Carta de los hermanos Seán D. Sammon y Emili Turú

 

Queridos hermanos y todas las personas que compartís el carisma de San Marcelino Champagnat:

Con gran alegría os anunciamos que el 28 de octubre de 2007 se celebrará en Roma la beatificación de 47 hermanos nuestros, víctimas de las persecuciones religiosas que tuvieron lugar en España durante los años 30. La Iglesia muestra su reconocimiento a estos hombres como mártires, testigos heroicos de la Buena Noticia de Jesús. 
Estos hermanos son también los primeros en ser beatificados. En el día de la ceremonia sus causas irán asociadas a las de otras 451 personas que dieron su vida por el evangelio. En el grupo hay dos obispos, varios sacerdotes y seminaristas diocesanos, seglares, jóvenes, casados, hombres y mujeres, así como otros religiosos y religiosas (1.

Éste es un momento importante de la historia de nuestro Instituto, en el que se nos brinda la oportunidad de unirnos a la Iglesia universal para dar gracias por el regalo de los mártires, particularmente los que comparten nuestro estilo de vida. El compromiso público de vivir plenamente y con radicalidad el evangelio de Jesús llevó a estos hermanos que van a ser beatificados hasta la experiencia de la cruz. Siguiendo su camino hasta el final, ellos se convirtieron en semilla de vida nueva no sólo para nuestro Instituto y su misión sino también para la Iglesia universal.

Nuestros hermanos mártires, semillas de vida

Nuestros predecesores en la fe acuñaron la frase: “La sangre de los mártires es semilla de cristianos” (Tertuliano, Apol. 50, 13). Son palabras que expresan la convicción, ampliamente compartida, de que la vida y la muerte de los que permanecen fieles al evangelio son una fuente de riqueza para todos. Inspirados por esa misma convicción, los hermanos que, en equipo, están preparando la beatificación de nuestros mártires, nos recuerdan que estos hombres fueron “semillas de vida”, no sólo para el Instituto sino para toda la Iglesia.

El eslogan “Semillas de vida”, por tanto, nos acompañará en este trayecto hacia la beatificación de nuestros 47 mártires. Incluimos aquí su nombre, y el año y lugar de nacimiento:

  1. BERNARDO: Plácido Fábrega Juliá, 1889, Camallera (Girona).
  2. LAURENTINO: Mariano Alonso Fuente, 1881, Castrecías (Burgos).
  3. VIRGILIO: Trifón Lacunza Unzu, 1891, Ciriza (Navarra).
  4. ALBERTO MARÍA: Néstor Vivar Valdivielso, 1910, Estépar (Burgos).
  5. ÁNGEL ANDRÉS: Lucio Izquierdo López, 1899, Dueñas (Palencia).
  6. ANSELMO: Aniceto Falgueras Casellas, 1879, Salt (Girona).
  7. ANTOLÍN: Antonio Roig Alibau, 1891, Igualada (Barcelona).
  8. BAUDILIO: Pedro Ciordia Hernández, 1888, Cárcar (Navarra).
  9. BERNABÉ: Casimiro Riba Pi, 1877, Rubí (Barcelona).
  10. CARLOS RAFAEL: Carlos Brengaret Pujol, 1917, Sant Jordi Desvalls (Girona).
  11. DIONISIO MARTÍN: José Cesari Mercadal, 1903, Puig-Reig (Barcelona).
  12. EPIFANIO: Fernando Suñer Estrach, 1874, Taialà (Girona).
  13. FELIPE JOSÉ: Fermín Latienda Azpilicueta, 1891, Iruñuela (Navarra).
  14. FÉLIX LEÓN: Félix Ayúcar Eraso, 1911, Estella (Navarra).
  15. FORTUNATO ANDRÉS: Fortunato Ruiz Peña, 1898, La Piedra (Burgos).
  16. FRUMENCIO: Julio García Galarza, 1909, Medina de Pomar (Burgos).
  17. GABRlEL EDUARDO: Segismundo Hidalgo Martínez, 1913, Tobes y Rahedo (Burgos).
  18. GAUDENCIO: Juan Tubau Perelló, 1894, Igualada (Barcelona).
  19. GIL FELIPE: Felipe Ruiz Peña, 1907, Cilleruelo de Bezana (Burgos).
  20. HERMÓGENES: Antonio Badía Andalé, 1908, Bellcaire (Lleida).
  21. ISAÍAS MARÍA: Victoriano Martínez Martín, 1899, Villalbilla de Villadiego (Burgos).
  22. ISMAEL: Nicolás Ran Goñi, 1909, Cirauqui (Navarra).
  23. JAIME RAMÓN: Jaime Morella Bruguera, 1898, Sant Pere d’Osor (Girona). 
  24. JOSÉ CARMELO: Gregorio Faci Molins, 1908, La Codoñera (Teruel).
  25. JOSÉ FEDERICO: Nicolás Pereda Revuelta, 1916, Villanueva la Blanca (Burgos).
  26. JUAN CRISÓSTOMO: Juan Pelfort Planell, 1913, Igualada (Barcelona).
  27. JUAN DE MATA: Jesús Menchón Franco, 1898, Murcia (Murcia).
  28. LAUREANO CARLOS: Pedro Sitges Puig, 1889, Parlavà (Girona).
  29. LEÓNIDES: Jerónimo Messegué Ribera, 1881, Castelló de Farfanya (Lleida).
  30. LEOPOLDO JOSÉ: Florentino Redondo Insausti, 1885, Cárcar (Navarra).
  31. LICARIÓN: Ángel Roba Osorno, 1895, Sasamón (Burgos).
  32. LINO FERNANDO: Víctor Gutiérrez Gómez, 1899, Villegas (Burgos).
  33. MARTINIANO: Isidro Serrano Fabón, 1901, Cañada de Verich (Teruel).
  34. MIGUEL IRENEO: Leocadio Rodríguez Nieto, 1899, Calahorra de Boedo (Palencia).
  35. PORFIRIO: Leoncio Pérez Gómez, 1899, Masa (Burgos).
  36. PRISCILIANO: José Mir Pons, 1889, Igualada (Barcelona).
  37. RAMÓN ALBERTO: Feliciano Ayúcar Eraso, 1914, Estella (Navarra).
  38. SALVIO: Victoriano Gómez Gutiérrez, 1884, Villamorón (Burgos).
  39. SANTIAGO: Serafín Zugaldía Lacruz, 1894, Echálaz (Navarra).
  40. SANTIAGO MARÍA: Santiago Saiz Martínez, 1912, Castañares (Burgos).
  41. SANTOS: Santos Escudero Miguel, 1907, Medinilla de la Dehesa (Burgos).
  42. TEÓDULO: Lucio Zudaire Aramendía, 1890, Echávarri (Navarra).
  43. VÍCTOR CONRADO: José Ambrós Dejuán, 1898, Tragó de Noguera (Lleida).
  44. VICTORINO JOSÉ: José Blanch Roca, 1908, Torregrossa (Lleida).
  45. VITO JOSÉ: José Miguel Elola Arruti, 1893, Régil (Guipúzcoa).
  46. VIVENCIO: Juan Núñez Casado, 1908, Covarrubias (Burgos).
  47. VULFRANO: Ramón Mill Arán, 1909, Castellserà (Lleida).

Esta beatificación tiene lugar en un año en que se hacen manifiestos muchos signos de vida en nuestro Instituto. La Asamblea de la Misión que se celebrará en Mendes, Brasil, el próximo septiembre, nos proporcionará los frutos del trabajo de muchas manos. Poco más tarde dará comienzo el Año de espiritualidad, en el que podremos disponer del documento de espiritualidad apostólica marista recientemente elaborado, junto con las actividades y reflexiones que por espacio de doce meses nos ayudarán a convertir a Jesús, cada vez más, en el centro y la pasión de nuestras vidas. La red del laicado marista, en continua expansión, el establecimiento de nuevas comunidades en Asia del sur dentro del proyecto de misión ad gentes… estos ejemplos y otros muchos testimonian la vitalidad de la herencia que nos dejaron nuestros hermanos mártires de España.

La Iglesia los ha definido como “mártires de la educación cristiana de la juventud”. A pesar de la persecución, ellos hicieron todo lo que pudieron para permanecer fieles a los niños y jóvenes que les habían sido confiados. Nosotros haremos muy bien en tomarlos como modelos de la misión marista en su mejor expresión.

En breve recibiréis una publicación que recogerá el testimonio de las vidas de cada uno de estos hermanos mártires. Os invitamos a leer esas páginas teniendo en la mente las palabras que decía Juan Pablo II en su exhortación Ecclesia in Europacon los Padres sinodales, quiero proponer a todos, para que nunca se olvide, el gran signo de esperanza constituido por los numerosos testigos de la fe cristiana que ha habido en el último siglo, tanto en el Este como en el Oeste. Ellos han sabido vivir el Evangelio en situaciones de hostilidad y persecución, frecuentemente hasta el testimonio supremo de la sangre.
Estos testigos, especialmente los que han afrontado el martirio, son un signo elocuente y grandioso que se nos pide contemplar e imitar. Ellos muestran la vitalidad de la Iglesia; son para ella y la humanidad como una luz, porque han hecho resplandecer en las tinieblas la luz de Cristo.
Más radicalmente aún, demuestran que el martirio es la encarnación suprema del Evangelio de la esperanza:En efecto, los mártires anuncian este Evangelio y lo testimonian con su vida hasta la efusión de su sangre, porque están seguros de no poder vivir sin Cristo y están dispuestos a morir por Él, convencidos de que Jesús es el Dios y el Salvador del hombre y que, por tanto, sólo en Él encuentra el hombre la plenitud verdadera de la vida.

Celebremos, por tanto, ya sea con nuestra presencia en Roma o en nuestros lugares de origen, las vidas de estos mártires, y demos gracias a Dios por su extraordinario testimonio de la Buena Noticia. Pero, por encima de todo, honrémosles de manera especial imitando sus virtudes y su celo.

Demos gracias al Señor, con Marcelino y con todos los hermanos que nos han precedido en la vida marista, por el regalo de estas beatificaciones. Al estilo de María, reconozcamos que Dios ha fijado su mirada en nosotros y nos ha bendecido, y recemos para que en nuestras tareas se manifieste siempre la obra de Él.

Con afecto, 

Hermano Seán D. Sammon, FMS, Superior general
Hermano Emili Tur ú, FMS – Representante del Consejo para la beatificación de nuestros mártires de España

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1Junto con los hermanos hay en el grupo 98 agustinos, 62 dominicos, 59 salesianos, 58 hermanos de la Salle, 31 carmelitas descalzos, 29 franciscanos, 23 adoratrices, 16 carmelitas, 9 dominicas, 9 trinitarios, 4 carmelitas misioneras, 4 misioneros de los Sagrados Corazones, 4 marianistas, 3 hijas del Corazón de María, 2 franciscanas de la Misericordia; 1 religiosa de la Orden de Santo Domingo, 1 carmelita de la Caridad, 1 trinitaria de clausura, 1 carmelita de la Presentación.