Madres de alumnos de la Escuela Marcelino Champagnat podrán cursar sus estudios
La Escuela Marcelino Champagnat de La Boca, Rosario, implementó un aula modalidad adulto para que las madres de alumnos y alumnas puedan estudiar.
La iniciativa está a cargo de Fernando Acosta, Director del nivel secundario de la escuela y responde a una de las tantas necesidades del barrio La Boca. Es que durante el 2020, con la cotidianeidad afectada por la pandemia, la escuela observó que muchas madres acompañaban a los hijos e hijas en las tareas. Esto se suma al hecho de que muchas mujeres del barrio suelen abandonar los estudios por maternidades tempranas. Es una realidad, también, que la mayoría de los comedores y obras con fines sociales son atendidos por las propias madres. Pensando en este contexto, la escuela decidió trabajar un ciclo cerrado para madres de alumnas y alumnos que actualmente se encuentren cursando sus estudios.
La convocatoria comenzó con madres del nivel inicial únicamente, debido a que es muy alta la demanda de un secundario para adultos. Hasta el momento hay inscriptas 22 mujeres, y muchas otras se encuentran realizando averiguaciones para próximas inscripciones. Sin embargo, la realidad de la pandemia no es ajena este grupo, por lo cual se está analizando dividir la cursada en dos burbujas para reducir posibles contagios del COVID-19. Por el momento todas las clases son presenciales y actualmente se contempla cómo abordar la situación en caso de necesitar implementar una cursada virtual. Cabe destacar que el desafío en este caso es muy grande debido a los enormes problemas de acceso a internet que tiene el barrio La Boca, siendo fundamentales para la educación recursos como Whatsapp y el uso de fotocopias en papel.
El proyecto está pensado para sostenerse a futuro con mamás de alumnos de la escuela. Las clases actualmente se dictan durante la tarde, de lunes a viernes de 14 a 16hs, mientras los chicos y chicas también cursan, para poder aprovechar el tiempo.
La Escuela Marcelino Champagnat existe desde el año 1993, y creció observando y atendiendo las necesidades del barrio rosarino. Hoy, una vez más, el equipo que la integra muestra un espíritu de servicio que promueve los valores más altos de la Misión Marista.