13 de junio de 2021 LíBANO

Quinto Aniversario del Proyecto Fratelli

El Proyecto Fratelli ha celebrado en abril 5 años de misión en el Líbano. El proyecto, fundado por los hermanos Maristas y De La Salle, tiene como misión “brindar apoyo socioeducativo a niños y jóvenes desfavorecidos y vulnerables, centrándose en los libaneses necesitados y los refugiados desplazados de sus países debido a la guerra y la violencia”. Desde 2016, más de 3000 niños, niñas y jóvenes se han beneficiado con varios programas socioeducativos.  

Apoyados al inicio por el Consejo Fratelli, los Hermanos Andrés Porras gutiérrez, FSC, y Miquel Cubeles, FMS, formaron la primera comunidad de Fratelli. Con el pasar del tiempo, otros Hermanos y voluntarios conformaron la Comunidad.

Actualmente Fratelli está formada por una comunidad fija de tres hermanos: Miquel Cubeles, FMS, Esteban Ortega, FMS, y Gilbert Ouilabegue Oueidigue, FSC. Con motivo del V aniversario de Fratelli, los tres opinan sobre el Proyecto Fratelli en estos cinco años.

H. Gilbert Ouilabegue Oueidigue

“Con la llegada de los hermanos Miquel Cubeles (Marista) y Andrés Porras (Lasallista), el Proyecto tomó forma en noviembre de 2015, en Bouchrieh (Beirut). Posteriormente, en marzo de 2016, tras instalarse en Rmeileh, este consolida su identidad. Desde esa fecha, el Proyecto Fratelli se ha convertido en un referente que hace realidad el concepto italiano FRATELLI (Fraternidad), que acoge a personas de todo el mundo.

Durante estos cinco años en el Líbano, las dos congregaciones de Hermanos Maristas y Lasallistas se han realmente, tanto en el sentido literal como figurado. A través de su participación directa, el proyecto Fratelli es reconocido por el Ministerio del Interior libanés y la dirección de educación no formal del Ministerio de Educación Nacional ve en Fratelli un socio privilegiado y una referencia constante.

Con el Proyecto Fratelli, todos los discursos e invitaciones del Papa Francisco (viaje a Abu Dhabi, la encíclica Fratelli Tutti y el último viaje a Irak) se concretizan en las acciones y programas de Fratelli Líbano. Todos los días, gracias a nuestros programas, se realiza un acercamiento, aunque muy lento, pero seguro, entre cristianos y musulmanes, entre refugiados sirios e iraquíes y la población de acogida del Líbano. Con la crisis económica y la pandemia Covid-19 y todas sus consecuencias, sobre todo, tras la explosión del Puerto de Beirut, el Proyecto Fratelli ha ayudado a mitigar los efectos negativos directos sobre las familias perjudicadas y las poblaciones locales de Rmeileh y Bourj Hammoud donde se encuentran los dos centros socioeducativos del Proyecto Fratelli.

Personalmente, me siento directamente involucrado en los cinco años de Fratelli, aunque solo llevo tres años y medio en el proyecto. Por lo que he podido vivir y compartir tanto a nivel comunitario como las experiencias de los beneficiarios (libaneses, sirios, iraquíes, palestinos, etc.), el Proyecto Fratelli es una obra más que necesaria y significativa para la compleja región del Medio Oriente. De estos cinco años de Fratelli tengo la siguiente convicción: es posible, a pesar de nuestras diferencias, vivir y amarnos considerándonos todos como Hermanos y Hermanas en la humanidad, cualesquiera que sean nuestros orígenes y proveniencias.

Así que ahora más que ayer, Fratelli es y sigue siendo más que necesario después de estos primeros cinco años en el Líbano”.

H. Miquel Cubeles

“Estos años han sido años de bendición, llenos de motivos para dar gracias a Dios por la llamada a ser hermanos, a servir a los más vulnerables con la toalla ceñida y hablarles sin saber la lengua árabe, de la bondad, de la paz, de la reconciliación, de la presencia de un único Dios. Para dar gracias por poder acoger y acompañar a tantas personas y con la presencia y el cariño poder curar las heridas que las situaciones traumáticas provocaron y siguen provocando. Gracias por el don de ser hermano… y por escucharlo de la boca de los niños y jóvenes que desde la primera hora de la mañana dicen centenares de veces…. “frèeeeere” frère”. Leer el testimonio completo.

H. Esteban Ortega

 “Fratelli es desafío y es reto para construir comunidad, es una apuesta permanente por la fraternidad universal, un espacio de vida y crecimiento en el que niños y jóvenes pueden recrearse y crecer. Fratelli se hace concreto en cada gesto, cada acción, en cada servicio que construyen fraternidad”.

Otros testimonios

Para el H. Valdicer Fachi, FMS, miembro del Consejo Fratelli, celebrar 5 años “es un motivo para dar gracias a Dios por el cuidado y atención a los niños y jóvenes migrantes y vulnerables en el Líbano. Gracias a los hermanos, laicos, voluntarios y educadores de Fratelli. Es un motivo para evaluar el camino recorrido y plantear el futuro con más experiencia y renovando los procesos”.

Algunos miembros laicos de Fratelli también han opinado sobre el significado del Proyecto para ellos:
“Una misión de la Iglesia para el Líbano, una fuerza más allá de muchas fronteras para el desarrollo de nuestra humanidad” (Claire Said).

“Educación, orientación y oportunidades de crecimiento para niños y jóvenes vulnerables, especialmente refugiados” (Edouard Jabre).

“Amor, el amor por las almas humanas sin importar el color o la raza, es por ellos que la sonrisa de Dios brilla a través de los ojos de los niños de Fratelli” (Hoda El Hajjar).


Proyecto Fratelli, cinco años y más…

H. Miquel Cubeles

En septiembre del año 2015, el Hermano Andrés Porras, hermano de La Salle y yo mismo, Hermano Miquel, Marista respondíamos a la invitación de nuestros respectivos superiores generales para poner en marcha el proyecto fratelli en el Líbano. La iniciativa se enmarcó en el contexto de las llamadas de los últimos capítulos generales de ambas congregaciones: por un lado, la llamada a ir a “… nuevas tierras” (FMS) y, por otro, la de ir “más allá de las fronteras” (FSC). En ambos casos, las expresiones no se restringían solamente a la geografía, sino a las periferias de las limitaciones personales, culturales, congregacionales y estructurales allí donde las necesidades de los niños y jóvenes eran más acuciantes.  El Papa Francisco, en noviembre del 2014, dirigió una carta a todos los consagrados instándonos a considerar el testimonio profético de las congregaciones que trabajan unidas. Siendo dos familias de Hermanos que ya colaborábamos en otros proyectos, se nos ofrecía ahora la oportunidad de “… crear “otros espacios” donde poder desarrollar la lógica evangélica del don de la fraternidad, de la acogida de la diversidad y del amor mutuo.”

 Así nació Fratelli, como una llamada a apostar y compartir el don de la fraternidad en las realidades tan amenazadas y divididas por la guerra en muchos lugares del mundo. Uno de esos lugares era y sigue siendo Siria. La guerra en Siria había comenzado en el mes de marzo del año 2011 y millones de refugiados huyeron hacia los países vecinos. El Líbano, pequeño país de 10.400 Km2 acogió y sigue acogiendo a un millón y medio de estos refugiados de los cuales 600.000 eran niños y jóvenes.

Leí la carta de los superiores generales. Acogí la noticia y la invitación personal en pleno periodo pascual, en el año que nos preparábamos para celebrar el bicentenario marista poniendo de relieve la misión entre los más pobres. En pleno “año Montagne”.

No pensé que yo pudiera responder a la iniciativa, pero la acogí como un regalo, como un reto para crecer en mi vocación de hermano al lado de los pobres y así fue como nos pusimos en camino con la confianza en Jesús y en María al encuentro de las personas de las que nadie se ocupaba… Y en el Líbano encontramos a centenares y miles de niños y jóvenes con los derechos fundamentales vulnerados; derecho a una vida digna, derecho a una vivienda, a la alimentación, a los cuidados sanitarios, a la educación….

Y aquí estaba nuestro principal desafío: ser hermanos en comunidad fraterna ofreciendo servicios socioeducativos para tantos y tantos niños que no habían pisado una escuela o que tuvieron que abandonarla a causa de la guerra. Nos encontramos con los niños y niñas iraquíes, cristianos amenazados y expulsados por el Daesh, instalados como podían en las periferias de Beirut; con multitud de niños y niñas sirios hacinados en los shelters con sus familias en la ciudad de Saida (Sidon) y sus alrededores.

Y allí nos instalamos como comunidad Fratelli, primero en Bourj Hammous, al lado de Beirut y posteriormente en Rmeileh, al lado de Sidon. A partir del mes de enero de 2016 pusimos en marcha los programas socioeducativos tratando de responder a las necesidades de los refugiados y de los libaneses.  La comunidad se fue enriqueciendo con otros hermanos y laicos y laicas voluntarios y por supuesto con un equipo humano para implementar las tareas socioeducativas. Llevamos más de cinco años tratando de sembrar semillas de fraternidad que han dado mucho fruto en el corazón de más de 4000 niños y niñas y sus familias. 

Estos años han sido años de bendición, llenos de motivos para dar gracias a Dios por la llamada a ser hermanos, a servir a los más vulnerables con la toalla ceñida y hablarles sin saber la lengua árabe, de la bondad, de la paz, de la reconciliación, de la presencia de un único Dios. Para dar gracias por poder acoger y acompañar a tantas personas y con la presencia y el cariño poder curar las heridas que las situaciones traumáticas provocaron y siguen provocando. Gracias por el don de ser hermano… y por escucharlo de la boca de  los niños y jóvenes que desde la primera hora de la mañana dicen centenares de veces…. “frèeeeere” frère.

A finales del año 2019, en el Líbano se produjo una grave crisis social, económica, política que ha conducido al país al peor momento de su historia después de la guerra civil. Más del 60% de los libaneses viven bajo el umbral de la pobreza, y ya no son sólo los iraquíes y los sirios o palestinos…; la mayoría de la población libanesa vive pobremente; escasean los alimentos, las medicinas, los carburantes … Y, por si fuera poco, como en todo el mundo la pandemia provocada por el COVID 19 se ha sumado a la grave situación y no nos ha permitido desarrollar los programas con normalidad. También los efectos de destrucción y las consecuencias políticas tras la explosión en el puerto de Beirut siguen presentes. Llevamos 9 meses sin gobierno. La corrupción sigue instalada y muchos jóvenes han perdido la esperanza. Son muchos los que quieren dejar el país en busca de nuevas oportunidades… también nuestros educadores.  Toda una lección de vida para mí que me reafirma en la necesidad del proyecto a pesar de las dificultades que atravesamos. Nos necesitan.  Seguro que San Juan Bautista de La Salle y San Marcelino Champagnat serían creativos y audaces y desde la confianza en Dios lo darían todo. Ojalá que nosotros, sus hermanos sepamos hacerlo; seguir apostando por los más pobres sin más medios que nuestro testimonio de hermanos.

Hoy he recibido la invitación a escribir este pequeño testimonio y los programas están volviendo a una cierta normalidad… y coincide que es 31 de mayo, día de la Visitación. María, llena de la gracia de Dios se puso en camino. Nosotros como ella queremos seguir caminando al encuentro de los más necesitados y cantar nuestro Magnificat. Nuestra alma te glorifica Señor, porque has mirado nuestra pequeñez. Sólo en la sencillez tú haces cosas grandes.  Continua Señor obrando maravillas en nosotros, en Fratelli al lado de los refugiados y las personas más vulnerables. Sólo si somos auténticos hermanos Fratelli dará muchos frutos como nos dijo el Papa Francisco.

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H. Miquel Cubeles, Libano, 31 de mayo, día de la Visitación

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