
Un Año Vocacional para Todos
El día 8 de septiembre de 2004, fiesta de la Natividad de María, se inició este periodo especial de tiempo que el Instituto marista se ha reservado para promocionar las vocaciones de Iglesia y, de modo especial, las vocaciones para Hermanitos de María fundados por Marcelino Champagnat. Este año especial se concluirá el día 15 de agosto de 2005, fiesta de la Asunción. Lo que nos ha movido a ello es sencillo: estamos plenamente convencidos de que, entre todas las posibles vocaciones que hoy existen en la Iglesia, Dios sigue llamando a jóvenes generosos a la vida religiosa, como se decía antes.
Quizás esto pueda sorprender a algunos, ya que, según se dice en algunos países, la vida religiosa se viene apagando lentamente en los últimos cuarenta años. Nuestras convicciones modelan la realidad. Si uno llega a un examen convencido de que no le irá bien, es seguro que tendrá todas las papeletas para que así sea. Si repetimos machaconamente que no existen vocaciones hoy para la vida religiosa, es seguro que encontraremos muy pocas.
Por eso, una parte de los esfuerzos de este año van encaminados a cambiar esa mentalidad. Intentaremos, una vez más, y con la ayuda de cursos, de publicaciones, y haciéndonos presentes de manera sencilla entre los jóvenes, hacer entender a las personas que vivir y servir a otros como Hermano, Hermana o sacerdote es una forma maravillosa de gastar la propia vida.
Hace años, Marcelino resumía, en pocas palabras, lo que significaba ser Hermano. ?Amar a Dios ?decía. Y dar a conocer a Dios y hacerlo amar, tal debe ser la vida del Hermano. Estas palabras son tan ciertas hoy como lo fueron cuando las dijo el Fundador. Por ello, si no lo has hecho ya, únete a nosotros este año en la promoción de las vocaciones de Iglesia. La descripción del puesto de trabajo es muy sencilla: Se necesitan personas dispuestas a amar a Dios y a hacer que Dios sea conocido y amado.