XXVI Jornada Mundial de la Vida Consagrada
El 2 de febrero, fiesta de la Presentación del Señor en el templo, la iglesia celebra la XXVI Jornada Mundial de la Vida Consagrada. Este año el tema es “Caminando juntos”, un convite a participar en el “viaje” de la Iglesia sobre la sinodalidad. El cardenal João Braz de Aviz, prefecto de la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica, y el secretario de ese dicasterio, monseñor José Rodríguez Carballo, con una Carta se dirigen a todos los consagrados y consagradas, invitándolos a participar activamente en el camino eclesial que se abrió el 10 de octubre de 2021, titulado: Hacia una Iglesia Sinodal: Comunión, Participación y Misión.
En su Exhortación Apostólica Postsinodal Vita Consecrata, publicada en 1996, el Papa Juan Pablo II menciona que “La vida consagrada está en el corazón mismo de la Iglesia como elemento decisivo para su misión, ya que indica la naturaleza íntima de la vocación cristiana y la aspiración de toda la Iglesia Esposa hacia la unión con el único Esposo”.
En relación al religioso hermano y la vida consagrada, el documento “Identidad y Misión del Religioso Hermano en la Iglesia” de la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica, expresa que “el religioso hermano y las religiosas, con su participación en el misterio salvador de Cristo y de la Iglesia, son memoria permanente para todo el pueblo cristiano de la importancia del don total de sí mismo a Dios y de que la misión de la Iglesia, respetando las distintas vocaciones y ministerios dentro de ella, es única y compartida por todos”.
Refiriéndose a la Misión de los Hermanos Maristas, el XXII Capítulo General, destaca que la “vocación implica una disponibilidad global en nuestra familia mundial, comprometiéndonos en la transformación del mundo, al lado de los pobres, especialmente los niños y jóvenes. Ser hermanos nos llama a ser signos de humanidad plena, lo que implica sanar las heridas de nuestra vida, promover la dignidad de cada persona y cuidar nuestra casa común”.
Junto con el Papa Francisco, que celebrará la santa misa en el Vaticano a las 17:30, hora italiana, pedimos que el Señor inspire a los religiosas y religiosas a ser voz profética y farol de esperanza en esto mundo turbulento.