8 de octubre de 2016 FRANCIA

Quinto día del Encuentro de las Comisiones Continentales de Laicos

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El penúltimo día del encuentro de las Comisiones Continentales de Laicos estuvo marcado por el tema de la comunión entre hermanos y laicos. Se partió del principio que afirma que el carisma marista está basado en una comunión de personas en el carisma de Champagnat, donde la vocación especifica de los laicos y de los hermanos se encuentran recíprocamente enriquecidas.
 
La oración inicial se realizó en la sala de comunidad de los primeros hermanos que vivieron en el Hermitage y fue animada por Pedro Chinchilla (México Central) y Matt Fallon (Estados Unidos). Usando elementos de la tradición indígena norteamericana, el grupo fue invitado a integrar todos los elementos de la vida, vistos desde los cuatro puntos cardinales y también desde la tierra, el cielo y el interior de cada uno de nosotros.
 
La primera parte de la mañana fue animada por Martha Eugenia Martínez (Comunidad de ND de l’Hermitage), el H. Sylvain Ramandimbiarisoa (Madagascar) y Maria Torres (Venezuela-Norandina). La temática fue sobre la comunión de hermanos y laicos. Martha nos contó su experiencia de vida en la comunidad marista del Hermitage, expresando las dificultades y los valores que se experimentan viviendo ese estilo de vida.
 
Antes de pasar al trabajo en grupos, un video nos enseñó como la colaboración nos ayuda a llegar a la meta más fácilmente. 
 
El equipo organizador resumió el debate sobre el tema “Camino de comunión” en cinco propuestas que fueron pasadas a los grupos: familia carismática en clave de comunión, promoción de formas concretas de comunión, caminos laicales de autonomía y madurez, centros o escuelas de espiritualidad que promueven la comunión de hermanos y laicos, y la sostenibilidad carismática y económica. Los diferentes grupos fueron invitados a analizar las diversas propuestas, sugiriendo cambio o aprobándolas.
 
La segunda parte de la mañana continuó con la reflexión sobre la comunión de hermanos y laicos, pero ahora se dedicó específicamente a los procesos de formación inicial y permanente. Los participantes fueron ayudados por Agnes Reyes (Filipinas – Asia del Este), el H. Tony Leon (Secretariado de Hermanos Hoy) y el H. Teo Aller (Compostela-España). La reflexión partió del siguiente principio: Si el seguimiento de Jesús al estilo de María es un elemento unificador de la identidad de los hermanos y laicos maristas, puede haber espacios comunes de formación donde las dos vocaciones se apoyen y enriquezcan en sus vocaciones específicas.
 
Dos testimonios sirvieron como motivación para la reflexión sobre las propuestas que serán llevadas a próximo Capítulo general: Moisés Beltrán (Norandina) contó su experiencia como laico marista de Ecuador y Claudia Rojas (Norandina) destacó, a través de la experiencia vivida en su familia, que apostar por la formación conjunta es apostar por la vitalidad del carisma marista.
 
Antes de pasar a compartir en los grupos, el H. Tony Leon, propuso una reflexión tomando como fundamento la teoría del “nudo borromeo” o “anillos de Borromeo”: constituido por tres aros enlazados de tal forma que, al separar uno cualquiera de los tres, se liberan los otros dos; pero, estrictamente hablando es un enlace. Igual que este nudo o enlace, varios elementos de la vida marista forman aspectos que no tienen sentido si no es enlazados con otros: la Trinidad; misión, espiritualidad y comunidad; los tres niveles de la casa de La Valla; los tres años de preparación el Bicentenario… 
 
En seguida, formando varios grupos de hermanos y laicos, fueron analizadas las cuatro propuestas de la comisión animadora del encuentro, provenientes del Foro sobre Formación que se realizó hace un año: la creación de una Guía de Formación, la pastoral vocacional conjunta de hermanos y laicos, la preparación de los formadores y los centros internacionales de formación permanente de hermanos abiertos también a los laicos maristas. El final de la mañana acabó con una danza circular, recordando “la danza de la misión”. 
 
Después de almuerzo, todo el grupo visitó la Casa de La Valla, lugar de nacimiento del Instituto hace 200 años. Fue un momento muy especial, caracterizado por la oración, la meditación y el compartir nuestra historia marista. Se realizó también una oración comunitaria en la antigua capilla de Notre-Dame de la Pitié (Piedad), lugar que puede ser considerado como signo de la primera crisis vocacional del Instituto y del camino para superarla. Allí todos los participantes rezamos pidiendo que la vocación marista siga creciendo en el corazón de muchas personas para que nuevos hermanos y laicos sigan transmitiendo el carisma marista. 
 
El maravilloso camino a pie, bajando de La Valla al Hermitage, coronó el sexto día de nuestro encuentro.
 
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