Provincias de América Central y Norandina
El día 18 de agosto, domingo, tuvimos un día muy especial. Uno de esos días para los que coges tus cuatro cosas, el coche, te pones en comunicación con algunos, y todo lo demás lo dejas con una gran puerta abierta a lo que pase. Para los que creemos, ese “a lo que pase” sabemos que es un espacio muy propicio para que actúe el Espíritu que le gusta actuar siempre (que le dejamos).
Sobre las 11:00 de la mañana fueron llegando a la casa de convivencias de los Hermanos en Lardero, personas, amigos, hermanos, familiares, cada uno con su historia, con sus preocupaciones, con sus alegrías y con sus incógnitas. Poco a poco nos fuimos reuniendo los que pudimos responder a la llamada MARISTA. En la medida que nos encontrábamos iba creciendo en los corazones la alegría del reencuentro, después de tantos años de caminar por diferentes caminos. Ahora, unos con sus nuevas familias, otros con sus recuerdos, y otros trayendo en sus corazones la presencia de sus comunidades y Hermanos trabajando en tierras de América Latina.
¿Qué nos hizo recorrer tantos kilómetros y hasta madrugar un domingo? Sin duda la ilusión y el gozo de un posible encuentro en algo común para todos: UN ENCUENTRO MARISTA.
Y es que el corazón de todos los Antiguos Maristas, y evidentemente de los Hermanos, sigue latiendo con un mismo espíritu, sintiendo que hay algo grande que nos sigue atrayendo; es ese vino, o esa agua de la Roca a la que no queremos renunciar. Eso que llamamos Carisma marista, Espiritualidad marista…
Una vez reunidos los 12 Antiguos Hermanos juntos a sus familiares y los 5 Hermanos formando una asamblea de 38 personas, pasamos a presentarnos y a recordar algunas de las anécdotas y coincidencias de nuestras vidas. Estando en eso llegó la sorpresa de una videoconferencia desde Guatemala, de nuestro hermano Provincial Hipólito Pérez, reconociendo casi a todos y entablando una entrañable conversación, lo cual resaltó de manera especial nuestro encuentro.
Sobre las 13:00 nos juntamos todos en la capilla para la celebración de la Eucaristía, compartida en sencillez y bien sonorizada con los cantos MARISTAS que todos habíamos cantado tantas veces.
Concluída la Eucaristía, sobre las 14:00, pasamos a compartir la mesa, ese lugar tan MARISTA donde brota la vida compartida, donde nos sentimos todos hermanos, donde no hay distancias, ni títulos, donde todos somos MARISTAS
Al final del encuentro queda en el corazón una sensación de que el ESPÍRITU está haciendo surgir algo nuevo que va más allá de ser HERMANO MARISTA, que nos invita a vivir el CARISMA MARISTA de muy diversas maneras, a alimentarnos de ese DON que es la Espiritualidad Marista, de saber que todos tenemos un lugar en la Iglesia para vivir una espiritualidad que hemos mamado desde pequeños, eso que llamamos SER MARISTAS, SENTIRNOS MARISTAS y VIVIR COMO MARISTAS.
Ojalá que lo que ha iniciado en este encuentro (el primero en España) empiece a desarrollarse y podamos reencontrarnos muchos más, en este momento dispersos por la geografía española. Esperamos vernos el próximo año con muchos más participantes.
ESPAÑA-LARDERO (LOGROÑO), 18 de agosto 2012
H. Rodrigo Cuesta Guerra