En torno a la misma mesa

La vocación de los laicos maristas de Champagnat

Bajar
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El campus de la Universidad neoyorkina de Columbia es el lugar elegido por Chaim Potok para su novela The Promise. El libro narra la historia de Reuven Malter, un joven curioso y reflexivo que estudia para rabino, y su amigo Danny Saunders, a quien las decisiones que ha ido tomando en su vida han terminado por apartarle de la comunidad judía hasídica a la que pertenece.

A lo largo del relato, Potok invita a los lectores a peregrinar con Reuven y Danny, acompañándoles en sus luchas y en los conflictos que surgen, inevitablemente, cuando las tradiciones de su fe chocan con los valores del mundo de los años 50. The Promise tiene mucho que ver con el tema de la identidad –aunque el autor no usa nunca este término- y el camino que todos hemos de recorrer para alcanzar la propia.

Desde los tiempos del Concilio Vaticano II, muchos católicos laicos que pugnan por encontrar un nuevo espacio dentro de la Iglesia han venido realizando un viaje que no es muy distinto del de los personajes de la obra de Potock. Las razones son obvias. Antes de aquel histórico acontecimiento eclesial, existía la idea de que sólo los sacerdotes y los religiosos “tenían vocación”, como solía decirse, en tanto que los miembros del laicado no habían recibido ninguna llamada específica en sus vidas. Afortunadamente, para cuando llegó el momento de la clausura del Concilio esta concepción errónea estaba ya corregida, y el laicado, al menos en teoría, había sido devuelto a su debido lugar en la Iglesia.

A partir de entonces, se ha trabajado mucho en la línea de clarificar la identidad de los laicos y su función en la Iglesia. Cueste lo que cueste, ésta es una tarea que hemos de llevar a buen término, porque los documentos conciliares son absolutamente diáfanos a este respecto: la llamada a la santidad es universal; por la gracia del bautismo todos y cada uno de nosotros tenemos parte activa en la única misión de la Iglesia, que es la de proclamar el Reino de Dios y su inmanencia.

En los años posteriores al Concilio, no pocas personas que trataban de resolver la cuestión de su identidad hallaron en el carisma de una u otra congregación religiosa un puerto seguro. También los religiosos y religiosas iban tomando conciencia de que los carismas que habían inspirado a sus institutos durante tanto tiempo eran, en realidad, dones de Dios para toda la Iglesia.

Creo que el documento En torno a la misma mesa – La vocación de los laicos maristas de Champagnatcontribuirá en gran manera a iluminar nuestros diálogos sobre la vocación del laicado en la Iglesia. Y, lo que es más importante, nos ayudará a todos a dar pasos decididos hacia una mayor estima del papel relevante que el laicado marista desempeña hoy al compartir con los hermanos la vivencia del carisma y el impulso apostólico que vino a nuestra Iglesia a través de san Marcelino Champagnat.

En el documento, elaborado por los miembros de la comisión redactora, se incluyen las reflexiones de un grupo mucho más amplio de laicos maristas. Su contenido se basa también en la experiencia diaria vivida por hombres y mujeres procedentes de todas las partes del Instituto. Todo ello da al texto un sabor rico e internacional; los múltiples testimonios personales que jalonan estas páginas llevan al lector a sentir más cercanos los temas presentados.

Dios ha suscitado, visiblemente, en nuestros días vocaciones de laicos maristas. Ellos encontrarán en este opúsculo una guía que les ayudará a apreciar, cada vez más, el regalo que han recibido de Dios, y les brindará la oportunidad de analizar en profundidad al menos tres elementos que caracterizan significativamente su llamada: misión, espiritualidad y vida compartida.

Yo os animo a leer este documento y a reflexionarlo, tanto de manera personal como en grupo. Ojalá sea la primera de una larga serie de publicaciones escritas por maristas laicos de todo el mundo. Ojalá nos sirva a todos como recordatorio de la vitalidad y viabilidad del carisma que llegó a la Iglesia por medio de Marcelino, y del cual extraemos cada uno nuestra propia identidad de maristas hermanos y laicos.

Doy las gracias a los miembros de la comisión redactora por este excelente trabajo: Annie Girka (L’Hermitage), Bernadette Ropa (Melanesia), Carlos Navajas (América Central), José María Pérez Soba (Ibérica), Sergio Schons (Rio Grande do Sul), y los hermanos Afonso Murad (Brasil Centro-Norte) y Rémy Mbolipasiko (Afrique Centre-Est). Gracias, igualmente, a Anne Dooley (Melbourne) que formó parte de la comisión durante una buena parte del proceso, así como a Noel Dabrera (South Asia) que también colaboró en esta tarea, pero falleció antes de poder verla acabada.

Gracias, de un modo especial, al hermano Pau Fornells que coordinó este proyecto de principio a fin. Dudo que sin su esfuerzo, unido al de sus compañeros, este documento hubiera visto alguna vez la luz del día. Todos ellos han demostrado mucha paciencia y constancia elaborando los textos, repasando las cosas una y otra vez, revisando la redacción, asegurándose de que se cumplían los plazos previstos. Ciertamente ha sido un trabajo realizado con mucho amor.

Quiero expresar también mi gratitud al hermano Pedro Herreros y a los componentes de la Comisión de Laicado del Consejo general, y posteriormente a los hermanos Emili Turú, Pedro Herreros, Juan Miguel Anaya y César Henríquez, miembros de la reestructurada Comisión de Misión y Laicado, por sus acertados consejos y por el apoyo constante que ofrecieron a los que participaban en el proyecto. Mi agradecimiento, igualmente, al hermano Antonio Martínez Estaún, Director de comunicaciones del Instituto, que recogió en imágenes las labores de la Comisión e hizo el diseño de la publicación.

Reuven Malter y Danny Saunders, los dos jóvenes amigos que protagonizan la novela de Chaim Potok, llevaron a cabo una larga y difícil peregrinación en búsqueda de su identidad. Los que amamos el estilo marista de vida y misión hemos recorrido todo un camino desde el Concilio Vaticano II para construir nuestras identidades respectivas, y sólo ahora está empezando a dar sus frutos. El documento En torno a la misma mesa – La vocación de los laicos maristas de Champagnates una clara muestra de esa realidad. Mi deseo es que su contenido enriquezca vuestra comprensión de la vida y misión maristas y estimule vuestra fe.

Con afecto,
Hermano Seán D. Sammon, FMS -Superior general
Roma, 6 de junio de 2009 – San Marcelino Champagnat


Como integrantes de la Comisión han sido designados:

Los laicos

  1. Anne DOOLEY (Melbourne)
  2. Annie GIRKA (Hermitage)
  3. Bernadette ROPA (Districto de Melanesia)
  4. Carlos NAVAJAS (América Central)
  5. José María PÉREZ SOBA (Ibérica)
  6. Noel Dabrera (Sri Lanka)
  7. Sérgio Luis SCHONS (Rio Grande do Sul)

y los hermanos

  1. Afonso MURAD (Brasil Centro Norte)
  2. Pau FORNELLS (Director del Secretariado de Laicos)
  3. Rémy MBOLIPASIKO (East Central Africa)