2015-07-29

Celebración de inicio del año Fourvière – México Marista

class=imgshadowDurante el encuentro de Animadores de las provincias Marista de México celebramos el inicio del Año Fourvière el jueves 23 de julio, agradeciendo a Dios la pasión de Marcelino para consagrarse a María y dedicar toda su vida a ella.

Hemos peregrinado al santuario de nuestra Señora de San Juan de los Lagos y en la eucaristía junto a muchos otros peregrinos hemos leído públicamente nuestra consagración a María, recordando el gesto que Marcelino hiciera en Fourvière  hace 199 años:

“En nombre del Padre y el Hijo y del Espíritu Santo. Todo a mayor gloria de Dios y honor de María, Madre de Nuestro Señor Jesucristo. Nosotros, los presentes, en representación de nuestras comunidades maristas, como animadores comunitarios, manifestamos tener la sincera intención y la  firme voluntad de continuar la obra Marista. Por estas palabras, nos comprometemos a consagrar nuestras personas, cuanto somos y cuanto tenemos, a la Sociedad de María. Y contraemos este compromiso tan solo para la gloria de Dios y honor de María, Madre de Nuestro Señor Jesucristo.

Para ello nos comprometemos a cuidar nuestra casa común, la madre tierra, y hacer todo lo que esté de nuestra parte para promover la vida para todo y para todos: nos comprometemos a vivir un estilo de vida más sencillo, a promover relaciones justas y pacíficas entre nosotros y con todos, a defender los derechos de los niños y de los jóvenes, a atender a los marginados, a compartir nuestros bienes, a involucrarnos en las luchas sociales justas vinculándonos a la Iglesia y a la sociedad civil, especialmente poniendo a Jesús en el centro de nuestras vidas. Renunciamos a la indiferencia, al egoísmo, a la falta de conciencia ecológica, a lastimar a otros, a creer más en nuestras fuerzas que en Dios, a la arrogancia y a la soberbia, a ser indiferentes a los pobres y al consumismo. Aceptamos, Señor, la mediación de nuestros superiores y, junto con ellos, nos comprometemos a ponerte a Ti, Jesús, en el centro de nuestras vidas y nuestras decisiones. Sabemos que todo esto no será fácil, pero confiamos en tu Espíritu que nos alienta desde dentro, porque la “gracia de Dios lo suaviza todo”.

¡Alabada sea la santa e inmaculada Virgen María, Madre de Nuestro Señor Jesucristo! Así sea”.

Por la tarde seguimos reflexionando en el acontecimiento Fourvière, en cómo comunicarlo con nuestros hermanos para que sea un tiempo especial, este año, y así hacer realidad los deseos que los Superiores Generales de las cuatro ramas maristas nos han compartido, que en este año nos gustaría:

* provocar un sentido de curiosidad y asombro ante el significado de la promesa de Fourvière en la actualidad;
* fomentar un mayor sentido de identidad marista como "Familia Marista";
* impulsar una renovación de ardor, esperanza, alegría, motivación y compromiso con la "obra de María".

Al día siguiente se nos entregó un “Diario” y más precisamente de un “diario espiritual”.  Se nos invita a que tengamos “diariamente” un momento de oración y a que registremos el paso de Dios (las reflexiones que nos inspira, los ecos que suscita, las invitaciones que nos hace, las actitudes que se van formando), en nuestro cotidiano vivir. El objetivo amplio es que contemplando a María, a cuyo santuario nos encaminamos, nos impregnemos de su “espíritu”; esto es que “sus actitudes de perfecta discípula de Cristo configuren nuestro ser y nuestro actuar” (Cf. Const. 4) – Palabras del Hno. Eduardo Navarro, provincial, en la introducción del Diario Fourvière.

Pedimos a esta Buena Madre de Fourvière que nos regale la misma pasión de Marcelino para entregarnos con todas nuestras fuerzas a la misión que nos han encomendado: “Dar a conocer y amar a Jesús”.
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Hno. Agustín Acevedo S. – Prov. México Occidental

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