2019-08-07 ARGENTINA

Julio Torres Villanueva

Nuestro longevo Hno. Julio había nacido en la palentina localidad de San Salvador de Cantalamuda. En tierras de labranza y de familia de agricultores, llegó al hogar de Virgilio y Bonifacia como fecundo fruto de la dura tarea de arrancar espacios de labranza a las estribaciones de los cerros y montañas de esta región hermosa y agreste. Con trece años cumplidos ingresa al Juniorado de Carrión de los Condes. Llegará como junior a tierras argentinas en primavera del año treinta. Novicio en Luján, hace sus primeros votos maristas el 1 de enero de 1934. En una primera etapa, entre los años 1937 y 1954, lo encontraremos como docente de grado en Mendoza, San Rafael, Morón, en el Juniorado de Luján y en Rafaela. Luego de su cargo de Director en La Inmaculada se inicia como administrador en el Colegio Champagnat. Pasará luego a desempeñarse como Administrador Provincial durante veintitrés años desde 1964. Continuará luego en tareas administrativas en los colegios de Rosario y Champagnat. En 2008, con noventa y dos años, se retira a la Residencia de Hermanos Mayores de Pilar; y en el 2012, a la de Luján. Su aporte a la misión lo ha realizado con probada generosidad de tiempo, esfuerzo, responsabilidad, inteligencia y amor. Trabajó y construyó en Reino ofreciendo todo su ser, sus dones y cualidades, al servicio de los niños y jóvenes en las diferentes comunidades y colegios en los que les tocó actuar. Resulta conmovedor ver cómo Dios va trabajando en el corazón de las personas y cómo las va conduciendo por el camino de la aceptación y de la humildad. Esto lo hemos podido observar claramente en la vida de nuestro hermano Julio. A través de la acción de la gracia, fue logrando una mayor serenidad del alma, aceptando el sufrimiento de sus achaques y abriéndose más intensamente al misterio del amor divino. Se nos ha ido un hombre magnífico, de corazón simple, abierto, magnánimo, muy sensible y bondadoso. En los años transcurridos, tanto en la comunidad de Pilar como en la Residencia Champagnat de Luján, fue un hermano muy querido que se caracterizaba por su paz, sonrisa, bondad y agradecimiento a todos, en especial a las enfermeras que lo atendían. Se fue en silencio, de modo escondido, tal como vivió, con humildad, sometiéndose a su último acto de obediencia: la aceptación de la cruz de su deterioro físico y psíquico, que fue derivando paulatinamente en la muerte. Querido hermano Julio: descansa en paz en ese lugar que Dios te ha preparado desde toda la eternidad. Ahora puedes gozar del rostro radiante de Aquel a quien entregaste tu vida desde muy joven. Que brillen para ti la alegría, la paz y la felicidad que no tendrán nunca fin. Y pídele al P. Marcelino por nosotros para que no perdamos la fe, para que seamos fieles hasta el final y transitemos este camino marista con la convicción y perseverancia necesarias para aceptar en todo la voluntad de Dios. Que tu vida tan plena y ejemplar, nos estimule a ser mejores ?hermanos? de quienes el Señor ha puesto en nuestro camino. Sé nuestro intercesor en el Cielo, junto a nuestros otros hermanos que nos precedieron, rogando por nuestra Provincia Cruz del Sur. Descansa en paz, querido hermano, junto a Jesús, María y Champagnat. Así sea. Hno. Eduardo Gatti, secretarioPROVINCIA CRUZ DEL SUR Hno. Horacio Bustos, Provincial

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