Mensaje de los jóvenes maristas
Los jóvenes maristas reunidos en el Encuentro Internacional de Buitrago queremos agradecer la oportunidad de haber vivido esta experiencia en la cual todos hemos sentido un mismo espíritu, un carisma Marista.
Los jóvenes estamos muy agradecidos al Instituto Marista por acompañarnos, por mostrarnos todo aquello que Jesús, María y Marcelino Champagnat pueden aportar a nuestras vidas, por apostar por nosotros como agentes maristas, por creer en nosotros como personas con múltiples capacidades.
Agradecemos la misión del Instituto y el modelo que vive y transmite, por ser luz y esperanza en las realidades de cada provincia y por darnos un modelo en nuestras vidas que nos ayuda a ser personas y a mejorar el mundo a cada paso.
Gracias por ser una institución abierta: el espíritu de familia, la acogida a cualquier hora, en cualquier momento, hacen que realmente nos sintamos parte de esta familia. Este espíritu ha favorecido que en este encuentro hayamos podido seguir descubriendo y compartiendo el carisma marista.
Gracias por la oportunidad de poder compartir la fe con otros jóvenes, porque nos mantiene la esperanza de transformar el mundo según el proyecto de Jesús.
Atentos a la realidad del mundo
Los jóvenes somos parte del mundo y, por lo tanto, queremos caminar hacia un mundo nuevo, hacia una tierra nueva. Una tierra que pueda estar en paz y donde los más desfavorecidos puedan estar en igualdad, donde podamos llegar al entendimiento, a través de unas relaciones más sanas y más comprensivas.
Creemos que es importante conocer la realidad en la que vivimos y sus necesidades para encontrar respuestas adaptadas a nuestro mundo actual.
Creemos que la solidaridad es la forma de expresar la presencia de Dios en el mundo; Marcelino Champagnat supo mirar las situaciones de su tiempo y responder. Actualmente nos encontramos ante una realidad marcada por la crisis de fe, la injusticia y la degradación ambiental y los maristas debemos estar preparados para hacer frente a estas situaciones a través de la educación.
Queremos favorecer un cambio de las estructuras -del mundo, de la Iglesia, del Instituto marista,…- para que estén al servicio de la sociedad, especialmente de los más desfavorecidos –en lo material y en lo espiritual-.
Jóvenes maristas hoy
Los jóvenes maristas nos sentimos en corresponsabilidad con los hermanos y laicos en la misión marista.
Queremos transmitir vida -estemos dónde estemos- porque es lo mejor que sabemos hacer. Queremos un mundo vivo, un mundo que siente, un mundo que ama: todo lo que hagamos con amor sincero es bueno para todos.
Queremos vivir y celebrar la fe sin complejos, desde la espiritualidad, siendo portadores de la buena noticia con coraje y perseverancia.
Lo que nosotros podemos ofrecer al mundo es nuestro testimonio, nuestro amor, nuestro compromiso y nuestras propias personas. Queremos cultivar una mirada global, pero sin perder nunca de vista que tenemos que trabajar de manera local. Queremos desarrollar esta tarea siendo protagonistas en cada uno de nuestros países, en todos nuestros movimientos, en las escuelas, en las universidades… porque así actualizaremos la experiencia de L´Hermitage en el mundo de hoy.
A los hermanos
Los jóvenes también necesitamos algunos cambios para sentirnos más cerca de vosotros. No os quedéis encerrados en la esfera de lo marista, ayudadnos a abrirnos a la Iglesia en su conjunto, en el mundo. Buscad con nosotros un equilibrio dentro de la Misión compartida entre hermanos y laicos, pero no perdáis vuestra identidad de Hermanos, necesitamos que continuamente actualicéis la institución de Marcelino de forma cercana y humilde.
Los jóvenes necesitamos que los hermanos no tengáis miedo a expresarnos la palabra de Dios, el mensaje de Jesús y el testimonio de vuestra vida Marista. Realmente es vital y crucial que vosotros seáis revolucionarios y valientes en este tema en las sociedades en las que vivimos. Tenemos muy clara nuestra identidad marista, pero también tenemos la necesidad de sentirnos Iglesia, de poder ser el rostro mariano de la Iglesia de hoy, de sentirnos parte y fuerza de la Iglesia de hoy, abiertos a los distintos carismas que hay en la Iglesia.
Compartimos la preocupación de futuro por el envejecimiento de los hermanos en ciertas partes del Instituto, que podría conllevar a un alejamiento de la Misión. Fomentar la presencia de los Hermanos entre los niños pequeños y jóvenes. Fomentar la formación del espíritu marista y la cercanía de los hermanos para favorecer las vocaciones maristas, ya sean laicales o de hermanos.
Propuestas concretas
Posibilitar la creación de comisiones de jóvenes maristas a nivel local, provincial, regional e internacional para seguir generando y compartiendo inquietudes y propuestas en relación a la vida de los jóvenes y del Instituto Marista (posibilidad de participar en la siguiente Asamblea de Misión Marista).
Comprometernos en la defensa de los derechos de la juventud a través de la participación en instituciones políticas.
Las nuevas tecnologías son una buena oportunidad para sentirnos en red, para facilitarnos el contacto, para sentirnos cercanos, para compartir, para proponer respuestas a la situación de los jóvenes en el mundo,… (chat, blog, red social,…)
Tener como referencia de nuestro trabajo pastoral el documento Evangelizadores entre los jóvenes.
Proponemos que se favorezcan los intercambios culturales entre provincias y a nivel regional para que sigamos siendo conscientes de que la realidad que vivimos en nuestras comunidades es muy diferente a la que se vive en otros lugares. Son necesarios encuentros de jóvenes para compartir experiencias de vida y también propiciar intercambios para hacer pastoral joven en una realidad diferente, porque esto favorece el crecimiento personal y al mismo tiempo es trabajo marista. Conocer otras realidades nos genera un compromiso para con los otros y nos aporta una visión global a la hora de trabajar en la dura tarea de cambiar el mundo; esa es la buena noticia de este Encuentro.