados. No cabe duda de que este método se encuentra favorecido por el número de capitulares que forman este capítulo, 83 capitulares?.

Los miembros de la asamblea están muy satisfechos con lo materiales que les han ofrecido para componer la sinfonía que ha de interpretar el mundo marista en los próximos años. ?El trabajo preparatorio que se fue haciendo a lo largo del último año en las provincias ha sido importante desde el punto de vista de la motivación de buena parte de hermanos. Además este trabajo cristalizó en las cartas regionales, que han supuesto un material de primera mano donde los capitulares tratan de buscar las direcciones clave del Instituto para los próximos ocho años?.

La sintonía de la asamblea con el método que se está empleando se ha puesto de manifiesto abiertamente por el consenso de la asamblea. Y así lo manifiestan algunas apreciaciones personales: ?El ambiente general del Capítulo es muy fraternal. Todos los capitulares están dispuestos a hacer un servicio que traiga nueva vida al Instituto. Hay una cierta preocupación por el tiempo restante, habida cuenta de la tarea que queda por hacer. Algunos tienen miedo de que haya que trabajar a marchas forzadas en los últimos días?. Y no falta la mirada que vibra con lo que está contemplado: ?Al mirar la sala capitular y ver a los hermanos reunidos alrededor de la mesa vienen a mi mente dos escenas marcadas por el sentimiento de comunión: Champagnat en La Valla, alrededor de la mesa con los hermanos, compartiendo sus sueños, sus sentimientos, su experiencia de Dios, y las primeras comunidades cristianas que lo ponían todo en común?.

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