Boletín Provincial Cruz del Sur – N°75 /Marzo
Provincia Cruz del Sur
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“Dar a conocer a Jesucristo y hacerlo amar”… esta es nuestra misión, esta es la razón de ser de los Maristas de Champagnat (Const. 2020 4) y la hacemos realidad a través de la evangelización y la educación en todos nuestros Centros Educativos Maristas. Somos evangelizadores y educadores a través de nuestra vida y de nuestra presencia, porque ss a través de nuestra presencia respetuosa y significativa que los niños, niñas, adolescentes, jóvenes y sus familias “se dan cuenta de que son amados personalmente por Dios”. (Const 2020 4, MEM 18).
En estos días, todos estamos leyendo y conformando protocolos para volver a la presencialidad en el Centro
Comunitario o en la Escuela urgidos por restaurar esto que es tan sagrado para la eficacia de nuestra misión.
Tenemos por delante unos meses que harán de esto un auténtico desafío de imaginación, flexibilidad y constantes adaptaciones salpicados de dudas, reproches y frustración. La presencia compite con el cuidado de la salud,
de la vida: ¡una auténtica paradoja de nuestro tiempo!
Celebro que, con todos los recaudos que tenemos a disposición para el cuidado del valor fundamental de la vida,
estemos haciendo el mejor esfuerzo por recuperar el valioso espacio de presencialidad como la mejor manera de
involucrarnos con los niños, niñas, adolescentes y jóvenes, de ayudarlos a crecer y construir un proyecto vital.
La presencia cercana y significativa es nuestra mejor herramienta para prevenir, escuchar, brindar seguridad
y hacer surgir la confianza tantas veces vulnerada. (cf. MEM 99-102).
Los efectos de esta pandemia nos han planteado algunos obstáculos que dificultan esto que es tan central en
nuestra identidad y misión. Todavía no vemos con claridad las consecuencias que tendrá en tantos niños y niñas el último año vivido entre el aislamiento y la enseñanza remota de emergencia agravado en muchos casos por
la carencia de conectividad, de un ambiente adecuado o de una alimentación suficiente.
Hoy estamos llamados a ser profetas de la presencialidad, restauradores de los espacios de encuentro, de educación y de aprendizaje. Esto nos requerirá un esfuerzo que sólo tendrá sentido y posibilidad si lo vivimos desde lo más profundo de nuestra vocación de Laicos, Laicas y Hermanos Maristas. ¡Sí! Estamos viviendo un tiempo de
oportunidad, un momento de la historia en el que podemos hacer la diferencia como en otro tiempo lo hicieron
Marcelino y sus primeros Hermanos. Pero recordemos, no se trata de una tarea sin más, se trata de nuestra misión, y por ello será eficaz sólo si la vivimos en la presencia de Dios, con auténtica fraternidad y amor por el trabajo que llevamos adelante.
Hno. Marcelo De Brito
Viceprovincial de Maristas Cruz del Sur