5 de marzo de 2015 BOLIVIA

Tomar el corazón en nuestras manos?

Del 21 de febrero al 19 de junio, 15 Hermanos temporales, acompañados por tres formadores, se están preparando en Cochabamba, Bolivia, a la profesión perpetua. Forman el grupo Hermanos pertenecientes a 9 unidades administrativas y llegados de seis países diferentes.

Sigue, a continuación, la crónica que relata el comienzo de esa etapa final camino del sí definitivo a la consagración religiosa.

 

La llegada

Los pasillos de la Casa de la juventud, ubicada a unos pocos kilómetros de Cochabamba (Bolivia), resonaban con las voces de los hermanos que arribaban de sus destinos desde el día 19 de febrero. Saludos y abrazos en portugués, español e italiano evidenciaban que no existen fronteras cuando el espíritu de la fraternidad es el lenguaje. 

Los hermanos Diego e Ismael (Santa María de los Andes), Joao Paulo (Distrito de Amazonía), José A. Júnior, José Rogério y Paulo Henrique (Brasil Centro Norte), Tiago (Brasil Centro Sul), Antonio y Adán (México Central), Valentín (México Occidental), Juan Pablo, Hugo y Yan (Norandina), René (América Central), Stefano (Mediterránea) y junto a ellos los Hermanos Rodrigo (América Central), Romidio (Rio Grande do Sul) y Anacleto (Brasil Centro Sul), todos dispuestos a vivir una maravillosa travesía en esta tierra sencilla de los Andes bolivianos.

 

Comienza la marcha

En la mañana del 21 celebramos el inicio de nuestro itinerario; una significativa Eucaristía presidida por el padre Francisco y la participación de nuestros hermanos de la Comunidad del noviciado Interprovincial de Santa María de los Andes y Cruz del Sur. Las lecturas fueron muy sugerentes y atractivas para el tiempo de itinerario que iniciamos. En primer lugar, una carta del P. Champagnat que invita a los Hermanos a ir al l´Hermitage. Después, el Salmo 127, hizo énfasis en que "es el Señor quien debe construir nuestra casa." Y finalmente, el pasaje del Evangelio de Marcos, Jesús invita a los discípulos a un lugar aparte, donde puedan descansar. (cf. Mc 6, 30).

 

Los primeros pasos

Más tarde nos lanzamos a las calles de Cochabamba para insertarnos entre la música, la danza, el color, el juego y la tradición del carnaval, el cual representa un patrimonio humano e inmaterial que habla de nuestra América Latina; una oportunidad perfecta para conocer parte de la realidad de este pueblo, para recorrer sus calles, tomarnos fotos e ir creando los primeros vínculos de amistad y fraternidad que como hermanos estamos llamados a tejer.

 

Junto a María

Todos listos en la entrada de la casa, el reloj marcaba las 3:00 p.m. (22 febrero); con el sol radiante invadimos el camino. 18 hombres, “hermanitos de María” se aproximaban a su destino, mientras las voces, las risas, el cansancio y la expectativa hacían que esta tierra desconocida fuera descubriéndose. De repente estábamos frente a ella, allí en el santuario de la Virgen de Urcupiña, un lugar de peregrinación, rodeado de vegetación y rocas, que se impone sobre la región como símbolo de protección de los feligreses. De pie junto a la Madre, entonamos la Salve Regina para poner en sus manos todo este caminar que iniciamos.

De acuerdo con la tradición, rompimos una roca y cada uno tomó un pedazo, la trajimos en nuestro bolsillo, con la promesa de que tendremos que volver para dejarla nuevamente en su lugar, signo de que un favor solicitado a la Madre, se ha cumplido.

 

Lo natural nos revela

Los hermanos Rodrigo, Romidio y Anacleto (nuestros hermanos acompañantes) nos presentaron el itinerario (23 de febrero). Preguntas, comentarios, sugerencias, voces, miradas, oídos atentos; cada uno de nosotros con nuestra historia entre las manos, disponibles a vivir este tiempo de gracia, siendo responsables de nuestros propios procesos, valorando la riqueza de nuestras diferencias y soñando con crear fraternidad. 

Confianza, transparencia, pasión y paciencia serán las claves necesarias para disfrutar día a día de este encuentro con Jesús, y así, afinar nuestra respuesta de amor, sin olvidar que… “lo natural nos revela el ritmo más hondo de la vida y nos enseña a esperar y hacer cada día, intensa y sencillamente, lo que corresponde hacer”.

Hasta el 19 de junio el Itinerario se continuará con los talleres, reuniones, paseos, celebraciones y mucha convivencia fraterna. El gran deseo es “Tomar el corazón en nuestras manos…para renovar el don de nuestra consagración”. Los invitamos a hacer camino con nosotros.

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