Recuerdo de la reestruturación de LHermitage (2009)
Este video lo realicé con mi hijo Pau, el verano de 2009. Fue el regalo de mi provincia dio a los hermanos del Capítulo. Es conveniente acompañar el video con el texto que te adjunto (ver abajo). Da la clave "mística" para comprender su fondo (Joan Puig-Pey – Marzo 2013).
Ave verum corpus
(Himno eucarístico católico compuesto en el siglo XIV)
Ave verum Corpus, natum de Maria virgine
Vere passum immolatum in cruce pro homine
Cuius latus perforatum, unda fluxit et sanguine
Esto nobis praegustatum, in mortis examine.
Salve verdadero Cuerpo, nacido de María virgen
Verdaderamente atormentado e inmolado en la cruz para el hombre
De tu lado perforado fluyó sangre y agua
Sea ello primicia para nosotros en la hora de la muerte.
¿Por qué elegí el « Ave verum » en mi vídeo?
Durante las obras, una tarde del mes de julio de 2009, tuve una visión mística en el espacio central, hoy cour Saint Joseph, en el corazón de l’Hermitage.
Había acabado de cenar con los hermanos Jean Pierre Y Georges, en la Maison des Sources. Como de costumbre fui a la obra a dar la última ronda del día, aprovechando la quietud del atardecer. Este momento privilegiado lo apreciaba en gran manera, por su intimidad. Pero aquel día me sentía mal, mi estado de ánimo estaba sombrío. La reunión de obra había sido muy tensa, con insultos y discusiones sobre el planing y la organización. Faltaban 6 meses para acabar y el futuro que se avecinaba era incierto y tenebroso.
Entré al patio y me cayó el alma a los pies. La muerte, la desolación frente a mi… « Pero Joan, ¿qué estás haciendo? » me pregunté angustiado. Todo roto, destrozado. A mi derecha un gran agujero penetraba el muro entero. Oía el Gier deslizarse tras él… De repente l’Hermitage, la casa Madre querida, la vi doliente como el cuerpo de Cristo herido. Me detuve, sorprendido. ¿Que veo? ¡Pero si no he bebido, estoy sobrio! En medio del patio, en silencio, una honda emoción me conmovió. Y de mis ojos empezaron a brotar lágrimas.
En la penumbra comencé a meditar sobre la pasión de Jesús y sobre la Eucaristía. En un momento dado fui consciente que mis labios musitaban dulcemente Cuius latus perforatum unda fluxit et sanguine… Y comencé a repetir mentalmente el himno entero. Ave verum corpus… Una vez, dos,… diez! Todo se aquietaba y tomaba un nuevo sentido, todo se volvía radiante. Y con una total transparencia comprendí el relato de la crucifixión de Jesucristo, como él entrega sin defensa alguna su cuerpo y su sangre, como corre también el agua por su lado traspasado. ¡¡¡Sí. Él estaba allí, delante de mi!!! En este momento presentí en la cour Saint Joseph de l’Hermitage, llena de luz, a Jesús transfigurado. Y vi en la imagen de l’Hermitage doliente la presencia real de Jesús resucitado, encarnado hoy en nuestro san Marcel.lin, que se me daba.
De un modo imperceptible, en mi corazón nació la certeza que el nuevo Hermitage sería en el futuro un sacramento, verdadero pan de vida para todos los que vendrían a él a comer, sobre todo para los que son maristas. L’Hermitage, más que un relicario: Presencia Viva. Y vi que podría acabar la obra, no sin gran esfuerzo, para que ello fuera una realidad.
Días más tarde, tomé este instante como punto central del argumento de mi video: Un día de la vida del arquitecto en diálogo con un día de la vida de la pequeña comunidad de la Maison des Sources. Los trabajos nutridos por « el pan », que iba apareciendo como leitmotif. Alrededor de la mesa de la eucaristia, la del comedor, la de la sala de trabajo, la del escritorio… Al pìe de la cruz, al pie de la grúa. Y cuando con mi hijo Pau filmamos las imágenes, no dudé en escoger a W.A. Mozart –y su Ave verum corpus- para casar las imágenes con la oración, la oración con la obra maestra de su música. Ave verum corpus es la contraseña que expresa y permite comprender la profunda experiencia espiritual y corporal que allí viví.
Esta experiencia abrió la fuente de energía inagotable que me nutrió y sostuvo hasta el final de la obra. Hoy, los ecos que se escuchan de tantas personas y grupos que van pasando por l’Hermitage, confirman que también para ellas, el Hermitage es y será verdadero PAN de VIDA.
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Ave verum corpus (Prière catholique composée au XIVe siècle)