2015-09-28

III Asamblea Provincial de Misión de Provincia Compostela

La III Asamblea Provincial de Misión de Provincia Compostela, con la presencia de 90 personas, se ha celebrado en Valladolid, de 24 al 26 de Septiembre, en la Residencia Marista Champagnat, con el lema "Ser Marista – Nuevos horizontes para acompañar vida y misión". De la Administración General han participado los hermanos Joe McKee y Antonio Ramalho.

Video del H. Joe McKee en la apertura

www.maristascompostela.org

Carta Clausura Asamblea del Provincial, H. Óscar Martín Vicario

Querido marista de Compostela,hermano o laico, marista de Champagnat: He querido, al final de nuestra III Asamblea Provincial de Misión, dar a mi intervención la forma de una carta… Y lo hago así no sólo como un recurso literario, sino porque quiero dar a mi mensaje un todo de cercanía y afecto que el estilo de las cartas favorece. Hoy, cuando con los whastapps y los emails casi nadie escribe cartas, yo quiero dirigirte, dirigiros, una carta familia.

Por eso, querida amiga, amigo, hermano, permíteme que te abra un poco mi corazón y que comparta contigo mis sueños, escribiéndote y diciéndote todo esto.

1.  Lo primero, decirte algo de mí, algo que ya sabes,.. pero que hoy te cuento porque es una convicción central y nuclear para mí: soy marista. Soy marista, y serlo es algo constitutivo y valioso en mi vida. Es un don que recibí porque de algún modo inexplicable esta vocación y este regalo se cruzaron en mi camino, cuando yo ni había oído hablar de su existencia, en mis primeros años en una escuela pública de mi Burgos natal. Y, sin embargo, poco a poco, el sentirme hermano, el saborear el espíritu de familia, el sentido del trabajo, el encanto de la sencillez… me han ido enamorando y se han hecho parte de mí, de la mano de María.

2.  Y además, junto a esta verdad radical, (de mis raíces), se ha ido imponiendo otra clave en mi vista y mi corazón, y hoy la expreso así: somos maristas. Lo somos los que hemos compartido este encuentro y cientos de personas en nuestras tierras de Compostela. Y miles en todo el mundo. Somos maristas y lo somos juntos, en comunión, porque es imposible ser marista solo, y porque compartimos un sueño, un proyecto y hasta una espiritualidad… (un solo corazón, un mismo espíritu nos decía Marcelino). Y es que ser marista necesita de los otros, y la vida marista ya no es imaginable sin Hermanos y Seglares caminando de la mano; y lo nuestro es el grupo, la familia, la fraternidad, la mesa compartida en torno a la cual juntarnos a compartir, trabajar, comer, rezar, bromear… ser hermanas y hermanos.

3.  Entiendo que esta afirmación de que somos maristas es gozosa, pero también exigente. Porque caminar y vivir siendo maristas implica retos. Lo que hemos avanzado estos días en la 3ª Asamblea de Misión de nuestra Provincia ha sido justamente eso: vernos, sentirnos y construirnos juntos, “siendo maristas”. De ahí, sólo de ahí, pueden nacer propuestas tan interpelantes como las que nos hemos trazado en nuestros tres primeros objetivos: diseñar y aplicar un proceso formativo-experiencial en identidad marista, para todos los alumnos, educadores, padres y otros miembros de la comunidad educativa; poner medios a nivel local y provincial para potenciar comunidades educativas sanas, corresponsables y maristas con un sentido de misión; e integrar la educación en solidaridad en el curriculum, aprovechando el cambio metodológico de forma que genere proyectos solidarios para ser transformadores de la sociedad y el entorno.

4. Y todo esto que proponemos y soñamos, el camino precioso que tenemos por delante como maristas en Compostela, es posible porque también hay un camino detrás. Porque muchos caminaron, desde Champagnat hasta hoy, esta misma senda de evangelio. Entre nosotros resuena, en este año Fourvière de la fraternidad, el sueño de aquellos sacerdotes, inexpertos pero valientes, que prometieron a los pies de la Virgen construir una sociedad más justa y una iglesia más marial. Y resuenan, en vísperas de nuestro bicentenario, las pisadas de tantos Hermanos que dieron su sudor, tiempo y vida para construir este camino. Y después junto a ellos, muchos laicos maristas, cuyos nombres y rostros no debemos dejar de recordar, honrar y agradecer.

5.  Por eso, porque aunamos herencia y horizonte, raíces y brotes, pozo y torrente, confío en el futuro. Y hoy, pensando en Compostela y en todo nuestros Instituto, me atrevo a decir en voz alta: seremos maristas… Y permíteme que aluda de nuevo a algunos de los retos que como Asamblea nos hemos trazado, para asentar en ellos esta convicción de futuro y esta firme esperanza… Retos preñados de palabras que nos invitan a caminar. Retos que hablan de identidad marista, comunidades educativas y solidaridad, y también de optimizar estructuras, corresponsabilidad, experiencias de espiritualidad, tiempos para Ser, comunión Hermanos laicos, nuevas obras sociales… Seamos valientes: desplegando juntos estos retos es como seremos maristas y construiremos juntos una Provincia, una familia, y un rincón de evangelio en estas tierras nuestras de España y Portugal, para que nuestros niños y jóvenes tengan vida abundante. Y en particular tantos niños y jóvenes inmigrantes y desplazados que llegan a nuestras tierras…

6.  Y recuerda, amigo, amiga, hermano… que para esto tú eres insustituible. Espero que al recibo de esta carta estés bien, lleno de ánimo y vida. Y lo espero porque sé que eres marista de corazón, aunque a veces dudes, tengas miedos, o no encuentres espacios donde cultivar tu identidad y vocación. Tendremos que trabajar para construir esos ámbitos en nuestros centros, nuestras comunidades religiosas, nuestros grupos GEM… o en otras fórmulas comunitarias y grupales que soñemos. Pero, en todo caso, no olvides que tú también eres marista, a tu modo y con tus peculiaridades. Y que participas de este proyecto y este sueño común. Y eres, hermana y hermano, una persona asociada para esta misión, un marista de Champagnat.

7.  Porque ser marista es, y lo digo desde mi experiencia, un camino de vida y plenitud. Lleno de manos para ofrecer, acoger, ayudar, recibir, aplaudir o sembrar. Lleno de manos como las de Champagnat, que sostenían a los niños, empuñaban una azada, abrían un libro, abrazaban y bendecían. Lleno de manos… con corazón.

Y así quiero acabar mi carta para ti, querido amigo, amiga, Hermano, deseándote dicha y hondura en esta mañana de sábado, cuando apenas estamos estrenando un nuevo otoño en nuestras fértiles tierras de Castilla y León, Portugal, Asturias y Galicia,… Comienza otra sementera: llena de proyectos valientes y, por qué no decirlo, difíciles; pero necesitada de manos que siembren estas semillas para seguir soñando y, a la vez, cultivando el fruto que se promete abundante.

Para ello, cuento contigo. Ya sabes dónde está el agua viva para la cosecha… y si no la encontrásemos seguro que María será zahorí para nuestros surcos, o bordón y calabaza para el camino. A ella, nuestra bendición, nos encomendaos, como nos enseñó Champagnat. Con él, Hermanos y Seglares de Compostela, pongámonos con pasión a hacer verdad en la vida de cada día nuestro bello lema “Ser maristas”.

Con un fuerte y cariñoso abrazo, tu hermano
Óscar Martín Vicario

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