2019-08-07 URUGUAY

Pablo Horacio Walder Scheifler

A poco menos de un mes de iniciada las consultas por algunos malestares, nuestro Hno. Pablo sufrió un rápido deterioro de su salud, falleciendo el jueves 14 de febrero a las 4.00 hs. de la madrugada en el Sanatorio de la Sociedad Española de Montevideo. Había nacido un 18 de febrero de 1943 en El Redomón, Provincia de Entre Ríos, del matrimonio de Julián y Paulina. Comparte los años de la infancia con sus hermanos Juan, Anselmo, Paulina Teresa, Julio, Celia y Roberto, hasta que en marzo de 1954 ingresa al Juniorado de la Provincia Marista del Uruguay en Chajarí. Hace su Primera Profesión en Alta Gracia, Córdoba, el 8 de diciembre de 1961; y el 19 de enero de 1967 consagra de forma definitiva su vida al Señor mediante los Votos Perpetuos. En 1963 finalizando el período de formación en el Escolasticado, se recibe de Maestro Normal Nacional. Al año siguiente se inicia en la docencia en el Colegio San Luis de Pando. En los primeros años de actividad apostólica se desempeña como docente en los Colegios de Pando, Durazno y Chajarí. A partir de 1974 su misión comienza a delinearse en el ámbito de la Dirección y administración de las Obras Maristas del Uruguay. También encuentra tiempo para la Promoción Vocacional y la Coordinación de la Catequesis. En diversas ocasiones se desempeña como Superior de Comunidad. En 1990 y 1991 le toca vivir el proceso de fusión de la Provincia del Uruguay con la Provincia de Luján (Argentina) viendo surgir la Provincia del Río de la Plata. En el período 1998 a 2002 es el Referente de la Administración Provincial en el Uruguay.Desde el año 2003 integra la comunidad de Tacuarembó en el Dpto. de Rivera. Al respecto de esta etapa de la vida de nuestro Hno. Pablo nos dice el Padre René Da Silva en su testimonio: «Junto a otros hermanos quiso vivir inculturado, encarnado en un barrio muy pobre de Tacuarembó y desde allí compartir la vida de los más pobres haciéndose el también pobre entre ellos. Su pasión por los niños, adolescentes y jóvenes lo llevó a estar muy cerca y comprometido hasta los huesos con la pastoral juvenil diocesana. Un hermano que junto a su comunidad antepuso el proyecto diocesano a los proyectos de su propia Congregación, sin dejar de ser un marista de ley. Nos enseñó tantas cosas que ahora no podría enumerarlas porque son muchas… pero la ternura de Pablo y esa sonrisa de niño, nos hablo siempre de un hombre de Dios, la practicidad y la prontitud para solucionar cualquier desperfecto….de verdad un grande!!! Va a estar siempre en el corazón de todos/as quienes compartimos tantos mates, reuniones, encuentros, campamentos? en la construcción de nuestra pastoral juvenil de Tacuarembó-Rivera. Te pedimos Pablo que desde el cielo nos sigas acompañando y pidiéndole a María ya que sos un hijo dilecto de Ella, por nuestra diócesis, por nuestra pastoral juvenil, por los gurises del Godoy, de Batoví, de Bonilla…. Sé que lo vas a hacer!!! Y te vamos a extrañar sobre todo en el campamento cuando nos falte alguna tenaza o martillo… estarás siempre en nuestro corazón!! Gracias por tu ejemplo y testimonio, hermano… Dios Padre te dará el mejor lugar!» Pablito, te recordaremos con la sonrisa franca, el termo y el mate? y ese ¡Qué hacés, pibe!… Como también expresa Ricardo Borges de Olivera: «Un gran hombre, de vida, de campo de trabajo. Un gran hermano, amable dispuesto, sencillo. Un gran marista, educador y optimista. Una persona sin Gre Gre para decir Gregorio, directo, efectivo y eficaz. En su taller, todo un spa, aprendí mucho de pedagogía, paciencia y eso de encontrarle la vuelta.Gracias, Pablo, «por enseñarnos a celebrar con un asadito sabroso las amistades, a empezar el día con La Palabra y el mate, a demostrar el más tierno cariño por tus padres y tus hermanos…, a cultivar con perseverancia los amigos del corazón, a cuidar la huertita, a tener buen gusto en la casa, a emprender las trashumancias más valientes, a tener tus lecturas para nutrir la utopía, a querer a los pibes con todo el amor de Marcelino, a ser generoso en afecto y en detalles». (Hno. Daniel de la Fuente) Querido Hno. Pablo: Te expresamos nuestra gratitud por tu vida consagrada marista, hecha de entrega a la educación y formación de numerosos niños y jóvenes. Te damos gracias por haber sido nuestro compañero de camino en esta peregrinación hacia el Padre. Ahora que estás junto a la Buena Madre y a San Marcelino que podamos contar con tu intercesión en este caminar hacia nuevos horizontes. Que seamos, Hermanos y Laicos maristas, personas fieles al don recibido. Que tu ejemplo de discípulo de Champagnat nos aliente a caminar siempre en la esperanza, nutridos por una espiritualidad contagiosa que sepa desafiarnos a una vida interior renovada. Ruega por nuestra Provincia para que busquemos con esperanza el nuevo amanecer. Descansa en paz, querido Hermano Pablo, por toda la eternidad, en la alegría y el consuelo que no tendrán fin. Así sea.Hno. Horacio Bustos, Provincial Hno. Joaquín Baron, secretario

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