Reflexiones marianas
En este tres de abril, Sábado Santo, en Santa María la Mayor acaba de terminar una paraliturgia mariana: ?La Hora de la Madre?. En el esquema de la liturgia de la palabra, los troparios bizantinos se alternan con los versículos del salmo 118, que cantan el amor, el dolor y la fe de María. Es un modo de hacer compañía a una madre de luto. La Iglesia de hoy remplaza al discípulo amado de ayer. ?La hora de la Madre? es una tradición recuperada. Esta noche los ?aleluya? volverán como las golondrinas de la primavera y cantaremos nuevamente el ?Regina coeli laetare. Aleluya?.
Esto permite recordar que nosotros somos una congregación particularmente mariana: para nosotros la madre de Jesús es la ?Buena Madre?, el ?recurso ordinario?, ?la que ha hecho todo en nosotros?. El documento del XXI Capítulo general nos lo dice abundantemente y nos pide que nuestra misión siga el ritmo rápido de los pasos de María en la Visitación: la primera de todas las misiones cristianas.
Dentro de este carácter mariano que es el nuestro, tenemos nuestras tradiciones propias, como la del mes de mayo que, entre nosotros, viene de nuestro Fundador. En muchos países ella constituye un momento fuerte de la presencia de María en nuestra vida de hermanos y laicos, maristas y educadores: momento de educación especial para que nuestros jóvenes conozcan y amen a la Madre del Señor. Este año, durante este mes, serán propuestas 33 reflexiones marianas. Ellas comienzan el 30 de abril, cubrirán todo el mes de mayo y terminarán el primero de junio.
Las reflexiones, inspiradas sobre todo en los evangelios, recorren los diversos momentos de la presencia de María en la Escrituras. Ellas miran también al fenómeno mariano en la Iglesia Católica, la devoción a la madre de Jesús, los santuarios dedicados a María, el rosario, la Inmaculada y la Asunción. A menudo estas reflexiones dan la mano a la Iglesia Ortodoxa y a veces a las Iglesias de la Reforma. María es presentada como madre que une a todos los que creen en su Hijo y la alabanza del Hijo abunda.
En general los textos se dirigen a adultos, a personas que tienen alguna cultura mariana. No han sido escritos para ser directamente leídos a niños o a jóvenes. Necesitan ser meditados y desmenuzados por un adulto: catequista, educador, pariente, que conozca la sensibilidad de sus alumnos y ponga el texto al nivel de los jóvenes o de los niños. Con vuestra propia creatividad podéis transformarlos en Power-Point, o escoger una o dos frases escritas en la pizarra, dejándolas todo el día, o aún invitar a los niños y a los jóvenes a componer breves oraciones o poesías a la madre de Jesús a partir de lo que se les ha dicho. Es esto lo que se sugiere al final de cada reflexión.
Nuestra página web, www.champagnat.org, va a proponer estos textos día tras día: es una buena ocasión para hacer revivir la tradición marista del mes de mayo. Podrá ser sobre todo un momento de amor y de alabanza a esta madre que Jesús nos ha dado a los pies de la Cruz.
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H. Giovanni Maria Bigotto