1 de octubre de 2013 CASA GENERAL

Nuestros ya próximos beatos maristas

Queridos hermanos y amigos maristas: Un saludo y un deseo de bienestar para todos. Que Jesús, María y Marcelino sigan acompañándolos y bendiciéndolos. Dando una hojeada retrospectiva a aquel 28 de octubre de 2007, en que 47 de nuestros hermanos fueron beatificados en Roma y reviviendo un poco el entusiasmo, la devoción y la alegría que se despertó en nosotros al vivir de cerca o de lejos este acontecimiento, los invito a centrar ahora nuestra atención a lo que próximamente, el 13 de octubre de este año 2013, volveremos a revivir con la beatificación de 66 hermanos mártires y 2 laicos maristas, testigos fieles de la fe que iluminó sus vidas y los fue llevando al don total de su vida, confesando, con su muerte, su opción plena por la persona de Cristo.

Quisiera invitarlos también a que superemos un posible escepticismo, ante hechos y personas tan distantes de nosotros en el espacio y en el tiempo. Mi invitación la fundamento en que son, no solo antecesores, que como todo ser humano, dejaron una huella en su paso por nuestro mundo y la cual, a algunos de nosotros, no nos ha tocado ver de cerca.

Son nuestros hermanos, miembros de nuestra familia, que, al precedernos, nos están trasmitiendo un extraordinario sentido  de la vida consagrada marista, que se entrega a Dios y al prójimo, según el carisma que heredamos de San Marcelino. Recordemos las palabras del himno cantado a nuestros hermanos mártires, beatificados en el 2007: “Fijaron sus ojos en Cristo y nunca volvieron atrás…”

Ojalá que todos, como miembros de este Instituto Marista, nos interesemos y nos alegremos con su beatificación, que no es otra cosa que el reconocimiento oficial y público de su santidad, por parte de nuestra Iglesia.

Hoy, 20 de septiembre, que escribo esto, recordamos el aniversario del asesinato el H. Eusebio del grupo de otros 59 hermanos maristas mártires, cuya causa de beatificación deberá retomarse después de al menos 4 años de haber sido iniciada.

Como vemos, hermanos y amigos maristas, la vocación marista sigue demostrando que es un árbol bueno y produce frutos buenos.

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H. Luis Jorge Flores Aceves, Postulador General
20 septiembre 2013
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