17 de agosto de 2011 ESPAñA

Prosiguen los talleres maristas iniciados días anteriores

Hoy la noticia estaba en muchos puntos de Madrid. Recorriendo sus calles se comprueba que es una ciudad tomada por los jóvenes. La Plaza del Sol ha sido noticia mundial por la presencia de los “indignados”. Protestan por el maltrato social que reciben. Reclaman una democracia real. Han acampado en esta Plaza del Sol y se la han apropiado hasta que las autoridades se han visto obligadas a intervenir para que sea de todos. Hoy la plaza era de los jóvenes de la JMJ con su presencia espontánea. También estaban presentes los “indignados”. Su testimonio se reducía a un pequeño grupo de personas, custodiadas por la policía, que mantenía un tenderete informativo y un cartel en el que se leía: “No tenemos nada contra los cristianos, sí contra la financiación que da el Gobierno al Vaticano. 15M”. Pero el ambiente lo ponían las camisetas, sombreros y banderas de los participantes en la JMJ.

Este mundo es pequeño como un pañuelo gracias a una idea común de fe y esperanza.

La Plaza era un mapamundi dibujado pieza a pieza por la gente joven de la más diversa procedencia. Vienen cargados con su mochila a la espalda, sus cámaras fotográficas, sombreros, gorras, algunos con parasoles, botellas de agua, bebidas sin alcohol, pantalones cortos, abanicos y el móvil para comunicarse con su familia y sus amigos. Se sientan a comer en la calle, recogen la basura y la depositan en los lugares adecuados para su recogida. Cantan, jalean frases, agitan banderas, son bulliciosos. Pero caminan tranquilos, con serenidad, desbordando alegría, participando en una fiesta. Son pandillas de amigos, compañeros de colegio o de la parroquia. Intercambian sonrisas o se chocan las manos, se hacen fotos juntos con los de otros países. Madrid es un mundo en pequeño constituido por jóvenes. En medio de ellos aparecen también hábitos religiosos muy variados, hermanas jóvenes con sonrisa abierta y franca, caras de jóvenes sacerdotes ribeteadas de clergyman.

Hoy he acudido también al madrileño Parque del Retiro. Varios espacios atraen la atención. La Iglesia de Barcelona ofrece una espléndida muestra de la obra arquitectónica y artística de la Sagrada Familia, autoría de Gaudí. Excelente presentación. Me acerqué al mar de velas desplegadas que forman los confesonarios blancos alineados en una de las calles del Parque. Un voluntario, que ha terminado recientemente su carrera en leyes, me regala un folleto con una guía para el examen de conciencia y la confesión. El espacio lleva el título de “Fiesta del perdón”. Hay quien hace fila esperando su turno. Se puede realizar la confesión en cinco idiomas. En otro lugar se ha habilitado una tienda para la oración. Es un lugar recogido propicio para la adoración del Señor en silencio. Otro espacio del Parque se configura como “Feria vocacional”. El conjunto está integrado por unos setenta pequeños lugares donde cada institución presente explica lo propio de su carisma. Hay una concurrencia aceptable. Es de esperar que aumente el número de jóvenes visitantes a medida que el boca a boca difunda la realización.

Los participantes en la JMJ, organizados por grupos lingüísticos, han tenido sesiones de catequesis con obispos venidos de todo el mundo. En el colegio marista Chamberí se congregó por la mañana un gran número de italianos que desbordaron el aforo de la sala. A continuación de la catequesis se celebró la eucaristía. Los talleres vocacionales y de solidaridad que iniciaron los hermanos ayer en este colegio han continuado con una concurrencia parecida a la de ayer. Por la noche, en el colegio de San José del Parque, los grupos maristas realizaron un festival musical con presencia del folclore de varios países.

Hay reflexión en torno al hecho juvenil cristiano que se ha reunido en Madrid estos días. Esta es una perla, entre muchas: “Entre los derechos del joven está el de poder elevar el listón. Es decir, tener aspiraciones elevadas, soñar en un futuro mejor y emprender las acciones para conseguirlo, confiar en la inteligencia y la colaboración de las personas, ser conscientes de la necesaria y eficiente preparación para conseguir unas cotas de perfección”. (Carlos Amigo)

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