Promoción de un nuevo proyecto de apostolado
Llueve sin cesar…pero trabajamos sin parar! Después de 8 meses de andar a tientas, logramos ponernos de acuerdo con la diócesis para comenzar un proyecto. Tuvimos que reflexionar bastante, hablar y desplazarnos mucho… mientras que miles de pequeños acontecimientos “alegraban” nuestros días. He aquí algunos ejemplos: el hermano Pedro tuvo la mala suerte de clavarse dos clavos oxidados en un pie. Tuvimos que llevarlo a Bangkok para asegurarnos de que recibiera los cuidados adecuados. Por otro lado, Max vio como el perro de la casa hacía pedazos las instrucciones del nuevo aspirador que estaba tratando de encender. También nos llevamos una sorpresa al ver llegar a un gatito muy bonito a la comunidad, regalo de los niños de la City. Al animalito no le incomoda subirse a los hombros de Max para olfatear los diferentes platos de comida. Personalmente, como yo suelo desplazarme en moto por nuestras “carreteras” o más bien “carreteras destapadas”, tuve la mala suerte de verme en medio del barro después de un vuelo perfecto, por fortuna sin consecuencias graves, aparte de algunas contusiones. Nuestra camioneta dio el último suspiro, y realmente necesitamos una nueva.
Además tenemos visitantes. Los citaré en orden: el superior del distrito (nuestro perro mordió el cable de su computador), amigos, colaboradores y varios animales. Pienso especialmente en las hormigas, que son una verdadera plaga, mientras que para las ratas y los ratones, las trampas parecen ser suficientes.
Participamos en el retiro anual con nuestros hermanos de Vietnam y de Tailandia, en el centro pastoral de los padres en Bangkok.
Bueno, pasemos al objetivo real de esta misiva. Hasta el día de hoy, siempre les he hablado de nuestros planes y de todos los trámites, y desde hace un mes, recibimos la responsabilidad de dos “hostales”, o tipos de internados. Tuvimos entonces un proyecto muy concreto que empezó sobre la base de previos proyectos menores. Nosotros dirigimos, en colaboración con la diócesis, el actual centro parroquial y nuestro propio centro de estudios. Estas dos casas están abiertas a todos los visitantes y, claro está, a los más necesitados. Ahí se ofrece también alojamiento, alimentación y posibilidades de estudio a 16 jóvenes Bunong, mujeres y hombres jóvenes. En la medida de lo posible, tratamos de mejorar nuestra casa, principalmente con los dones de dinero.
Nosotros, los hermanos, nos encontramos frente a una nueva situación. Las dificultades del inicio de las reparaciones y el enfrentar tantos imprevistos, además de las exigencias de las autoridades eclesiásticas, hacen que nos sea difícil lleva una “vida religiosa” normal. Nos adaptamos a las circunstancias y somos felices.
Apenas nos comprometemos en nuestro trabajo empiezan a aparecer los primeros problemas. Algunos jóvenes Bunong no saben bien lo que quieren. Se inscriben, se retiran y se vuelven a inscribir, etc. Una joven desistió de continuar sus estudios con nosotros porque tenía una relación con un joven, y ahora estáembarazada de tiene 6 meses…, tuvimos que tacharla de la lista. Las ideas de las autoridades eclesiásticas de aquí, en cuanto al personal que hay que contratar y a las condiciones de admisión, difieren un poco de las nuestras.
La estación de las lluvias sabotea un poco los cursos de inglés que damos en el centro “Caritas y New Humanity”. Las carreteras embarradas no son transitables en esa estación, sobretodo en la noche.
Nuestras nuevas habitaciones, ubicadas en la planta superior de la casa, no tienen techo sino unas vigas de madera. Se escucha el mínimo ruido, sobre todo la lluvia que cae sobre las tejas de eternit y el viento entra por toda parte.
Las hormigas prefieren estar “secas” en nuestras “habitaciones”. Suben en largas filas a lo largo de la pared exterior y entran por las rendijas de la casa, especialmente a nuestra capillita. Dos grandes lagartijas nos esperan ahí para participar también en la oración y pasar la noche al fresco.
De todas maneras y a pesar de todo ello, vale la pena vivir esta vida. Damos la ms efusivas gracias a todos aquellos que nos apoyan, con sus oraciones, sus visitas, su colaboración o ayuda económica. Nosotros trabajamos juntos para preparar un futuro mejor para los habitantes de la jungla camboyana.
Gracias – arkun tscheran- Que Dios los bendiga.
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F. Bongpro Bernhard, F. Max et F. Pedro