2 de junio de 2012 CASA GENERAL

¡Soy Champagnat!

En la Casa general, en Roma, tenemos dos hermosas obras artísticas sobre el P. Champagnat, que fueron promovidas por el entonces Superior general, H. Charles Howard, fallecido el pasado 14 de enero de 2012 en Australia. Ambas realizaciones son una expresión del profundo afecto que el H. Charles sentía por nuestro fundador, así como de su afán por difundir el conocimiento de Marcelino, a quien él mismo había ido descubriendo a lo largo de su vida como marista.

Esas dos obras se encuentran frente a frente en un gran espacio de la Casa general. Se trata de un mural sobre la Familia marista, pintado por Goyo, y de dos grandes paneles, compuestos por piezas de cerámica realizados por el H. José Santamarta. Recientemente me puse en contacto con los dos artistas, a quienes el Instituto marista debe tanto por su extraordinaria contribución para renovar la iconografía de Champagnat, y ambos me hablaron del impacto positivo que el H. Charles había dejado en sus vidas.

class=imgshadowGoyo recordaba con simpatía las negociaciones que tuvo que llevar a cabo el H. Agustín Carazo, entonces Postulador general e incansable promotor de una imagen renovada del fundador, para que el H. Charles aceptara que su propio retrato formara parte del mural. Según Goyo, tuvo que suavizar mucho los tonos del retrato, para que su imagen quedara un poco difuminada y no herir así su humildad. El mismo H. Agustín me confirmó que tuvo que utilizar sus mejores dotes diplomáticas para negociar, y me contó también muchas otras anécdotas que, según él, reflejan “el gran amor que el H. Charles tenía hacia el fundador”.

H.El H. Santamarta, por su parte, conserva todavía la carta que le envió el entonces Superior general, agradeciendo su trabajo. En ella le decía que había “interpretado artísticamente el sueño que yo tengo de nuestro padre Marcelino; un padre, con rostro de apóstol, manos trabajadoras, un corazón eucarístico abierto, sin fronteras y apasionado por Dios. Este es el espíritu y el carisma de nuestro Padre Champagnat”.

El H. Charles nos dejó el pasado mes de enero, pero su huella perdura entre nosotros. No sólo a través de obras artísticas que él promovió, sino sobre todo a través de su propia vida y de su enseñanza. Creo, pues, que es muy adecuado que en la fiesta de San Marcelino de este año recurramos a él y acojamos con cariño sus palabras.

Hay que situar la realización de las dos obras artísticas mencionadas en el marco de la celebración del “Año Champagnat”, a los 200 años del nacimiento de San Marcelino. En ese mismo contexto, el día 20 de mayo de 1989, el H. Charles publicó una Circular titulada “El fundador interpela a sus hermanos”; la finalidad era animarnos a todos a “tomar una mayor conciencia del carisma de Marcelino, que es un don del Espíritu Santo del que participamos todos”.

Esta Circular relata la experiencia de la Escuela Champagnat de Budapest, donde once hermanos fueron arrestados en 1944 porque daban asilo y escondían a judíos. Esta escuela había sido fundada el año 1928 y la gente solía decir de los alumnos: “Por ahí van los pequeños Champagnat”. Los alumnos estaban orgullosos de este calificativo y les gustaba decir: “Yo soy un Champagnat”. Partiendo de esta anécdota, el H. Charles nos invita a todos a “ser Champagnat hoy”:

“YO SOY CHAMPAGNAT”. Esto puede resultar gracioso en la boca de un niño. Pero para nosotros, maristas, expresa una verdad profunda. Cada uno de nosotros es Champagnat, y nos esforzamos por dar a los jóvenes lo que el mismo Champagnat les daba: respeto, estímulo, amor, verdad cristiana, educación en todos sus aspectos y solicitud para con todos. En otras palabras, tratamos de ser HERMANOS para ellos.

  • Somos Champagnat para nuestros propios hermanos, mediante nuestra entrega, aliento, apoyo, oración y cariño.
  • Somos Champagnat para una Iglesia que se esfuerza por servir a la humanidad. Somos seguidores de Champagnat en su gran amor a la Iglesia, pueblo peregrino y cuerpo de Cristo.
  • Somos Champagnat para los jóvenes necesitados, para los que buscan nuevos valores, para los que buscan testigos auténticos del cristianismo.
  • Somos Champagnat para los jóvenes que necesitan hermanos, para quienes necesitan de alguien que los escuche, los anime y los ame.
  • Somos Champagnat para los pobres, para los más desatendidos, para los marginados; somos hermanos de los más necesitados.
  • Somos Champagnat para quienes no conocen a María, para quienes no entienden el amor que ella les tiene ni reconocen su presencia.

 

En esta fiesta de San Marcelino de 2012, recogemos las palabras de nuestro H. Charles, a los cinco meses de su muerte, como auténtico programa de vida para todos nosotros, que nos reconocemos maristas de Champagnat.

Con alegría, damos gracias al Señor por el don de la vida del H. Charles, auténtico Champagnat para el Instituto marista. Y damos gracias también por tantas personas que en los cinco continentes, a menudo de forma discreta y silenciosa, se esfuerzan por ser nuevos Champagnat para los niños y jóvenes de hoy.

H. Emili Turú, Superior general

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