30 de diciembre de 2004 VATICANO

Vence al mal con el bien

De cuando Pablo VI instituyó la Jornada Mundial de la Paz (1968), cada año el Santo Padre envía un mensaje a los responsables de las Naciones y a todos los hombres y mujeres de buena voluntad, sabedores de lo necesario que es construir la paz en el mundo. El Mensaje de este año tiene como título: No te dejes vencer por el mal; antes bien, vence al mal con el bien.
Juan Pablo II recuerda que el mal no es una fuerza anónima, el mal tiene siempre un rostro y un nombre: el rostro y el nombre de los hombres y mujeres que libremente… huyen de las exigencias del amor.
No se puede ignorar – escribe el Papa – la impresionante proliferación de múltiples manifestaciones sociales y políticas del mal: desde el desorden social a la anarquía y a la guerra, desde la injusticia a la violencia y a la supresión del otro.. Para orientar el propio camino de la paz es necesario referirse a una « gramática » de la ley moral universal que una a los hombres entre sí inspirando valores y principios comunes, si bien en la diversidad de culturas.
Una gramática que exija a todos un compromiso constante y responsable para que se respete y promueva la vida de las personas y los pueblos. Y es preciso afirmar con lúcida convicción que la violencia es un mal inaceptable y que nunca soluciona los problemas.
El Papa se detiene a hablar del bien común en cuya construcción todos tienen que implicarse. Y no deja de subrayar que, como en la construcción de la paz, es indispensable tener en cuenta las implicaciones éticas del uso de los bienes de la tierra y no sólo de los primarios, sino también de los nuevos bienes provenientes del conocimiento científico y del progreso tecnológico.
En la última parte, el Santo Padre invita a afrontar el desafío de la pobreza integrada en un contexto global con una invitación a que se reglamenten el uso de los bienes públicos mediante acuerdos jurídicos y a que se examine el problema de la deuda externa de los Países pobres que condiciona pesadamente su crecimiento.
El Papa termina invitando a todos a sentirnos como « familia de Dios » y al mismo tiempo contribuir de manera concreta y eficaz a la edificación de un mundo fundado en los valores de la justicia, la libertad y la paz.

Mensaje para la celebración de la jornada mundial de la paz

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