2005-05-05

Inaugurada en Los Andes la Biblioteca Hermano Emeterio José

Fue inaugurada en la ciudad de Los Andes, Chile, la Biblioteca Pública Municipal que lleva el nombre de Hermano Emeterio José.

Con ello, la ciudad quiso testimoniar su aprecio y gratitud a los Hermanos Maristas en la persona del recordado Hermano Emeterio José, ( Julián Santidrián Paniego ) quien por espacio de 55 años ( entre 1923 y 1977 ) educó a la niñez y juventud andinas. Llegó desde España, su tierra natal, e hizo de esta ciudad su tierra de adopción, derramando a manos llenas su saber, desde un corazón puro pleno de bondad y afecto, a todos quienes tuvieron el privilegio de conocerlo. Fue el prototipo del religioso marista por excelencia, entregando un ejemplo vivo de santidad, enmarcado en las tres violetas: humildad, sencillez y modestia.

El acto contó con la asistencia del Intendente regional, parlamentarios, Gobernador y Alcaldes de la Provincia de Los Andes, autoridades militares, policiales, eclesiásticas, además de representantes de instituciones sociales, vecinales y de servicio.

Dieron un imponente marco a este acto los abanderados de los colegios de la comuna, que se ubicaron en un pasillo de acceso a las salas, agregando una nota colorida al espectacular edificio que se convertirá en un motivo de gran orgullo para esta comuna.

El Hermano Emeterio José tuvo un papel protagónico durante la ceremonia de inauguración, al colocarse un cuadro al óleo con su efigie, en un atril próximo al podium donde se pronunciaron los discursos, en la plazuela de ingreso. El Presidente del Centro de Exalumnos Maristas del Instituto Chacabuco, Blas Mardones Véjar, se refirió al significado de este acto, recordando en forma sucinta la trayectoria del insigne educador; por otra parte destacó la presencia del querido y recordado Hermano Eulogio quien, a sus casi 98 años, viajó desde la capital para estar presente en este homenaje a su compañero de ruta en el Instituto Chacabuco, durante muchos años, siendo aplaudido muy cariñosamente por todos los asistentes. Cabe hacer presente que el Instituto Chacabuco fue el primer colegio marista fundado en Chile en 1911.

Al término del acto se repartieron a todos los asistentes dípticos con la biografía resumida del Hermano Emeterio José, para prolongar y mantener vigente su recuerdo en la comunidad andina.

En la amplia estructura fueron dispuestas cómodas y espaciosas dependencias para salas de lectura, computación, lectura infantil, consultas con acceso a internet, cintoteca, un auditorium con capacidad para 250 personas, una cafetería, miradores, entre otras dependencias.

Durante el acto el Ballet Folclórico Ciudad de Los Andes (Bafocla) ofreció a los presentes un cuadro coreográfico de danza nacional. El Padre Hernán Acuña, párroco de Santa Rosa y Vicario General Diocesano, bendijo el nuevo edificio.

Nos sentimos orgullosos de haber gestionado esta iniciativa, que permitirá dejar la efigie del querido Hermano en un lugar de privilegio de esta hermosa biblioteca, en forma permanente y definitiva, para ejemplo de las nuevas generaciones.


El Hermano Emeterio José fue un religioso fiel a su vocación Marista y procuró inducir a muchos jóvenes hacia la vida religiosa y sacerdotal. La fuerza la sacaba de la oración y de sus vigilias ante el Santísimo. Era el responsable de preparar los cantos de las Misas.

Tenía una fina sensibilidad religiosa y una delicada fidelidad en el servicio divino. Puntual en la oración, rezaba el oficio en forma pausada, atenta y devotamente; el Rosario, el Mes de María y el celo por las cosas de Dios eran los frutos de su vida y su consagración vividas generosamente.

Para él, la escuela y la catequesis eran el primer apostolado. Siempre estuvo presente entre los niños y la juventud, ya fuera en las clases o en otras actividades. También se preocupaba mucho de los padres, apoderados y los exalumnos, de la multitud de personas que lo conocían, fuesen pobres o ricos. A todos llegaba con su bondad y simpatía.

Indudablemente que las virtudes que más cultivó fueron las Tres Violetas Maristas: Humildad, Sencillez y Modestia. Fiel imitador del Fundador de la Congregación, San Marcelino Champagnat, supo cumplir a cabalidad sus enseñanzas. Su amor a Jesús y María lo demostraba en la piedad de su oración al inicio de cada clase. Y su amor a Dios en la manera cómo disfrutaba de la naturaleza, de la vida, de las cosas simples. No dudamos que su ejemplo quedó grabado en miles de andinos, especialmente quienes fuimos sus alumnos, que lo conocieron y vieron en él a un verdadero EJEMPLO DE SANTIDAD MARISTA.


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