19 de septiembre de 2011 MéXICO

Patrimonio espiritual marista

 “La visión que ahora tengo de Marcelino está condicionada, sobre todo, por el encuentro que he tenido con las cartas que Marcelino escribió de enero a julio de 1838 cuando estuvo en París”.
“Estar en Cepam ha sido para mí un viaje a las fuentes, a las “soledades” del Hermitage, para encontrarme con Marcelino. Las fuentes han venido a mí”.

“Al contemplar a Marcelino, especialmente a lo largo de estos tres Ciclos de Cepam, me quedo convencido en primer lugar que era un hombre de Dios y desde ahí fue el hombre que en todo momento quiso responder a la voluntad de Dios. Sólo de esa manera pudo sacar adelante la obra que le fue encomendada por el mismo Dios en medio de tanta dificultad como le tocó vivir. Incluso frente a la incomprensión de sus superiores y cohermanos”.

“Descubro, y esto ha sido para mí una novedad sorprendente, a Marcelino que entra en comunicación profunda con Francisco. Si se observa con detenimiento se podrá apreciar la hondura de las palabras y la transparencia que muestra Marcelino en sus cartas hacia él. De esta manera se entienden, por otro lado, los profundos sentimientos que transmite el H. Francisco cuando habla del fundador, especialmente en sus circulares. Me ha ayudado a “volver la mirada” hacia este testigo de “las intenciones del fundador”. Es posible que escudriñando su vida y sus escritos descubramos mucho más de lo que significa acoger y encarnar en nuestra vida de hermanos el espíritu del P. Champagnat.”

“Estos días, Marcelino, he podido conocer un poco más de ti, más allá de aquellos datos básicos que aprendí siendo niño y estudiante marista. He podido ver tu empeño en consolidar un sueño, una misión que sentías que venía de Dios y en la que comprometiste tu vida entera. Los maristas tenemos mucho que compartir al mundo, a los jóvenes que buscan sentido a sus vidas y tienen sed de Dios. Marcelino, acompáñanos y enséñanos a ser apasionados por Dios, como María, y apasionados por la humanidad”.

“Marcelino un hombre que escuchó y dijo sí al llamado que Dios le hizo, asumió en amor todas las dificultades que se le presentaron (no en todas salió victorioso, pero su obra es grande). Pero claro caminó de la mano de Jesús y María, la Buena Madre”.

“A figura de um ícone vai sendo substituída por uma figura humana. Aos poucos, sinto-o mais perto das realidades que vivo hoje, e ao mesmo tempo me percebo em muitas de suas realidades. Dou-me conta de que é inatingível seu esforço humano para estar na presença de Deus”.

“Marcelino recebeu um carisma e posso entender que o carisma está acima de uma fundação, pois não queria pessoas para desempenhar uma função. Queria homens comprometidos com a educação cristã. A partir da história, consigo entender cada vez mais a vocação do Irmão Marista; o nosso chamado é singular. Temos uma origem que dá sentido para tudo o que fazemos hoje e não podemos nos distanciar”.

______________________
Testimonios de los participantes en el Curso
Zapopan, Jal., México, a 30 de julio de 2011

Primera sesión – 2010

VOLVER

Un nuevo canto a María y la nueva tierra...

SIGUIENTE

Patricia Cecilia Rios Gomez...