Un día con ?Agua de la roca?
La visión de nuestra espiritualidad presentada en ?Agua de la roca? es muy bonita. Es una visión dirigida a todos los seguidores de Marcelino. Tuvimos la dicha de ser los primeros, en el Noviciado de Matola, en vivir un retiro basado en el documento inspirador ?Agua de la roca?. Fue en noviembre de 2007, para los novicios de 2º año. El Año de Espiritualidad llevó este libro a muchos lugares del mundo marista: retiros y seminarios, reuniones y charlas con estudiantes, profesores, postulantes, novicios, laicos y hermanos. Y tuvimos también la gracia de ser los últimos en cerrar este Año de Espiritualidad gracias a la buena voluntad de la Comisión de Vida Religiosa que, una vez más, nos envió uno de sus mensajeros. Muchas gracias. ¡Casi nos consideramos un grupo privilegiado en todo el Instituto!
El presentador empieza con un ejemplo conocido de todos nosotros y que él personalmente admira para ejemplificar la espiritualidad marista: ?El hermano Basilio fue un místico y un hombre espiritual?. Y continua: ?¿No precisaríamos nosotros de muchos Basilios para darnos esperanza y hacernos vibrar con el valor y la belleza de nuestra espiritualidad? ¿Y para presentar a un mundo a la deriva, de modo creíble, este valor extraordinario que Champagnat y los primeros hermanos nos han dejado??. Él mismo da la respuesta: ?Sí, pero con una condición: la de convertirnos en místicos y hombres espirituales. En este sentido, Basilio puede indicarnos el camino?.
El místico vive en la intimidad del Señor
Escuchábamos y dialogábamos con el presentador y sentíamos que sus palabras eran verdaderas, pero al mismo tiempo constituían un gran desafío. ¿Qué es eso de ser místico? ¿Qué es eso de ser un hombre espiritual? Hemos podido adivinar, con algunas referencias a ?Agua de la roca?, que el místico y hombre espiritual es aquel que ?vive? en Jesús, que se alimenta da su Palabra y de su Cuerpo, que es capaz de pasar largas horas de intimidad con el Señor. En esa intimidad se enraíza toda la fuerza de nuestro apostolado. Porque el místico no se separa del mundo. Penetra en él, llevándole la fuerza transformadora del Evangelio. Comprendíamos entonces mejor la afirmación tantas veces repetida: nuestra espiritualidad es apostólica. Es apostólica, porque a la semejanza de los apóstoles, nos llenamos del Espíritu de Dios (místicos, de hecho) y de su fuerza. Esta fuerza llevó los apóstoles a los cuatro rincones del mundo para proclamar a Jesús, para hacer que fuera conocido y amado. Estamos en el corazón de nuestra espiritualidad.
Lo que es interesante es que el Espíritu nos conduce en esa doble dirección: la intimidad con Jesús (mística) y la realización apostólica (apostolado). Con otras palabras: de la oración nace el apostolado, el apostolado es fecundado por la oración. Aun aquí, Basilio era un ejemplo para todos nosotros: fue un hombre que amó profundamente a la Iglesia, un hombre que soñó con la apertura de la Congregación al mundo moderno para responder lo mejor posible a sus necesidades. Pero, si así soñaba, es porque poseía una fe profunda, una esperanza sin límites, un amor a toda la prueba. En una palabra: era un místico que supo crear armonía donde existían divisiones, tensiones, violencia, conflictos. La fuerza para ello la encontraba en Dios, en las largas horas de oración junto a Él.
Místicos en la acción
Desgraciadamente no pude seguir oyendo el interesante diálogo que se había establecido entre el presentador y la asamblea, con la figura del hermano Basilio como trasfondo. Unos pobres (¡visitantes regulares de nuestro noviciado!) llamaban a la puerta: pedían un poco de harina y algunos peces. Me perdí el resto del diálogo. Pero pienso que yo estaba poniendo en práctica lo que había oído: una espiritualidad que piensa también en los más pobres. ¿Y no estaría también yo siendo un místico en aquel entonces? Yo creo que sí, porque estaba viviendo el valor de la solidaridad tan bien presentada en el capítulo 4 de nuestro documento.
Me quedé pensando que ?Agua de la roca? es un desafío para todos los hermanos y laicos maristas. Un desafío que se debe prolongar más allá del Año de Espiritualidad. Gracias a él, o inspirados en él, dejémonos convertir en ?místicos en la acción? o en ?apóstoles porque somos místicos?.
Una palabra de agradecimiento al hermano Peter Rodney y a su Comisión por el trabajo desarrollado durante el Año de Espiritualidad. Nuestro Noviciado quiere aprovechar al máximo todo lo que nos han dado. Y no olvidaremos la invitación del presentador: ?ser místicos como Basilio para el mundo de hoy?. Aquí en Mozambique, son bien necesarios hombres de este calibre.
Que Dios, María y Champagnat continúen ayudándoos en vuestro trabajo de formación y de dar a conocer nuestra espiritualidad. Que os concedan también una buena salud.
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Hermano Simeon Banda (formador) y hermano Joseph Daka (novicio)
Matola, Mozambique, 10 de agosto de 2009