Provincia Ibérica
¡Los “Champagnats” con los “Marías”! Es una de las frases que entre risas y bromas se escuchó en el encuentro de formación compartida cuando teníamos que compartir en parejas de hermano y laico o laica (Miraflores, 18 – 20 de marzo de 2011).
Cada uno de los doce hermanos escogió la imagen de Champagnat con un número… y cada uno de los doce laicos marista hacía lo mismo con la imagen de María. Esto nos hacía caminar físicamente hacia el otro y ambos hacia el punto de compartir. Las dos imágenes procedentes del último Capítulo general nos invitaban a todos a salir a “nuevas tierras”. Y esto se hacía realmente al salir al encuentro del otro o la otra en la confianza, sencillez y naturalidad de compartir nuestros sentimientos, esperanzas, dificultades… nuestra vida en definitiva.
En este primer encuentro de los tres que completan el proceso, nos centramos en compartir nuestros itinerarios de fe y la espiritualidad marista que nos une como maristas. En el próximo profundizaremos sobre nuestra vocación común y específica y en el tercero sobre la misión.
Como todos los encuentros de formación compartida, el ambiente de familia y confianza, de alegría y entusiasmo se hizo presente desde el primer momento, y no es fácil de transmitirlo, HAY QUE VIVIRLO.
Momentos de reflexión personal, alternaban con otros de diálogo en parejas, o de reflexión en grupos pequeños; a momentos de oración sosegada y espontáneamente compartida les seguían otros de juegos y muchas risas, paseos por la bella finca de Miraflores… Pero la mejor síntesis que se pueda aportar es lo que cada uno se llevó:
- – Valoro positivamente el clima de familia y la facilidad de comunicarnos y COMPARTIR VIDA, no sólo ideas. Veo esta iniciativa como UN PASO MÁS en el largo camino que nos espera de hacer vida una nueva forma de entender y vivir el carisma marista.
- – Me ha quedado principalmente la experiencia de que estamos más en sintonía de lo que en un principio podía pensar y la convicción de que va a ser importante la ilusión que pongamos en lo que hagamos, en aceptar como reto lo que tenga que venir, sin quedarnos en los miedos o seguridades de lo que tenemos.
- – En el encuentro profundo y en libertad se desdibujan las diferencias, se ve lo que nos une y se vive con AUTENTICIDAD. Este encuentro provoca ilusión, sensación de que SÍ, ES POSIBLE ALGO NUEVO JUNTOS.
- – Me gustaría resaltar los momentos de compartir en pareja porque siendo personas con vivencias muy distintas y momentos vitales muy diferentes, compartíamos como si nos conociéramos de toda la vida, como si habláramos a menudo, compartiendo desde el cariño y la confianza pese a no habernos conocido antes. Me da mucha esperanza ver a hermanos mayores aquí, porque si ellos que han vivido otro tipo de planteamientos están abiertos a esto, me hace creer que algo nuevo es posible.
- – Me anima a seguir trabajando por difundir y vivir el carisma con otras personas.
- – Suma facilidad de los participantes para expresarse y comunicarse con sencillez y profundidad.
- – Ha sido un regalo, pues siempre retroalimenta compartir con los que se sienten llamados por Dios a vivir desde un mismo carisma y espiritualidad.
- – He vuelto a hacerme consciente de que soy una privilegiada: que puedo buscar momentos para darme cuenta que somos muchos los que nos preguntamos sobre la presencia de Dios en nuestras vidas, que he vuelto a reencontrarme con algunos hermanos que me han ayudado a percibir el Dios de la bondad, la sencillez, el servicio… y esto me hace sentir serena, pacificada y con ganas de volver a mi realidad.
- – Me llevo el ambiente de profundidad, apertura, respeto, confianza y gozo y el “confirmarnos” unos a otros, el animarnos a caminar, buscar, confiar…
- – La sintonía que ha reinado en la transmisión de experiencias vividas. Y el espíritu de familia que he tenido la suerte de compartir y vivir.
- – ESTA APUESTA NO SÓLO ES DE FUTURO, ES QUE ES EL FUTURO.
Así que os invitamos desde ahora a que os animéis a participar en las próximas convocatorias a esta formación. Preguntad a los que estuvimos. Merece la pena… porque es el futuro.