Una nueva aurora marista, un nuevo comienzo

El 2 de enero de 1817 Marcelino Champagnat abría la puerta de la primera comunidad marista en una sencilla casita de La Valla, en Francia. Dos muchachos fueron los primeros que se apasionaron por la propuesta de educar a los niños y jóvenes, al estilo de María. En estos doscientos años se han abierto muchas puertas con la llave marista y hoy encontramos maristas, hermanos y laicos, en todo el mundo. Por eso te invitamos a ti, que te sientes marista, a celebrar este aniversario tan redondo. 

 

¿Cómo?

El lunes, 2 de enero de 2017, justo al salir el sol, te proponemos hacer un momento de oración, decir “buenos días”, en sintonía con los maristas de los cinco continentes. Como Jesús, “en Cafarnaúm, al amanecer, antes de que saliera el sol, se fue a orar a un lugar solitario” (Lc 4, 42). 

 

¿Desde dónde?

Donde estés. En casa o en un lugar emblemático, ya sea solo o en compañía, familia o comunidad. La propuesta es aprovechar la aurora de un nuevo día para conectarnos con personas que vibramos con “un mismo corazón, y un mismo espíritu”. Un nuevo día, un nuevo aniversario, un nuevo comienzo, una nueva oportunidad para crecer y amar.

 

Posible dinámica

Te proponemos un momento sencillo y apacible. Busca un espacio donde te sientas a gusto (una habitación, una capilla, una montañita, un banco de la plaza…). Respira, canta, mira, escucha, enciende una vela, pone un símbolo marista a tu lado … y lee esta carta que te llega siguiendo una tradición del mismo padre Marcelino. Él tenía la buena costumbre de enviar circulares (cartas) a los hermanitos, y entre estos envíos no faltaba nunca la felicitación de Año Nuevo. Imagínate que hoy te llega esta circular especialmente para ti.

 

 

Estimado hermano, estimada hermana:

Que tengas un muy buen día marista. Hoy celebramos doscientos años de un sueño. Un sueño que fue tomando forma en un humilde hogar y con personas muy sencillas. Un sueño que, doscientos años después, sigue vivo en el corazón de miles y miles de personas de culturas muy diversas. ¡Felicitaciones! Felicidades porque formas parte de esta familia marista que camina con la voluntad de transformar el mundo acompañando a niños y jóvenes. Felicidades porque te has dejado tocar por el mensaje: “Que la caridad reine siempre entre vosotros. Amaos unos a otros como Jesús os ha amado. Que tengáis un mismo corazón y un mismo espíritu. Ojalá pueda decir de vosotros los maristas: ¡Mirad cómo se aman!”

En este nuevo día que despunta, damos gracias a nuestra Buena Madre por el don que Dios nos ha dado con los hermanos y los laicos, los educadores, los padres y las madres, los niños y los jóvenes que, aquí y en todo el mundo, viven felices el carisma marista. Igual que hace 200 años, hoy abrimos las puertas de nuestras vidas para que los sueños se conviertan en realidad. Que los podamos compartir y hacer realidad con más hermanos y hermanas de camino, y que la Buena Madre nos acompañe con la fuerza de su ternura.

Con la aurora de este nuevo día, renovamos la esperanza de que un mundo nuevo es posible y que lo queremos empezar aquí y ahora, en sintonía con la familia marista de los cinco continentes. Hoy que de nuevo “Dios hace salir el sol para todos” (Mt 5, 45), llenad de luz vuestra vida y la de quienes os rodean, especialmente la de quienes más lo necesitan. Perseverad en la vocación de ser honrados ciudadanos y buenos cristianos”.

El instituto marista no nació de una vez por todas el 2 de enero de 1817, sino que continúa naciendo hoy. ¡Qué maravillosa tarea la de colaborar, doscientos años después, en el nacimiento de un Instituto, siempre inacabado! ¡Amémonos siempre unos a otros! ¡Por muchos años!

Se puede finalizar la oración con un canto o una oración mariana.

 

¡Y hacia las redes!

Finalmente, te invitamos a colgar una foto de ese momento en las redes con el hashtag común #MillionMarists.

Propuesta de la Provincia de l’Hermitage