Pedro Flores Aceves
Ciudad de México, a 15 de abril de 2023
Estimados hermanos, familiares y amigos que nos acompañan.
En día de hoy, estamos reunidos para acompañar a nuestro Hermano Pedro Flores, Pedrito, en su tránsito a la casa del Padre, quien fue llamado a su presencia en la tarde del día de ayer, 15 de abril de 2023, después de años de llevar con mucha paciencia su efermedad.
Nuestro hermano PEDRITO, nació en Guadalajara, Jalisco, en 9 de septiembre de 1937, siendo sus padres Pedro Fausto y Paz. Su madre falleció al poco tiempo de nacer su hermano Jorge, por que que su padre se encargó del cuidado de sus hijos.
Su vocación nació en Querétaro, cuando su papá daba mantenimiento a las máquinas de escribir de las casas de formación en dicha ciudad. Es de muchos de nosotros sabido que cuando Pedro manifestó su inquietud por abrigar la vida de hermano, su padre expresó que se irían lo tres juntos o ninguno, ya que siempre habían estado juntos. Los tres hijos entraron a las casas de formación, dos han perseverado hasta ahora. Así pues, ingresó al Juniorado en Morelia en junio de 1952. Su Postulantado lo realizó en Tlalpan, mismo lugar donde realizó su toma de hábito en diciembre de 1955. Emite sus primeros votos al año siguiente donde le fue dado el nombre de Estanislao Martín (si embargo, siempre le gustó que le llamáramos Pedrito), y a continuación inicia sus estudios en la Normal Queretana.
Realizó sus votos perpetuos en Querétaro el 5 de diciembre de 1961. Nuestro hermano estuvo en las comunidades del Instituto Hidalguense, Instituto Michoacán de Apatzingán, Instituto México Primaria, Sahuayense, Colegio Victoria (Teziutlán), Escuela Normal Queretana, Poza Rica. Pasó por la Quinta Soledad siendo Secretario Provincial, en la Editorial Progreso, Comitán, Colegio México y Amores en los últimos años. Se desempeñó como profesor, responsable de mantenimiento y de autobuses, entre otros servicios.
Podríamos contar un sinnúmero de anéctotas de la vida y del proceder muchas veces muy paticular de nuestro querido hermano, pero quiero sólamente afirmar en este momento que fue fiel a su vocación marista, amable, servicial y siempre presente en la vida comunitaria y en la oración. Sus últimos años se caracterizaron por llevar con paciencia la enfermedad, que con fortaleza inexplicable, llegó hasta este día.
Agradecemos a Dios la vida de nuestro querido hermano Pedrito, y estamos seguros que ahora ya goza en su presencia en compañía de María y de todos los hermanos que nos han precedido.