26 de septiembre de 2017 COLOMBIA

Martes, 26 de octubre

El lunes, los participantes llegaron a la base de la U en el proceso que vive el Capítulo General de los Hermanos Maristas. Después de considerar la realidad del mundo y del Instituto, los capitulares ahora escuchan lo que Dios quiere del Instituto, como identidad y como acción. Más que de palabras, es momento de silencio, de escucha …

 

Solidaridad con México y Puerto Rico

Antes de iniciar, se dio espacio al Provincial de México Central, H. José Sánchez, quien con el H. Luis Felipe, estuvo ausente del Capítulo 3 días para ir a su Provincia tras la crisis provocada por el terremoto. Subrayó la solidaridad del pueblo y el compromiso marista para dar alivio a la población afectada. También tomó la palabra el H. Luis Carlos Gutiérrez, Provincial de Centroamérica, que describió las dificultades de Puerto Rico, tras el paso del huracán María a la isla.

Oración de la mañana

La oración de la mañana, guiada por los capitulares de los Estados Unidos, favoreció la unión con Dios a través del universo, con la oración de las "4 direcciones", común a tantas culturas. La versión de hoy viene directamente de los nativos de América del Norte y recordó a la asamblea que la primera revelación de Dios se dio en el cosmos y en la tierra. La oración invitaba a respetar la tierra y pedía el Espíritu, que renueva la faz de la tierra.

 

Panorama del camino

El H. Joao Carlos dol Prado, secretario del Capítulo, resumió los avances del Capítulo. A partir del miércoles, el Capítulo se comienza a mirar hacia adelante: lo que Dios indica para los Maristas. Allí están las implicaciones clave, a nivel personal e institucional. Estas implicaciones clave son principios, son orientaciones para el nuevo La Valla que Dios nos pide. De jueves a sábado, se vivirá la experiencia de "dejar venir" la novedad que Dios está queriendo para el Instituto. Partiendo de eso se trabajarán los temas clave, los elementos fundamentales para la vida marista: gobierno, laicos, derechos de los niños, etc.

 

Oyendo las llamadas de Dios en silencio

El martes se dividió en dos momentos. Por la mañana se propuso un momento de retiro, de profundo silencio, diálogo personal con Dios, a la escucha de Dios. En la tarde, se compartieron las intuiciones que se tuvieron en el silencio.
Se facilitó el diálogo con Dios, proponiendo algunas disposiciones y posibles preguntas. Matthieu, recordó que para que haya sincero diálogo es necesario dejar de lado las propias expectativas, abriendo espacio para lo nuevo. En el momento de la síntesis, recomendó el uso de palabras nuevas, dejando de lado los conceptos que normalmente se usan. Es decir, no usar palabras como "La Valla", "colegios", "Montagne", "misión", "carisma", etc., pues es un nuevo comienzo requiere también un nuevo vocabulario.

 

Sesión de la tarde

Para la sesión de la tarde los capitulares se reunieron en un gran círculo. Después de la oración mariana, el grupo comenzó a recoger los frutos de la reflexión de la mañana. El primer paso fue escribir en una hoja las palabras que expresaban lo reflexionado. Luego, el espacio central del círculo comenzó a llenarse con las contribuciones, empezando por los hermanos jóvenes invitados, después los laicos y luego todo el grupo.

Los llamados se fueron reuniendo por tema y se formaron cerca de 13 grupos, tales como la misión en medio de los menores pobres, centralidad de Jesucristo, relación hermanos y laicos, autenticidad, transformación, fraternidad, comunidad global, formación y otros.

Estos grupos de temas representan las grandes líneas, los llamamientos que los capitulares están escuchando como voz de Dios para el Instituto.

Para concluir los trabajos del día, cada participante expresó una palabra que describe lo que vive después de esa tarde de compartir. Dos de las palabras más repetidas fueron "búsqueda" y "esperanza".

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