
Misión y laicado
El trabajo de este día (29 octubre) se ha centrado en el análisis del seguimiento de las políticas de sobre misión y el laicado que está aplicando cada provincia a partir de las indicciones surgidas del Capítulo general.
Este trabajo se había planteado en la tarde de ayer recuperando la memoria de lo que se vivió durante el proceso de la Asamblea de misión marista y sobre los encuentros de formación conjunta de hermanos y laicos tenidos en Les Avellanes y Quito. Después de comprobar el impacto de estos acontecimientos en las respectivas provincias, así como la continuidad que se les está dando en los programas provinciales, hoy se han destacado los desafíos que plantean estos acontecimientos para el futuro de las provincias y distritos. Los aportes que se han compartido en la asamblea se podrían agrupar en torno a unos pocos tópicos: identidad, misión, pertenencia, formación, participación y animación. Hacemos una síntesis de lo más significado que se ha compartido en la asamblea.
Identidad
Se comprueba que existe la necesidad de realizar una reflexión más cuidadosa para clarificar la identidad tanto de los hermanos como de los laicos y construir dicha identidad a través de encuentros, reflexiones y decisiones compartidas. Con relación a los hermanos se insiste en la necesidad de poner más en evidencia la identidad de hermanos como hombres de Dios al servicio de los demás.
En cuanto a los laicos se desea que quede bien diseñado el perfil del laico y de la laica marista vocacionados. Reconocer el laico marista de aquel que es un colaborador sin más distinguiendo entre laicos y laicos cuyas motivaciones e intereses pueden ser muy diversos. El proceso de consolidación vocacional compartido entre hermanos y laicos ha de potenciar la identidad de cada uno de modo que no prevalezca el de los hermanos para los laicos. Por parte del Instituto hay que reconocer el laicado marista como oportunidad y no como amenaza de alguien que ocupará el lugar de los hermanos.
Misión
Con relación a la misión se indica que hay que profundizar en el corazón de la misión, compartir los desafíos que surgen de los documentos programáticos del Instituto y de la realidad de los más necesitados. Se insinúa la oportunidad de iniciar procesos nuevos de pastoral vocacional, de formación, de profundización en la espiritualidad marista, de acompañamiento personal, comunitario y familiar y de vinculación al Instituto.
Pertenencia
La reflexión acerca de la pertenencia al Instituto se suscita como una necesidad para dar respuesta al movimiento del laicado. Se alude a la necesidad de profundizar los aspectos legales de la corresponsabilidad y pertenencia tanto de orden civil como canónico. Se alude a la oportunidad de estructurar distintos grados y formas de pertenencia al Instituto para plasmar en nuevas estructuras y en formas jurídicas y canónicas la actual forma de vivir la misión compartida en la congregación, aunque se puntualiza que las intuiciones parecen indicar que la vinculación de los laicos no se hace tanto al Instituto cuanto al carisma de Marcelino. Algún hermano ha insistido en que hay que clarificar lo que entendemos por carisma marista: (Carisma = misión + espiritualidad).
Hay realidades concretas que comienzan a tener su entidad en el Instituto: El Movimiento Champagnat de la Familia marista es un referente, lo mismo que algunas experiencias de fraternidad conjunta de hermanos y laicos. Se va consolidando el deseo de una vivencia en comunidades mixtas integradas por laicos vocacionados en las que se ponga de manifiesto su compromiso institucional con el carisma marista expresado en diversos modos de pertenencia. Y también se destaca un nuevo interés en una pastoral vocacional conjunta de hermanos y laicos para hermanos y para laicos.
Formación
Mendes desencadenó nuevos programas de formación, tanto para hermanos como para laicos. Hay que mantener viva la ?llama? de Mendes por medio de un proceso que alimente la vivencia impulsada por la Asamblea internacional de misión.
En la asamblea se insiste una y otra vez, con distintos matices, acerca de la formación conjunta de hermanos y laicos, por eso se insiste en llevar adelante proyectos de formación conjunta de hermanos y laicos para acompañar las distintas etapas de pertenencia que se vayan definiendo. Para ello se deberán concretar los distintos proyectos de formación de laicos que se están gestando en las provincias. Estas nuevas perspectivas ponen de relieve la necesidad de preparar a los hermanos para este cambio y preparar formadores para este nuevo modelo. Los hermanos subrayan que, tanto en Brasil como en el Cono Sur se va a dar continuidad a la experiencia de Quito y proponen promover estructuras regionales de formación conjunta de hermanos y laicos para formar líderes y acompañar los procesos.
Participación
Acerca de la participación concreta de los laicos en la vida marista se habla de constituir espacios para experiencias concretas en las que se pueda compartir la espiritualidad, la misión y la responsabilidad. Se considera necesario definir la continuidad de Mendes, tanto en el trabajo con los laicos como con las nuevas orientaciones del Instituto. Después de toda esa movilización tan amplia de personas en la que se ha implicando a los laicos y a los hermanos, ¿dónde tenemos que llegar?, ¿qué nuevos pasos hay que dar? Parece necesario comenzar a dar pasos progresivos en la participación en el carisma marista.
Animación
Para la animación de todo lo relacionado con las políticas de la misión y del laicado se habla de implicar más a los directivos en la misión y en la espiritualidad para que sean los primeros dinamizadores en las obras. Se pide que haya mayor intercambio de lo que se hace en cada lugar de la región. Y se expresa el deseo de que en los próximos años, se planifiquen los grandes acontecimientos para aprovecharlos mejor y profundizarlos más.
Excursión y visita a Mar del Plata
La tarde de este día se dedicó a visitar Mar del Plata, el Colegio Peralta Ramos dirigido por los hermanos, donde se celebró al Eucaristía, y la ?Laguna de los padres?, vestigio de la primera evangelización de estas tierras. Un churrasco argentino, amenizado con música típica y danzas con sabor gaucho, puso punto final a esta jornada.