19 de septiembre de 2009 CASA GENERAL

Sábado, 19 septiembre

Varias provincias han aprovechado los minutos que preceden cada día a la organización de los trabajos de la asamblea, para obsequiar a los capitulares con algún recuero de la Provincia o del país de donde cada uno procede. Hoy los hermanos de la Provincia de l?Hermitage han obsequiado a todos con un ?pen drive USB?. En él se han incluido varias presentaciones animadas del proyecto de remodelación de l?Hermitage y de la propuesta de los nuevos servicios, que quiere ofrecer en el futuro esa casa de espiritualidad marista.

Escuchar las cartas

La propuesta metodológica de que cada mesa redactara una ?Carta a la Comisión preparatoria del XXII Capítulo general? se convirtió en un ejercicio de imaginación en el que cada uno soñó en los progresos que va a hacer el Instituto en los próximos ocho años. A medida que cada mesa compartía los contenidos de su carta con la asamblea, se notaba que se añadían nuevos ingredientes, que esponjaban el ánimo de todos. Ha sido un momento importante en el caminar del Capítulo. Esta actividad ha puesto de manifiesto una gran unidad en la visión de futuro para el Instituto y un nivel de consenso muy alto. Muchos han confesado con satisfacción, que este ejercicio les abrió horizontes, les amplió la visión de futuro y les llenó de entusiasmo por lo que se puede construir en los próximos años. Aunque se ha tratado de un ejercicio teórico, es de esperar que algunas iniciativas, que han surgido durante la redacción de la carta, se tengan en cuenta más tarde cuando se tomen decisiones.

Los laicos entregan su mensaje a los capitulares

Después de unos minutos de descanso, previsto en el orden del día, los laicos han compartido su mensaje con los capitulares.

El texto del mensaje lleva por título: ?Peregrinos con un corazón nuevo para un mundo nuevo?. Comienza ?agradeciendo de corazón la oportunidad de estar aquí entre nuestros hermanos? ? ?para compartir la vida en comunidad y recorrer juntos un viaje espiritual único?. Reconocen que este Capítulo les ha hecho sentirse más firmemente comprometidos con la misión, con la propia vocación y con los otros laicos maristas, y parten hacia sus lugares de procedencia llevando en su corazón ?las conversaciones y sentimientos que hemos compartido aquí?.

El mensaje recoge a continuación sus ?preocupaciones? y ?esperanzas? y añade tres sugerencias: ?Reconocer e impulsar decididamente la vocación laical marista; favorecer encuentros en todo el Instituto entre hermanos y laicos maristas para compartir en profundidad nuestra vida; y reforzar las estructuras de corresponsabilidad en el carisma?. La rúbrica final afirma: ?Nos comprometemos firmemente a trabajar juntos, hermanos y laicos, en el desarrollo de todas estas iniciativas?. Un cerrado aplauso ha acogido este aporte de los laicos.

En la sala hay diez mesas, pero solamente nueve laicos, ya que Agnes Reyes, de East Asia, no pudo participar. Los componentes de la mesa donde no hay ningún laico se distribuyeron por las otras, de manera que en cada una hay un laico para poder dialogar acerca de los contenidos del mensaje que se acaba de compartir. Este ejercicio se prolonga durante unos minutos.

Esta sesión concluye con un turno abierto de palabra. Algunos hermanos agradecen el testimonio de los laicos en el Capítulo, al mismo tiempo que les manifiestan que han descubierto una nueva manera de ver la realidad del laicado marista.

Los laicos, por boca de Chema, han agradecido a los capitulares las atenciones recibidas y la acogida que les han dispensado. Y concluyó: ?¡Ánimo! Nos vamos tranquilos y confiados porque ustedes van a hacer un trabajo espectacular?.

En torno a la misma mesa

La jornada y la semana concluyen con la misa antes de la comida. La celebración eucarística se inició en la puerta de la sala capitular. Después de proclamar la palabra de Dios, los laicos repartieron semillas entre todos los capitulares, que se fueron esparciendo a los cuatro vientos mientras se subía en procesión desde la sala capitular hasta la iglesia.

Antes de la homilía Dilma, de Brasil Centro-Norte, explicó el alcance que tenía el gesto realizado en unión con la palabra de Dios. Al concluir el sacerdote las palabras de la homilía, invitó a toda la asamblea a rezar un avemaría, como una manera de poner a los nueve laicos y a sus familias se pusieron bajo la protección de María. preces de la oración de los fieles, que fueron proclamadas por los laicos, acogieron en el corazón de la asamblea la pluralidad del carisma encarnado en el mundo marista. Concluida la comunión se proyectaron rostros de niños de diversos países y etnias. Aquéllas imágenes, como un río humano de ojos expectantes, dibujó el horizonte que espera a la Iglesia y al Instituto en los próximos años. Ese mosaico de rostros de niños y jóvenes son los destinatarios de la misión de hermanos y laicos juntos.

Después de la comunión es el momento de la gratitud para con el Señor y para con los hermanos. Érica, de la Provincia de Sydney, en nombre de Linda, Rufus, Angela, Fernando, Arturo, Irma, Chema y Dilma, agradeció por la oportunidad de estar aquí entre los hermanos, consciente, dijo de que ?estamos dando nueva vida a este carisma dinámico y precioso?. Y concluyó con una palabra de gratitud al Consejo General y en particular al hermano Seán por haberles invitado al Capítulo, por el precioso obsequio de María de la Visitación, que les entregó anoche en la fiesta y por todas las otras oportunidades que se les han ofrecido en los últimos años.

Antes del abrazo de la despedida los laicos y laicas obsequiaron a todos los presentes una vela en forma de corazón, un corazón que se hace luz compartida.

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Una carta para la Comisión central...

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