Uno de los líderes del Proyecto Fratelli cuenta su historia
Uno de los dos hermanos que dirigen el Proyecto Fratelli – una iniciativa intercongregacional que pretende ayudar a educar a los jóvenes refugiados desplazados como inversión en su futuro – ha publicado una carta acerca de su traslado de España al Líbano.
Su Provincia, la Provincia de L'Hermitage, le pidió que escribiera una carta para contar su historia, publicada ahora en su página web.
En esa carta, el hermano Miquel Cubeles revela cómo al pedirle ir al Líbano, “un sí rotundo surgió inmediatamente desde el fondo de mi corazón”.
Un nuevo comienzo…
Hace tan solo cinco días que llegué al Líbano. Fue el 3 de septiembre. Hoy, día de la Natividad de María, me tomo un momento para escribir algunas de las cosas que me han pasado y que he vivido como una auténtica llamada y, al mismo tiempo, como un regalo de Dios.
El H. Emili nos invitaba a vivir la celebración del Bicentenario como “un nuevo comienzo” para nuestra familia marista y proponía estos tres años previos como la ocasión para poner de relieve actitudes fundamentales para ello: el Año Montagne, para renovar nuestro compromiso con los niños y jóvenes más necesitados; el Año Fourvière, para crecer en la fraternidad y la comunión; y el Año La Valla, para profundizar y vivir de manera más encarnada nuestra espiritualidad.
Personalmente, me he sentido muy interpelado por este itinerario y he vivido el Año Montagne de una manera particularmente intensa. Han hecho eco en mí las palabras del Papa Francisco que nos invitan a salir de nuestra propia comodidad y atrevernos a llegar a todas las periferias. También el lema de la Pascua de Les Avellanes 2015, “Con Cristo hacia las periferias”, me ha llegado al corazón de una manera muy especial… Oraba y sentía esta llamada para mí y para la comunidad. Quería que la respuesta del Año Montagne fuese más concreta, y esto se dio justamente cuando alguien de la administración me dijo: “Hay un joven de dieciocho años con muchas dificultades. No sabemos quién puede acogerlo y acompañarlo, y hemos pensado en ti… Entenderemos que puedas decir que no, evidentemente, porque es un caso especial…”
La comunidad de hermanos lo acogió durante dos meses y medio. Hoy el joven ya sonríe y hace una vida normal. Me decía: “¿Por qué me acogisteis, con los informes que tengo?” Y le respondí: “Porque no los hemos leído”. Entonces él me explicó: “Eso es lo que yo necesitaba; alguien que me acogiera y que creyera en mí”. Fue uno de los Montagne de nuestro tiempo pascual.
La misma mañana de Pascua entré a la página de la web del Instituto, pues quería leer un mensaje que me removiera por dentro y fuera consecuente con el lema “Con Cristo hacia las periferias”. Pensé que quizás habían colgado el mensaje de Les Avellanes. Pero fue la carta del Proyecto Fratelli la que apareció en la pantalla de mi ordenador. La leí y quedé impactado. ¡Qué iniciativa tan osada la de nuestros superiores de La Salle y de los Hermanos Maristas!
“Crear en lugares de frontera otros espacios donde podamos desarrollar la lógica evangélica del don de la fraternidad, de la acogida de la diversidad y del amor mutuo… dar una respuesta rápida a los niños y jóvenes desplazados, refugiados en otros países a causa de la guerra y en situación de riesgo… comenzar a crear un espacio en el Líbano para acoger…” En ningún momento pensé que yo podría implicarme en ese proyecto, pero suscitaba en mí una gran alegría y un orgullo familiar por la audacia que suponía. E inmediatamente decidí difundir la noticia.
Y unos días después llegó la carta del hermano Emili: Montagne, la danza de la misión. ¡Qué manera, la del H. Emili, de tocar el corazón de los maristas invitándonos a ser cómplices del Espíritu, maristas en salida, una presencia evangelizadora entre los niños y jóvenes en situación de vulnerabilidad, caminar hacia “un nuevo comienzo”, siendo místicos y profetas…! Y la pregunta final: “¿Qué harías si no tuvieras miedo?”.
No tuve tiempo de hacerme esa pregunta porque el H. Emili me invitó dos días después a integrarme en el Proyecto Fratelli y, desde el fondo de mi corazón, brotó enseguida el “sí”. Las formalidades y el diálogo con mi familia me ocuparon sólo unos días, pero el “sí” de mi primera profesión religiosa, y más aún, el “sí” del día a día, ensancharon mi corazón. Fue un “sí” de paz, sin muchas preguntas, sin interrogarme por mis cualidades o dificultades personales, ni por mi edad… Doy gracias a mi familia y a las personas que me han apoyado desde el primer momento.
Las dificultades me las voy encontrando ahora con tanto para soñar y hacer. Estoy en Beirut, desde principios de septiembre, con un joven hermano mexicano de La Salle que se llama Andrés. Tratamos de ser simplemente hermanos en búsqueda y en camino para acercarnos y vivir con los niños y jóvenes de Siria, Irak, Armenia, Palestina… Hemos sintonizado y donde no llegan todavía los proyectos y las piedras, llega la confianza, la oración y el apoyo fraterno. Las comunidades del Líbano nos acogen y acompañan en nuestros primeros pasos, pero el camino lo tenemos que ir haciendo nosotros, junto a otras personas que nos irán apoyando. Los niños, los jóvenes y sus familias – o quizás sin familia – ya están aquí: más de un millón y medio de refugiados en un país pequeño que no llega a los cinco millones de habitantes. En estos días, todo esto está coincidiendo con el éxodo de otros tantos refugiados hacia Europa, llamando a vuestras puertas. Seguro que seréis generosos y creativos.
Dios sabrá lo que quiere de cada uno de nosotros, pero nunca acabaremos de entender por qué pasan estas cosas. Tengo claro que Dios me quiere en medio de los hermanos más vulnerables. Hoy me ha traído aquí al Líbano y lo vivo como “un nuevo comienzo” en muchos sentidos: país, idioma cultura, intercongregacionalidad… Todo un desafío y una riqueza. Pero el auténtico nuevo comienzo lo entiendo como un estar más abierto a Dios para ser más instrumentos de su amor, auténticos hermanos comprometidos con la justicia.
Con toda humildad os lo digo, sin citas demasiado textuales, desde mi experiencia vital. Maristas, laicos y hermanos, abriéndonos a la acción de Dios, haciendo camino allí donde Dios quiera que haya “un nuevo comienzo”. Gracias, Jesús, por caminar contigo en este momento de mi vida.
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H. Miquel Cubeles
8 septiembre 2015
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El Proyecto Fratelli es una colaboración intercongregacional entre los Hermanos Maristas y los Hermanos De La Salle, con invitación a otras congregaciones. El Proyecto Fratelli no se limita a la actuación en Oriente Medio y se espera que podrá establecerse en otros lugares donde los niños y los jóvenes sufren a causa de los conflictos, son desplazados, refugiados o migrantes.
Los coordinadores en el Líbano, los hermanos Andrés Porras, FSC y Miquel Cubeles, FMS, trabajarán con un Comité consultivo local y formarán a los jóvenes refugiados para que inviertan en ellos mismos y para el futuro de sus países de origen.