9 de enero de 2025 ESPAñA

Palabras del H. Ernesto en el funeral del H. Luis Carlos

La misa de cuerpo presente del H. Luis Carlos Gutiérrez, Vicario general fallecido el 4 de enero, tuvo lugar en  la Parroquia de “Nuestra Señora del Pilar”, en Los Montesinos (Alicante, España), el 8 de enero. Estuvieron presentes sus familiares, representantes del Consejo General, de la Administración general, de la Provincia de América Central y de las provincias con presencia en España.

En seguida reproducimos las palabras del Superior general, H. Ernesto Sánchez, al final de la Eucaristía del funeral y algunas partes de la celebración.


Agradezco su presencia en esta Eucaristía, en la cual encomendamos a Dios y a María, nuestra Buena Madre, a nuestro H. Luis Carlos Gutiérrez Blanco. 

Nos acompañamos en este caminar, con su mamá, Loren, su hermana Martha y su familia. 

Gracias a los Sacerdotes por la celebración, en esta hermosa Iglesia de Nuestra Señora del Pilar: el Vicario de Alicante-Orihuela, D. Fernando Moreno S., el Párroco de esta Iglesia, P. Francisco Román R., y el P. Pedro García. 

Gracias a los hermanos Provinciales presentes: Aureliano García – a quien le agradezco mucho todo el apoyo que ha dado estos días-, Máximo Blanco, Abel Muñoz y Gabriel Villa-Réal, de las Provincias Maristas con presencia en España, y al H. Juan Carlos Bolaños, Provincial de América Central, a la cual pertenece el H. Luis Carlos.

Y gracias a todos los Hermanos y Laicos aquí presentes, Maristas de Champagnat, y a los amigos de la familia que han venido a participar.

Nos acompañamos todos en el dolor que sentimos con el fallecimiento del H. Luis Carlos. Para mí, personalmente, es muy triste y doloroso haber perdido a mi Hermano y Vicario general, quien en estos años ha realizado un gran y excelente servicio al Instituto.  Es impresionante la cantidad de mensajes que recibimos de tantos Hermanos y Laicos Maristas con relación a Luis Carlos.  Es bueno mirar y recordar todo ese bien que él ha realizado en el Instituto, tanto en su Provincia de América Central, desde muy joven que inició allá, como en todo el Instituto a lo largo de estos 8 años como Vicario general.

Estamos invitados a caminar como “testigos de esperanza”, como nos ha sugerido el Papa Francisco en este año Jubilar.  En medio de nuestra tristeza, ante la pérdida de nuestro Hermano, vivir con esperanza recordando que nuestra vida viene de Dios y siempre está en Él, nuestro Padre y Creador.

María, nuestra Buena Madre, lo tiene en sus manos.  Le agradecemos y seguimos confiando en Ella, quien nos ama con tanta cercanía y cariño. Y lo encomendamos a San Marcelino Champagnat.

Gracias a los Hnos. Óscar y Chuchi, que han preparado esta Celebración Eucarística.

A continuación, escuchamos el canto “Hermano, adiós”, de Kairoi, que nos recuerda que el H. Luis Carlos es Hermano por siempre.

MONICIÓN DE ENTRADA (Leída por el H. Óscar Martín, Consejero general)

Buenos días a todos,

  • querida mamá Loren, hermana, cuñado y sobrinos del H. Luis Carlos, queridos familiares,
  • queridos amigos y vecinos de los Montesinos
  • queridos celebrantes y parroquia de Nuestra Señora del Pilar,
  • querido H. Superior General, Consejeros, Provinciales y todos los Hermanos y Laicos maristas.
  •  

Hoy nos reunimos aquí para despedir a nuestro querido H. Luis Carlos Gutiérrez Blanco, y para dar gracias por su vida. Su muerte inesperada nos ha dejado a todos tristes y desolados. Pero su vida entregada y generosa es una luz que alumbra nuestro camino.

Más allá de la tristeza, hoy queremos leer su vida y su muerte desde nuestra fe. Desde la celebración de la Navidad que hemos vivido hace apenas unos días y en la que hemos aprendido que Dios se ha hecho hombre para acompañarnos, para cuidarnos y para dar sentido a nuestra vida.

Por eso, hoy queremos poner a nuestro Hermano Luis Carlos en las manos de Dios y en los brazos amorosos de María. Y queremos agradecer el regalo que su vida ha sido para nosotros, para su familia de la que tanto aprendió y en la que fue tan querido, y para todo el Instituto Marista. Desde todos los rincones del mundo, estamos recibiendo centenares de mensajes de gratitud y reconocimiento que así lo expresan.

Como Hermano Marista, Luis Carlos consagró su vida a la misión de educar y evangelizar, viviendo en comunidad, y entregándose sin reservas. La educación y el anuncio de Jesús fueron su pasión. Y cuantos hemos tenido la suerte de conocerle o convivir con él, damos hoy gracias a Dios por su persona y vocación.

Además, ha ejercido diversos liderazgos y servicios en la Congregación de Hermanos Maristas, por muchos años en América Central, y siendo en los últimos años el Vicario General: un líder servidor y profético en medio de todos.

Aunque sintamos tristeza, aunque su pérdida nos desconcierte, pidamos hoy a Dios que aumente nuestra fe. Pidamos a la Buena Madre María y a san Marcelino Champagnat que le lleven de la mano. Y demos gracias porque somos Hermanos en camino, y porque nuestra confianza y nuestra gratitud están, más que nunca, en El Señor.

Cantemos “Juntos como hermanos”

LECTURAS

  • Romanos 8,14-22 ó 1ª Juan 3,1-2 (Leída por el H. Aureliano García, Provincial de Mediterránea)
  • Mt 11,25-30 ó Mt 5,1-12a

PETICIONES (Leídas por el H. Juan Carlos Bolaños, Provincial de América Central)

  • Recemos hoy, con gratitud y esperanza por el eterno descanso de nuestro querido H. Luis Carlos. Le ponemos confiadamente en manos de la Buena Madre María, y damos gracias a Dios por su vida de entrega y generosidad. Roguemos al Señor.
  • Recemos también con la familia de nuestro Hermano: por la mamá, hermana, cuñado, sobrinos… y por todos los que le queremos y hemos querido. Que su ejemplo nos anime a vivir este momento con fe, confianza en el Señor y agradecimiento. Roguemos al Señor
  • Recemos por esta parroquia de Los Montesinos, por todo el pueblo, y también por toda la Iglesia universal: que Dios nos ilumine para vivir con sentido y con fe, para ser agentes de paz y transmisores de esperanza, para caminar como Pueblo de Dios y constructores del Reino. Roguemos al Señor
  • Recemos con el Instituto Marista, con el H. Superior General y su Consejo, con todos los Hermanos y Laicos maristas del mundo. Que continuemos el legado de entrega y fraternidad que vivió nuestro H. Luis Carlos. Que sigamos amando a Jesucristo y haciéndolo amar, como nos enseñó S. Marcelino Champagnat. Roguemos al Señor.
  • Recemos en comunión con nuestro mundo, con los más necesitados, con los que sufren la guerra: que el nacimiento de Jesús, príncipe de la paz, nos enseñe a crecer en justicia, en solidaridad y en relaciones de hermandad para con todos. Roguemos al Señor.
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