2019-08-07 CHILE

Sixto Fernández Gil

El Hno. Sixto Fernández Gil nace el 28 de marzo de 1931 en Villapeceñil, León, España, de Blas y Adriana y nos deja a sus 87 años cuando ya llevaba largos años postrado en cama en nuestra Casa de Sótero Sanz.

Sixto Mario (su nombre de religión) ingresa al Juniorado en Carrión de los Condes en septiembre de 1945 pasando luego al Postulantado y Noviciado en Pontós. El 16 de julio de 1948 hace su Primera Profesión llegando a Chile el 22 de septiembre de 1949. El 02 de febrero de 1955 hace su Profesión Perpetua en Padre Hurtado y el Voto de Estabilidad en febrero de 1967 en Curicó.

Nuestro Hermano inicia su apostolado el año 1950 en Curicó y su fecunda acción apostólica la desplegó entre San Fernando, Alonso de Ercilla de Santiago, Quillota y Los Andes estando más de una vez en estos Colegios. Su última Comunidad apostólica fue el Instituto Alonso de Ercilla de donde pasó a la Casa de Reposo de Sótero Sanz.

El Hno. Sixto ejerció como profesor de Francés, Religión y Filosofía siendo Director en Curicó, San Fernando y en el Instituto Rafael Ariztía de Quillota. Como nota relevante podemos señalar que llegó a ser Director del Instituto San Martín de Curicó cuando apenas tenía 33 años. Allí recibe la Distinción “Palmas de Isabel La Católica” del Gobierno español y la Medalla al Mérito “Bernardo O´Higgins” del Gobierno de Chile.

Sixto fue un Hermano muy querido doquiera estuvo. Tenía un innegable don de gentes y de saber hacer, muy diplomático, organizador, entusiasta, delicado, respetuoso, recto, muy cariñoso y fiel con sus amigos y cercanos. Muchos exalumnos y familias lo recuerdan con gran cariño y han quedado agradecidos eternamente por un detalle suyo, una palabra, un gesto que marcaron su vida…

El Hno. Sixto fue realmente un Hermano Marista de Champagnat y figura relevante de nuestra historia chilena. Sobresalió en él su perseverancia tan marista cuando consiguió por aquí y por allá el terreno del que hoy es el Estadio Marista del Instituto Alonso de Ercilla de la Avenida Portales. Y un hecho simple, sin mayor relevancia y de índole personal que confirma dicha tenacidad y perseverancia de vida cuando siendo Director del Instituto San Fernando cierto día me pidió que le enseñara a tocar guitarra… Calladito y con gran empeño le oía en las tardes, en su habitación, ejercitar los difíciles acordes…No sé si aprendió a tocar guitarra, pero le ponía harto empeño… ¡a sus 42 años…!

Hoy el mundo marista de Chile se congrega para dar Gracias al Dios de la Vida por este inmenso regalo que fue la persona de Sixto. ¡Descanse en Paz, querido Hermano!

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