2021-04-05 SPAIN

Felicidad: abandonar seguridades y abrirnos a la intemperie

Vida Religiosa – Abril 2021

H. Juan Carlos Fuertes Marí, Provincial Provincia Mediterránea

Se llama Kike, es malagueño y tiene 29 años. El verano pasado nos pidieron un joven laico identificado con el carisma marista que tuviera experiencia internacional de voluntariado. El objetivo era colaborar por un tiempo en una comunidad en Siracusa (Italia) al servicio de inmigrantes. Hablamos con Kike. Y Kike dijo “sí”. Dejó sus proyec­ tos, su trabajo, su familia y se fue a Siracusa.

Tal cual. Kike es feliz.

Se llama Pietro, es italiano y tiene 71 años. Hace algunos años, desde el gobierno general de los Hermanos Maristas se lanzó un pro­yecto de comunidades internacionales para la misión. Pietro ya estaba jubilado y le habían detectado parkinson. Pero él quería ofrecer unos años de su vida a este proyecto.

Pietro dejó sus ocupaciones y creó junto con otros hermanos y laicos una comunidad y una pequeña obra de atención a niños en situación de vulnerabilidad enAtlantis (Sudá­ frica). Allí pasó tres años estupendos de su vida siendo un apoyo enorme para la comu­ nidad. Hoy vive en Génova. Pietro es feliz. Son solo dos experiencias de gente feliz.

Porque entre nosotros hay gente feliz que calladamente vive una vida plena en su tra­ bajo de cada día, con sus hermanos de cada día, regalando una sonrisa con la que expresa la satisfacción de estar viviendo aquello con lo que siempre soñaron.

Permitidme que comparta con vosotros algunos proyectos que nos pueden hacer feli­ ces. Se trata de abandonar los discursos perfectos -ahí nossentimos seguros- y atrever­ nos a participar -sin importar la edad que tengamos- en un proyecto nuevo que nunca antes hayamos hecho.

Eso nos puede des­ colocar. ¡Perfecto! Porque es un punto de partida para la felicidad.Por ejemplo: tener un tiempo de formación experiencia! que contemple la solidaridad, la internacionalidad y la interculturalidad; hacer acompañamiento personal o espiritual con jóvenes; hacer voluntariado y experiencias de trabajo con pobres; formar parte de una comunidad con religiosos y laicos, o con personas de otras congregaciones; participar en procesos de discernimiento con otros hermanos, laicos y jóvenes; abrir la comunidad a jóvenes que vivan una temporada en comunidad; cambiar de comunidad, de ciudad, de misión; parti­ cipar en grupos de fe con laicos, en convi­ vencias de pastoral con jóvenes, en dinámicas vocacionales con jóvenes…

Se trata de abandonar seguridades y abrir­ nos a la intemperie donde lo importante es la fuerza del encuentro con el otro. Dejamos descolocar y permitir que surja la vida.

Vida Religiosa – Abril 2021

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