Uno, dos, tres… diez años ilusionando
La entidad social ASOCIACIÓN ESPIRAL LORANCA acaba de cumplir diez años de existencia. Se encuentra en Fuenlabrada (Madrid Sur). En este aniversario feliz se hace eco del rostro de los niños y jóvenes que frecuentan sus locales y de los esfuerzos de los educadores por contagiar ilusión y acompañar en los espacios socioeducativos.
Desde noviembre de 1997, el primer proyecto ESPIRAL nace con el deseo de la parroquia Sagrada Familia de Fuenlabrada, Cáritas y los Hermanos Maristas, de dar una respuesta socioeducativa en ámbitos y situaciones de vulnerabilidad social especialmente en beneficio de niños, niñas, adolescentes, jóvenes y sus familias, en el barrio de Nuevo Versalles.
Los inicios fueron muy sencillos, jugando con los muchachos. Después vendría el apoyo escolar, los juegos, campamentos urbanos, los talleres de informática, fontanería, electricidad y las posibilidades de inserción laboral, junto a la atención a las familias, y de forma especial a las madres dedicándolas tiempo e impartiendo un curso de limpieza. Se pueden contar un sin fin de anécdotas.
En la actualidad funcionan dos centros: Centro Espiral Loranca (sede social) destinado, prioritariamente, a la atención a la infancia, adolescencia y familias; y, Centro Espiral Humanes, situado en un polígono industrial del municipio de Humanes, destinado a la formación de jóvenes, mayores de 16 años. El tiempo no pasa en balde, las necesidades y las formas de afrontarlas piden adaptaciones, nuevas dedicaciones.
En el año 2004, se constituye la Asociación Espiral Loranca (AEL), entidad social sin ánimo de lucro, para dotarse de cauces de comunicación y conseguir subvenciones públicas. La Asociación está vinculada al Instituto de los Hermanos Maristas de la Enseñanza, a través de la Provincia Ibérica, tanto en su inspiración como en sus principios de intervención educativa y social.
Nuestra labor está en constante revisión de manera que se puedan introducir nuevas iniciativas, programas, metodologías o las modificaciones pertinentes en función de las necesidades detectadas. Diez años no son, en nuestro caso, sinónimo de repetida intervención, más bien de adaptación y de trabajo compartido.
Los que formamos parte de ESPIRAL tenemos un sueño y una visión que nos guía y anima: deseamos ser un colectivo que, en colaboración con otras instituciones y personas, sea una referencia de servicio a la sociedad, en el que los niños, las niñas, los jóvenes y las familias se sientan satisfechos por los logros alcanzados; ser un elemento promotor del desarrollo de nuestro entorno, e impulsar una sociedad en la que la dignidad de los que la formamos, la igualdad de oportunidades y la ausencia de todo tipo de discriminación evite situaciones de riesgo y exclusión y posibilite a todas las personas el éxito laboral y social por el que luchan.
Diez años es mucho tiempo, aunque se haya pasado volando. Han sido diez años muy intensos en los que hemos tenido que adaptarnos a las nuevas necesidades que han ido surgiendo entre nuestros destinatarios. El desgaste es grande y no siempre es fácil aguantar el ritmo. Quienes llegan por primera vez a nosotros encuentran la sorpresa de una nueva manera de relación que pasa por encima de las jerarquías o lo meramente laboral. El sentido de familia nos ayuda a nosotros y ofrece a nuestros niños y jóvenes pautas, muchas veces novedosas, para actuar con sus iguales o los mayores.
Diez años no es nada?, mirando todo lo que tenemos por delante y la convicción de que siempre tendremos pobres entre nosotros. Ésta será siempre una labor inacabada, tristemente con futuro. Queremos seguir intentando crear puntos de encuentro, espacios acompañados para los que son menos acompañados. Queremos brindar nuestra cercanía e implicarnos en la acogida de cuantos in-quietamente se acercan o llegan.