2019-08-07 ARGENTINA

José Luis Soler

Nuestro hermano José Luis nació en la bella ciudad de Mendoza un 13 de diciembre de 1929, en el seno de una familia conformada por su padre Julio Enrique (Procurador judicial de Mendoza), su madre Amelia Petrona Miralles y sus hermanos Julio y Mario. Cursó la Escuela Primaria y parte de la Escuela Secundaria en el Colegio San José de los Hermanos Maristas. Allí se fue gestando su llamada vocacional.

El 4 de marzo de 1944, con 14 años de edad, ingresa al Juniorado de Luján. Inicia su Noviciado en Alta Gracia, el 8 de marzo de 1946. Recibe el hábito marista el 8 de diciembre de 1946 y efectúa su Primera Profesión el 8 de diciembre de 1947. Su misión apostólica marista la inicia como docente de grado en el Colegio Sagrado Corazón de Marcos Juárez (Córdoba) y, posteriormente, en los Colegios San Vicente y Monseñor Rasore de la ciudad de La Plata. El 8 de diciembre de 1953 confirma el llamado a consagrarse totalmente al Señor en la vida marista realizando la Profesión Perpetua.

En 1963, luego del Segundo Noviciado en España, estudia en las Facultades Católicas de Lyon, Francia, graduándose como Licenciado en Pastoral Catequística. A su regreso al país, se desempeña como profesor en el Escolasticado de Luján, demostrando un gran talento para la enseñanza. Desde 1968 a 1973 se desempeña como Rector del Colegio Macnab Bernal y del Instituto Peralta Ramos de Mar del Plata.

En 1974 nuevamente realiza estudios teológicos y catequísticos en la Universidad de Comillas de Madrid, graduándose como Perito en Pastoral. A su retorno a la Provincia Marista, en 1975, es destinado a la Villa San José de Luján donde se desempeña como profesor de francés y de catequesis en el Juniorado. Al año siguiente es nombrado Coordinador Provincial de Catequesis.

En septiembre de 1980 es nombrado Superior Provincial de la Provincia de Luján, tarea que desempeña, según las Constituciones, en dos períodos consecutivos, cumpliendo esta misión con generosa entrega y dedicación. Una vez concluida la misma, en el año 1987, es nombrado rector del Colegio Manuel Belgrano y posteriormente continuará con esta responsabilidad en el Colegio San Luis de La Plata y en el Instituto Ceferino Namuncurá de Cinco Saltos, Provincia de Río Negro.

Se lo recuerda como un hombre inteligente y atento, lector de muchos libros de gran densidad teológica y humanista; chistoso, amante del fútbol, muy ameno en las conversaciones, narrador de interesantes historias, con una muy buena voz para los cantos, especialmente para corear tangos. Como Superior Provincial se preocupó por la formación permanente de los Hermanos, para lo cual organizaba diferentes cursos sobre variados temas eclesiales, espirituales y humanísticos tales como: doctrina social de la Iglesia, vida y obra de Santa Teresa de Jesús, defensa de la vida, control de la natalidad, métodos de oración, renovación de la catequesis… Amó profundamente a su Congregación. Veneraba con gratitud y reconocimiento a los fundadores de la Argentina marista. Fue el motivador y promotor de la obra musical “Sociedad de hermanos”, del Grupo Catarsis, que tanto bien hizo en su paso por colegios maristas del país y del extranjero.

A consecuencia de la artrosis y de crecientes dificultades digestivas, junto al temor a las operaciones, se fueron limitando sus posibilidades de actividad. Luego de prestar algunos servicios en los colegios San José de Pergamino y Manuel Belgrano, en el año 2000 se traslada a la Residencia Champagnat donde, al mismo tiempo que recibía cuidados para su salud, tuvo la tarea de realizar algunos servicios provinciales, ocupándose particularmente del Patrimonio Marista en Argentina. En especial ha realizado una importantísima tarea investigando y escribiendo las biografías de los Hermanos fallecidos. La magnífica colección “Nos Precedieron” da cuenta de esta significativa y esmerada labor.

Lentamente Dios lo fue preparando para este paso final. Siendo un hombre de carácter vehemente, Dios lo fue conduciendo, a través de la enfermedad, por el camino de la aceptación y del abandono de la propia voluntad. En sus ojos se podía contemplar esa realidad profunda que estaba viviendo en su interior: un abandono amoroso de la propia vida, un sentido vivo de aceptación del querer de Dios, un proceso de desprendimiento de sus propios deseos, un camino de humildad, una oración de ofrenda desde la soledad absoluta de su ser. A través de la acción de la gracia divina, fue logrando una mayor aceptación del sufrimiento ocasionado por su enfermedad, abriéndose más intensamente al misterio del amor divino.

En los últimos años su salud fue paulatinamente deteriorándose hasta que una infección generalizada le produjo un paro cardiorrespiratorio en el anochecer del domingo 4 de enero. Su Pascua fue en silencio, de modo escondido, en la humildad, sometiéndose a la voluntad de Dios. Había recibido varias veces el sacramento de la unción de los enfermos.

Querido hermano José Luis: Descansa en paz en ese lugar que Dios te ha preparado desde toda la eternidad. Ahora puedes gozar del rostro radiante de Aquel a quien entregaste tu vida desde muy joven. Que brillen para ti la alegría, la paz y la felicidad que no tendrán nunca fin. Y pídele a nuestro santo fundador, Marcelino Champagnat, por nosotros para que no perdamos la fe, para que seamos fieles hasta el final y transitemos este camino marista con convicción y esperanza. Que tu vida ejemplar nos estimule a ser mejores “hermanos” y fieles consagrados en la familia de María. Descansa en paz, querido hermano, junto a Jesús, María y Champagnat, en la eterna bienaventuranza.

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Hno. Joaquín Baron, Secretario
Hno. Horacio Bustos, Provincial

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