15 de mayo de 2010 ITALIA

Semana de la comunidad

Ya es tradicional que la pastoral juvenil de la escuela y la comunidad de los hermanos de Giugliano (Italia), propongan a los jóvenes de los grupos de vida cristiana dos semanas eucarísticas durante el año. La iniciativa se inspira en la experiencia de ediciones anteriores en las que se consiguieron armonizar los ritmos de la Comunidad marista con los de los grupos de chicos integrados en ?Marcha?.

En esta ocasión, la actividad se llevó a cabo del lunes 12 de abril de 2010 al sábado, 17 de abril, al mismo tiempo que la comunidad marista ofrecía una experiencia de vida de comunidad a seis muchachos. Para ello la comunidad decidió desplazar la celebración de la eucaristía matinal a las 20h para favorecer la presencia de los jóvenes. La asistencia continuada a la Eucaristía de una veintena de chicos y chicas es un indicador claro de lo acertado de la elección.

La celebración fue austera, sin sobrecargarla de símbolos o gestos. Cada día se utilizó un pequeño signo para facilitar el intercambio de vida y algunas canciones significativas. La belleza de esos momentos de oración junto a los jóvenes es el fruto más sabroso de la pastoral de todo el año y el punto de partida para el diseño de futuras metas cada vez más audaces.

Damos gracias al Señor por su presencia constante, que nos llama a vivir unidos y a la comunidad marista, que con su flexibilidad de horarios y actividades, ha hecho posible la acogida de los jóvenes para de esa manera completar el trabajo pastoral de la escuela.

Esta es la opinión de uno de los participantes:

Esta semana, algunos de nosotros, que pertenecemos a los grupos de vida cristiana (GVX), hemos compartido una experiencia de vida comunitaria con los hermanos maristas de Giugliano. Tres muchachos y tres muchachas, nos trasladamos la tarde del domingo, 11 de abril, al Instituto, con nuestras bolsas y, sobre todo, con un gran entusiasmo.

Fuimos recibidos por el Superior, hermano Giorgio Diamanti, con una cálida bienvenida. A continuación nos acompañó para vivir un momento de adoración eucarística, que nos permitió conectar de inmediato con la atmósfera de profundad espiritualidad que reina en la comunidad.

El lunes cada uno de nosotros ha tenido que enfrentarse a sus compromisos cotidianos: escuela, trabajo, universidad, etc. El día comenzaba poniendo los propios compromisos en las manos del Señor con la oración a las 7 de la mañana. La jornada concluía a las 8 de la noche con una celebración eucarística abierta a todos los miembros de la comunidad: maestros, colaboradores, etc.

Durante la semana hemos experimentado nuevos ritmos de vida y hemos aprendido a respetarlos, compartiendo con los hermanos, no sólo los momentos de oración, sino también la comida y los momentos de esparcimiento. De esta manera, hemos comenzado a considerar al Instituto como un segundo hogar y a los que allí viven como una familia. Durante esos días se ha creado un clima de cooperación, armonía y respeto mutuo.

También hemos apreciado la obra que realizan los hermanos con los jóvenes, viendo más de cerca la aplicación práctica de las enseñanzas de Marcelino, y nos han infundido inspiración y entusiasmo por nuestro trabajo como educadores. Nuestra gratitud a los hermanos por brindarnos la oportunidad de vivir una experiencia excepcional en la que, si bien el tiempo ha sido corto, hemos podido comprender la esencia de la vida de la comunidad siguiendo las huellas de Marcelino? . (Federica)

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