Israel Farneda
Nació en Chajarí (E.R) el 31 de enero de 1932. Ingresó al juniorado en el ´43 y profesó por primera vez en 1950. Su postulantado y noviciado los cumplió en Brasil. Su primer campo de acción como profesor (preparatorio), fue en el Colegio Dámaso A. Larrañaga. Entre los testimonios recogidos en su velatorio o llegados vía mail se destacan sus virtudes humanas y maristas. Hermano siempre cercano, buen compañero. Alegre. Enseñaba con ejemplo propositivo. Entregado y desprendido. Su vida siempre con proyectos para construir el sueño de Marcelino.
A su modo cultivaba la belleza y transmitía a los alumnos amor por la naturaleza. Valores. Lo hacía valiéndose de las manualidades. Siempre llegaba a sus interlocutores, especialmente a los niños. Amaba la vida sencilla y vivió feliz en los ambientes en los que le tocó desempeñarse. Enseñaba con el ejemplo su amor al trabajo y la devoción a la Virgen. Amigo del mate, no faltaban los encuentros con la infusión gaucha. Amante del deporte en especial del fútbol, tenía siempre a mano el dato preciso y el amor a flor de piel sobre el cuadro de sus amores. Trabajó en la catequesis y la pastoral social. Fundó con recursos muy precarios la obra de Tacuarembó atendiendo a niños y adolescentes con dificultades (1996). Dedicaba largas horas a las manualidades y las enseñaba a los chicos.
Vivió la pobreza en el desprendimiento, pero supo ganarse la confianza de todos que lo recuerdan con cariño. Desplegó su apostolado por todos los colegios de Uruguay, y algunos de Argentina. Vino a la Casa Provincial de Cochabamba 1652 para una operación de corazón que resultó exitosa, pero su corazón ya no resistía. Aquí pasó tres meses, atendido por el cariño de todos especialmente del Hno. Fermín que se prodigó en atenciones. La salud de Israel se agravó inesperadamente y el martes 9 fallecía en el Instituto del Diagnóstico en horas de la mañana.
Gustaba contar con lujo de detalles la construcción de la casa del km.16. Que fue levantada con el pulmón y sudores de los Hermanos. Tenía allí su corazoncito.
A la misa de cuerpo presente en Luján acudieron Hermanos, amigos, familiares y la comunidad de HH. Uruguayos. Lo acompañamos hasta el cementerio desgranando las avemarías que Israel tantas veces proclamó en su vida de buen marista.
Contaba 86 años de edad y 68 de vida religiosa. Que siga cultivando en la parcela del cielo el árbol de las flores que no se marchitan. Y su ejemplo de vida nos sirva a sus seguidores.
Descansa en paz Israel.