Medios de crecimiento para el desarrollo del liderazgo regional
El encuentro regional de líderes de la animación de los laicos maristas se ha celebrado en Bangkok, Tailandia, del 31 de enero al 5 de febrero, en el Centro Pastoral de los Camilos. Había 16 participantes llegados de Australia, África del Sur, Camboya, China, Filipinas y Asia del Sur (Sri Lanka). Nuestro encuentro empezó con el sentimiento positivo de caminar hacia una nueva tierra.
Primeramente fuimos invitados a considerar nuestra vocación marista, sobre todo a partir de la llamada del 21 Capítulo general. Se nos invitaba cordialmente a esta nueva relación –una nueva era del carisma marista-, a tener una mirada y un enfoque más profundos de nuestra vocación de laicos maristas.
Los principales objetivos de nuestro encuentro eran los siguientes:
1. Compartir la realidad de nuestras Unidades administrativas respecto a la animación de los laicos maristas: estructuras, experiencias, recursos…
2. Tomar conciencia de las nuevas relaciones de comunión entre hermanos y laicos, y su implicación en la vida de las Unidades administrativas.
3. Crear y apoyar procesos de discernimiento / formación en cada Unidad administrativa.
4. Vigorizar los procesos de discernimiento de la vocación de los laicos maristas (acompañamiento, etc.).
5. Promover lazos sólidos entre los laicos maristas en cada Unidad administrativa.
6. Lanzar y desarrollar una red de comunicación entre las Unidades administrativas de la región y también con el Secretariado de Laicos.
Este encuentro estaba enfocado como un ejercicio de animación y visualización de los medios de crecimiento para el desarrollo regional del liderazgo. Dicha animación iba a ser compartida y a confirmar la autonomía de los laicos en un espíritu de comunión. En este mismo sentido, la metodología fue totalmente participativa.
Se tomó en cuenta la evolución de la vocación del laicado marista, la realidad del nuevo espíritu de comunión que surge en el mudo marista y la misión de los Maristas en general.
“En primer lugar, me parece que para nosotros, los hermanos, el hecho de que el Capítulo haya reconocido explícitamente la vocación de los laicos maristas ha sido de suma importancia. El Capítulo reconoce que se trata de un don de Dios. Hablamos de vocación y la vocación es un don de Dios. Por lo tanto, no somos nosotros, los hermanos, quienes damos algo del carisma marista a los laicos. La vocación marista es un don de Dios. Lo cual nos sitúa en una relación de igualdad: la vocación de Laicos Maristas y la vocación de Hermanos Maristas.” (Palabras del H. Emili Turú, Superior general).
Se notó también un “misterio” que nos unía mutuamente y constatamos que los dos encuentros nos ofrecían caminos nuevos.
“Ustedes son la voz de la Iglesia; deben, pues, hablar sin miedo. Están llamados a ser fuego; y ¡el fuego tiene que quemar!”(H. Emili Turú). Intentamos, pues, descubrir en nosotros ese fuego que nos convierte en un fuego único: la vocación marista.
La invitación más fuerte recibida para vivirla y proclamarla, fue ser humanos y tener el corazón de María, nuestra Buena Madre, y Champagnat.
Durante el programa de animación comprendimos que el Espíritu Santo nos invitaba a una tarea apasionante, si bien no necesariamente fácil, sobre todo en nuestra región.
Nos recordaron que, por el bautismo, hermanos y laicos tenemos LA MISMA DIGNIDAD FUNDAMENTAL de todos los miembros del pueblo de Dios y la misma misión en el mundo.
Siendo de diversas culturas asiáticas donde Cristo es poco conocido, los participantes de Asia se enfrentan a dificultades que pueden parecer insuperables. Sin embargo, las diferencias contribuyen a la unidad; constatamos algo común en cada uno de nosotros, hermanos y laicos.
Todos tenemos nuestra vocación común: ser Maristas en espíritu y vivir el día a día al estilo de María y Champagnat…, apasionados por “dar a conocer a Jesús y hacerlo amar”.
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Siempre hay un misterio que nos conecta con los demás y sabemos que cada encuentro lleva a las personas hacia nuevos caminos. Nuestra reunión comenzó con el sentimiento de que algo bueno podría pasar. Escuchamos y actuamos con el deseo de estar abiertos a ir donde el Espíritu nos pudiera llevar. Respondimos al reto: “¡Saltemos!”.
La vida es mucho más
de lo que tus ojos pueden ver.
Encontrarás el camino
si continúas creyendo.
Como “exploradores” maristas, tratamos de descubrir este fuego en nuestro interior que nos lleva a ser uno, un fuego que llamamos nuestra Vocación Marista. Retos, preguntas, inspiración y pasión son parte de nuestro viaje. Algo está creciendo y nos mantiene en movimiento…
La invitación más fuerte recibida para vivirla y proclamarla, es ser humano y tener el corazón de Maria y Champagnat.
Muchos retos y dificultades encontraremos en el camino, pero miramos hacia delante con esperanza. Los Maristas de Asia soñamos y creemos que nacerán nuevas realidades: una profunda estima de nuestra vocación marista y una respuesta urgente para realizar nuestra misión en Asia. ¡Salgamos de prisa!